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Monteverdi no deja de seducir

Andrés Moreno Mengíbar

23 de marzo 2013 - 05:00

Femàs'13. Programa: Obras de C. Monteverdi y B. Marini. Intérpretes: Juan Sancho (tenor), Mariví Blasco (soprano), Emilio Gil (tenor), Juanfra Juárez (narrador), Rami Alqhai (viola da gamba), Johanna Rose (viola da gamba), Marina Barredo (viola), Juan R. Lara (violone), Javier Núñez (clave), Alejandro Casal (órgano). Violino da gamba y director: Fahmi Alqhai. Lugar: Espacio Santa Clara. Fecha: Viernes, 22 de marzo. Aforo: Lleno.

Monteverdi, siempre nos quedará Monteverdi. El único, el primer genio absoluto, el inventor y máxima expresión de la narratividad absoluta de la música; el que fue capaz de articular estilo directo y estilo indirecto en un único discuso sonoro pensado para transmitir la máxima carga de narración con los recurso retóricos básicos. Es algo sabido, sí, pero también algo que se evidencia y se agiganta cada vez que suena la música del cremonense. Pero no de cualquier manera, claro, sino de la forma en que la Accademia del Piacere lo viene haciendo desde hace años y como lo revalidó anoche en un concierto para recordar mucho tiempo.

Empecemos por dos peros: a estas alturas no creo que nadie necesite que le cuenten el argumento del Combattimento mediante un narrador que iba rompiendo el clima musical con sus interrupciones; y fue una pena no escuchar el Lamento della Ninfa completo, con su estremecedormente bello final ("Y en el alma la nieve, de tanto amor, ardía").

His dictis, hay que comenzar por asombrarse ante la capacidad expresiva y la dramaticidad del canto de Juan Sancho, absolutamente genial como Testo, de voz a la par poderosa y delicada y con magistral dominio del stile concitato. La voz de Mariví Blasco sonó demasiado blanquecina en el Combattimento, pero estuvo conmovedora en el Lamento. Las versiones dirigidas por Fahmi Alqhai fueron imaginativas y creativas, ricas en ornamentaciones y disminuciones y con un dominio total de la retórica de los acentos.

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