Montero retrata el amor contemporáneo
Crítica de Teatro
La ficha
*** 'La casa ardiendo'. La Equilibrista. Dramaturgia: David Montero. Dirección: Javier Centeno. Intérpretes: Mercedes Bernal, David Montero y Tino van der Sman. Composición y música en directo: Tino van der Sman. Iluminación: Juan José del Pozo. Ayte. Dirección: Amparo Marín. Lugar: Sala La Fundición. Fecha: Viernes, 2 de junio de 2017. Aforo: Medio.
David Montero ha creado La casa ardiendo, en la que radiografía la maldición del amor, desde un punto de vista muy masculino, en una pareja heterosexual formada por dos intérpretes que se conocen ensayando Hamlet. El amor eterno con el que se sueña en los primeros momentos va languideciendo con el paso del tiempo y las rutinas. Y con los celos, infundados o no, que se convierten en uno de los núcleos del texto escrito por David Montero al que se le agradece que no haya sucumbido a la autocensura en la que, últimamente, se cae cuando hay que representar una pelea entre un hombre y una mujer. Conjuga Montero, con mucho dominio, el lenguaje coloquial con las figuras literarias, precioso el monólogo de Mercedes Bernal cuando se refiere a que está demasiado cerca para que la vea el amado. La puesta en escena de Javier Centeno es moderna. Introduce música en directo y canciones interpretadas por Montero (por cierto, preciosa voz) y le da protagonismo al tercer personaje que cuenta sus experiencias con el amor con un toque de humor que alivia la tensión de la historia dominante. Mercedes Bernal está soberbia y consigue una paleta de registros que subyuga al espectador.
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