"Somos más punks que cualquier banda de grunge"
Alhambra Monkey Day
Los organizadores de Alhambra Monkey Week, tras dos años de suspensiones, pondrán en marcha el Monkey Day el sábado en el CAAC, con la participación de la incombustible banda americana Mudhoney
Los animosos organizadores del festival Alhambra Monkey Week, como si no tuviesen ya bastante con esa semana de conciertos que nos traen cada año y el Monkey Weekend que ocupa un fin de semana en El Puerto de Santa María, ahora se han inventado el Monkey Day, para tenernos ocupados con conciertos durante un día más. En realidad se lo inventaron hace dos años, pero la pandemia lo ha ido posponiendo hasta este sábado, que tendrá lugar por fin en el Patio del Padrenuestro del CAAC. Por su escenario pasarán tres interesantes bandas españolas: Tze Tze a las 21:40, La URSS a las 00:10 y Los Chicos a la 01:20; pero entre todas ellas estará el plato fuerte, Mudhoney, que comenzarán su concierto a las 22:40. Las entradas, al precio de 30 euros, pueden adquirirse a través de este enlace.
Desde que se formó en Seattle allá por 1988, Mudhoney se ha mantenido como una banda muy bien cohesionada, en la que solo ha habido un cambio, ya que el bajista original, Matt Lukin, dejó su lugar con el cambio de siglo al actual Guy Maddison. Los otros tres músicos han sido desde el principio Steve Turner a la guitarra solista, Dan Peter a la batería y Mark Arm, a la guitarra rítmica y la voz, que es quien atendió amablemente a este periódico cuando quisimos conocer detalles de ellos y su concierto.
-Se suele decir de Mudhoney que fue la banda que inventó el grunge, sobre todo con su anterior formación, Green River. ¿Se sienten ustedes así o había en Seattle otras bandas que ya estaban haciendo grunge?
-No sé realmente lo que significa grunge. Simplemente estábamos siguiendo el camino del underground americano, tras el hardcore. Nosotros crecimos… bueno, no crecimos, sino que estábamos en la escena hardcore, en la que todas las bandas intentaban sonar exactamente como Minor Threat. De hecho nosotros realmente seguíamos la estela de Black Flag, pero estábamos cambiando, yendo más lentos. Realmente se podría decir que Black Flag fue la primera banda grunge. Y, bueno, las cosas estuvieron así durante unos años en el underground americano y Seattle, de alguna manera, se convirtió en la ciudad en la que todo esto se coció y de donde surgieron las cuatro grandes bandas: Soundgarden, Pearl Jam, Nirvana y Alice in Chains. Y ninguna de estas bandas me suenan igual; ¿le suenan a usted igual?
-Pues no. Y no solo eso, es que ustedes mismos siempre me parecieron una banda más del estilo de Jane’s Adiction, los X de John Doe y otras bandas de la zona de Los Ángeles, que de las de Seattle, como Alice in Chains o Pearl Jam. Siempre me sonaron ustedes más hardcore, más punk.
-¡Pues claro! Sin duda éramos más punk que cualquiera de estas bandas.
-¿Y cómo acabó Mudhoney convirtiéndose entonces en los padrinos del grunge?
-Pues no lo sé. ¿Lo somos? Parece que alguien dijo esto y luego la gente lo fue repitiendo. Somos solo los padrinos de nosotros mismos, no somos los padrinos de ningún movimiento.
-Por aquella época yo hacía un programa en la radio de Sevilla y solía poner mucha música del sello Sub Pop, además de Green River y Mudhoney, bandas como las de Steve Albini, U-Men, Skinny Puppy… ¿fue Sub Pop la clave para comenzar a extender el grunge?
-Supongo que tenía usted el disco Sub Pop 100. Ahí estaban Skinny Puppy, que eran de Vancouver; Big Black, que eran de Chicago; la única banda de Seattle que menciona eran los U-Men. Y eso fue antes; creo recordar que fue el primer LP que sacó Bruce Pavitt, antes de que Jonathan Poneman se involucrase en el sello discográfico -Pavitt y Poneman fueron los fundadores de Sub Pop- y fue una extensión del fanzine de Bruce, que de vez en cuando sacaba una cinta de cassette de alguna banda; así que esa vez fue la primera que tuvo suficiente dinero para meterlos a todos en un vinilo.
-También ponía mucho Bleach, el primer disco de Nirvana, que no llamaba demasiado la atención. Pero lanzó el segundo, Nevermind, y todo explotó. ¿Fue determinante Nirvana en el lanzamiento internacional de otras bandas?
-Por supuesto. ¡Seguro! Nirvana fue enorme. Y Pearl Jam también fue, y sigue siendo, enorme. Nirvana fue importante para el reconocimiento de otras bandas. Mire, como a Kurt Cobain le encantaban The Raincoats, el sello Geffen las relanzó. Y en realidad no eran exactamente una banda nueva, sino una banda de Gran Bretaña con un sonido diferente. ¿Pero de qué forma ayudó este apoyo a The Raincoats cuando ya ni siquiera estaban juntas?
-¿Era Seattle un lugar clave por sus circunstancias sociales, musicales, para el nacimiento del grunge, o podía haber nacido igualmente en otra ciudad?
-No lo sé; no sé nada de universos paralelos -se ríe-. Puede que sí, puede que no. No sé si esto es una respuesta -se ríe todavía más-.
-En estos 35 años que llevan de carrera ¿cómo han visto la evolución de su música y del público que la escucha? ¿Notan que los asistentes a sus conciertos tienen cada vez más edad o se van regenerando y tienen también público joven?
-Bueno, pensando en los últimos conciertos que hemos dado, en los últimos seis conciertos en Inglaterra y en Estados Unidos, estamos tocando para gente de todas las edades y sin duda hay muchos jóvenes. Hay toda una mezcla de edades, es fantástico.
-¿Cómo son sus conciertos actuales? Supongo que es inevitable que sigan tocando Touch me, I’m sick, pero ¿son un recorrido por toda su discografía o se centran más en Digital garbage y los otros cuatro discos lanzados ya en este siglo XXI? ¿Qué nos vamos a encontrar aquí en Sevilla?
-Van a escuchar ustedes canciones de todas las épocas.
-Después de haber tenido que suspender dos años la gira que les trae aquí, ¿estos conciertos de ahora son como estaban concebidos originalmente o la pandemia les ha afectado de alguna forma, ya sea en el ánimo con que tocan las canciones, o en el repertorio elegido?
-Seguro que algo ha cambiado, pero ya sabe, no sabría decirle exactamente qué; no hemos tomado ninguna decisión consciente de cambiar cosas a causa de la pandemia. Pero a todo el mundo le ha afectado y a nosotros también.
-Digital garbage, tiene ya cuatro años. ¿Han escrito ustedes nuevas canciones?
-Sí, tenemos un nuevo disco que saldrá en abril.
-¿Y están tocando alguna canción nueva en esta gira?
-Ahora mismo tenemos dos canciones en marcha -se ríe de nuevo-. El proceso para hacer este último disco fue distinto del de la mayoría de los otros, porque Guy, nuestro bajista, se mudó a Australia. No nos juntamos para ensayar hasta que todos estuvimos completamente vacunados, así que hasta junio de 2021 no empezamos a ensayar, tras el confinamiento. Nos concentramos entonces en sacar música nueva: teníamos material en el que habíamos estado trabajando antes del confinamiento, así que recuperamos nuestras grabadoras, donde estaban las ideas que habíamos sacado en nuestro local de ensayo, les echamos un vistazo, reaprendimos algunas de ellas, y sacamos un puñado de material nuevo, pero no llegamos a completar nada al ciento por ciento, solo terminamos cuatro canciones antes de volver, y acabar grabando veinte en total. Muchas de ellas tuvimos que arreglarlas en el propio estudio; algunas tenían letra, otras no; teníamos nueve días para hacer los arreglos… Esto ocurrió el pasado noviembre; hicimos más overdubs, metimos más voces… y un par de meses después, durante la gira americana, Guy se mudó a Australia.
-¿Cómo va la gira por España?
-Ayer tuvimos la noche libre en San Sebastián y hoy tenemos el primer concierto en España, en Barcelona -le tengo que recordar que San Sebastián también está en España-. Y, bueno, basándonos en nuestro día libre en San Sebastián, pues va fantásticamente -más risas-. Y estamos deseando ir a Sevilla. Creo que hemos estado allí antes
-¿Seguro? ¿No recuerdo que hayan venido?
-Creo que sí -que nooo-. Pensé que habíamos estado, quizá no.
-Eddie Veder y usted son los únicos cantantes supervivientes de la escena de Seattle de aquellos años 80 y primeros 90, una vez desaparecidos Andy Wood, Layne Staley, Mark Lannegan, Kurt Cobain… ¿considera que tienen algo parecido al deber de mantener la escena de Seattle?
-Puede que Eddie Veder y yo seamos los únicos dos cantantes grunge originales que quedamos, pero no creo que tengamos deber alguno, salvo con nosotros mismos -siguen las risas- No creo que estemos llevando la antorcha de alguien que murió en circunstancias terribles. No está en nuestras manos y no tenemos nada que ver con eso. Conocíamos a muchas de estas personas; de hecho, los conocíamos a todos.
-¿No cree que sea una carga estar contestando todo el tiempo a preguntas sobre el grunge y la escena de Seattle, como estas?
-Bah, en realidad no ocurre tantas veces -y más risas-.
-Ah bueno; entonces si soy yo solo, lo siento; es que he estado escuchando esta música desde mediados de los 80 y tenía que preguntarle.
-Bueno, es comprensible -nuevo descojone-.
-Venga, Mark, dígame algo más para no terminar hablando de difuntos y deberes.
-No siento la necesidad de decir nada más… bueno, sí; que estoy contento de estar aquí, viajando por toda Europa; nos encanta España en particular, siempre nos ha encantado y hace ya mucho que no veníamos. Esperamos que todo el que venga a nuestro concierto se lo pase muy bien. Y si no es así, haremos que lo hagan; tenemos a agentes de la policía de la felicidad que, si ven que alguien parece triste, se acercarán por detrás y le harán cosquillas. Ya sabe, uno tiene que hacer lo que haga falta para seguir entreteniendo al mundo.
Y ahora soy yo el que termina riéndose como en ninguna otra entrevista anterior me había ocurrido.
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