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Más allá del tópico de cansados pero satisfechos
La relación de la danza con la tecnología no es novedosa pero en las últimas décadas el vínculo entre ambas se ha estrechado y ya no son excepción los espectáculos donde los intérpretes dialogan con la música digital, utilizan sensores electromagnéticos y ordenadores, o interactúan con creaciones virtuales, por no hablar de las nuevas herramientas que la ciencia brinda al estudio del movimiento y a la propia creación. Coreógrafos esenciales del siglo XX, como Merce Cunningham, Bill T. Jones o William Forsythe, han sido pioneros de esas experimentaciones que hilvanarán temáticamente los contenidos del renovado Mes de Danza de Sevilla. Tras la edición de transición celebrada el año pasado como llamada de atención ante la falta de compromiso institucional y que duró una sola semana, la muestra de danza contemporánea que dirige María González recupera su formato habitual y se desarrollará en 16 espacios singulares de la ciudad del 29 de octubre al 21 de noviembre. Los organizadores del Mes de Danza se plantean, además, celebrar este renacimiento ubicando su espectáculo inaugural en un espacio municipal cuyos atractivos permanecen aún ocultos para la mayoría de los sevillanos: las naves de la Fábrica de Artillería. Sería la consolidación de una etapa de mayor implicación de la Delegación municipal de Cultura en este proyecto, del que es su principal protector y al que este año dedica 100.000 euros de presupuesto, además de varias de sus sedes más preciadas, como el monasterio de San Clemente o el Lope de Vega. Decrece en cambio la aportación de la Consejería de Cultura (30.000 euros) y se suman a la aventura nuevos socios, como la Fundación Tres Culturas, que ofrecerá un espectáculo en el pabellón de Marruecos.
A falta de la presentación oficial del programa, su directora, María González, avanza que son 21 las compañías que mostrarán sus propuestas en esta 17 edición, que "reflexionará sobre la relación privilegiada de la danza con las tecnologías en sentido amplio. Desde la iluminación, que te marca una dramaturgia, a veces de un modo más claro que en el teatro, a la fotografía o el uso de sensores". En suma, un recorrido por la historia de esos lazos que incluirá sesiones teóricas para profesionales a cargo del coreógrafo francés Didier Mulleras, quien desarrolla en la red sus procesos artísticos.
Además, continúa creciendo la presencia internacional con los Balcanes como área privilegiada este año. "De allí procederán tres de las compañías participantes. Son bailarines con una formación clásica y una técnica muy potente que, tal vez por trabajar de forma aislada, ofrecen creaciones muy originales", explica María González antes de agradecer el apoyo de Gonzalo Luque, responsable de programas culturales de la Embajada española en la zona que ya favoreció el estreno del espectáculo Espérame despierto, de la compañía sevillana Mopa, en el Sarajevo Winter Festival. "Con Gonzalo hemos puesto en marcha un programa de acciones conjuntas que, si logra el apoyo de la Comisión Europea, permitirá que creadores del Mes de Danza participen también en festivales de Bosnia, Serbia y Macedonia".
"Estos contactos y líneas de trabajo internacionales demuestran, como defendíamos, que el Mes de Danza es mucho más que un escaparate de espectáculos: es una plataforma para la creación y la formación andaluza", defiende María González, cuya labor fue galardonada con el premio Max de la crítica.
En esta edición continúa además Creaciones en proceso, iniciado el año pasado y fruto de una colaboración con Endanza espacio vivo. Este programa permitirá el estreno de la pieza que Bárbara Sánchez y Roberto Martínez quieren mostrar en un espacio tan singular como la discoteca Holiday de la calle Jesús del Gran Poder; y de En lo humano, de Manuela Nogales, que podrá verse en la iglesia de Santa Lucía, ex sede de Espacio Iniciarte.
Al echar la vista atrás, González hace un balance optimista de las tensiones vividas el año pasado. "Yo pedía a las instituciones un compromiso firme que nos permitiera programar con tiempo y garantías, no sólo más dinero. A veces es necesario plantarse. Hay que confiar en el proyecto, en lo útil que puede ser. Me alegro de que en la anterior edición no rebajáramos nuestro nivel y optáramos por hacer algo distinto. El Mes de Danza está reforzando la creación en Andalucía y nuestra experiencia sirve como una metáfora de que, ante la crisis, hay que darle vueltas a la cabeza, generar nuevas propuestas y buscar otros enfoques. No hay que tener miedo".
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