Menú de la casa en San Sebastián

Hoy arranca un Festival que convoca en su Sección Oficial las nuevas cintas de Urbizu, Lacuesta, Zambrano, Ripstein, Davies o Kore-eda · 'Intruders', de Juan Carlos Fresnadillo, inaugura la programación del certamen

Clive Owen y la niña Ella Purnell, protagonistas de 'Intruders', que abre el Festival de San Sebastián.
Manuel J. Lombardo

16 de septiembre 2011 - 05:00

A tenor de la brillante programación de la reciente Mostra de Venecia y del aluvión de grandes títulos que se pueden ver esta semana en Toronto, se entiende mejor que San Sebastián haya quedado paulatinamente desplazado de la primera línea de festivales internacionales a pesar de conservar la Categoría A reservada para aquéllos que presentan a concurso títulos de estreno mundial absoluto.

A diferencia de Venecia, y como seña de identidad de los últimos años, Donosti ha apostado fuerte por el cine español en su sección oficial. En su 59ª edición, que dedicará un ciclo a las relaciones entre cine y gastronomía como guiño local, tenemos dos platos fuertes nacionales que representan dos maneras de entender la cocina cinematográfica. Por un lado, Enrique Urbizu sigue ahondando en las simas de la corrupción y otras desviaciones sociales en el thriller No habrá paz para los malvados, que a tenor de las críticas previas parece prolongar la sobriedad, la contención y el talento narrativo de las excelentes La Caja 507 y La vida mancha. Por otro, Isaki Lacuesta, paradigma del cineasta inquieto que se mueve con soltura por distintos formatos y asuntos para pasar del documental a la videoinstalación, del ensayo a la ficción, presenta Los pasos dobles, rodada en Malí con la colaboración del artista Miquel Barceló y cara A de un proyecto dual que comprende también el documental El cuaderno de barro.

Frente al nervio esencial de Urbizu y la movilidad de Lacuesta, la nueva película de Benito Zambrano (La voz dormida) parece responder a priori a un modelo de probada eficacia industrial, a saber, la película sobre la posguerra en la que priman el diseño de producción de época, el reparto televisivo y las cadencias melodramáticas tan del gusto del público enganchado a Amar en tiempos revueltos. Ojalá nos equivoquemos.

Participación española tiene también Las razones del corazón, el nuevo filme del mejicano Arturo Ripstein, ganador de la Concha de Oro en dos ocasiones (Principio y fin y La perdición de los hombres). La representación hispano-hablante de la sección oficial se completa con el filme argentino Los Marziano, de Ana Katz.

Del resto de la competición sobresale la nueva cinta del exquisito cineasta británico Terence Davies (El largo día acaba): The deep blue sea está protagonizada por Rachel Weisz, una de las estrellas más esperadas en el Kursaal. Junto a Davies, la actriz francesa Julie Delpy traerá Le Skylab, su cuarto largometraje como directora, y su compatriota Mathieu Demy presentará Americano. El director francés podrá asistir al homenaje que el festival dedica este año a su padre, Jacques Demy, con una retrospectiva que incluirá sus musicales más memorables -Los paraguas de Cherburgo, Las señoritasde Rochefort o Piel de asno- o los documentales que le dedicó su esposa Agnès Varda, Jacquot de Nantes y L'Univers Jacques Demy.

La representación europea de la sección oficial se completa con la cinta griega Adikos Cosmos, de Filippos Tsitos, la portuguesa Sangue do meu sangue, de Joao Canijo, y la sueca Happy End, de Björn Runge.

El jurado que preside la actriz Frances McDormand, y en el que también están Álex de la Iglesia y Guillermo Arriaga, tendrá que valorar igualmente la cinta norteamericana Rampart, de Oren Moverman, la canadiense Take this waltz, segundo largo de la actriz Sarah Polley, y las nuevas cintas de tres directores asiáticos habituales del certamen, el japonés Hirokazu Kore-eda (Kiseki), el chino Wang Xiaoshuai (11 Flowers) y el surcoreano Kim Ki-Duk (Amén).

Intruders, de Juan Carlos Fresnadillo, abrirá hoy la programación fuera de concurso, mientras que Intouchables, de Toledano y Nakache, pondrá el broche a la gala de clausura. Entre ambas, el festival entregará su Premio Donostia a la actriz Glenn Close, a la que podrá verse (esta vez como hombre) en lo nuevo de Rodrigo García, Albert Nobbs.

Como de costumbre, Zabaltegi se reserva las Perlas de otros festivales con el pre-estreno en España de El árbol de la vida, de Malick, Le Havre, de Kaurismaki, The Artist, de Hazanavicius, Drive, de Winding Refn, Nader y Simin, de Farhadi, Pina, de Wenders, o Shame, de Steve McQueen, que viene de entusiasmar en Venecia. En Especiales podrá verse también lo nuevo de Nacho Vigalondo (Extraterrestre), David Trueba (Madrid, 1987) o Eduardo Chapero (Verbo), junto a los documentales de dos pesos pesados norteamericanos, Martin Scorsese, que se ha acercado a la figura del beatle George Harrison, y Frederick Wiseman, que se ha internado en la noche cabaretera en Crazy horse.

Algo desgastada después del reciente ciclo de Las Palmas llega la retrospectiva dedicada al cine negro norteamericano (American way of death: 1990-2010) y mucho más oportuna y necesaria resulta la que prestará atención al cine chino de última generación, donde podrán verse numerosas cintas casi clandestinas en su país que han tomado el pulso a las drásticas y vertiginosas transformaciones que ha sufrido el gigante asiático en la última década con los nuevos y pequeños dispositivos digitales.

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