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María Teresa León (Logroño, 31 de octubre de 1903-Madrid, 13 de diciembre de 1988) pertenece a ese grupo de intelectuales que, pese a su enorme valía, quedaron relegados a un segundo plano en la crónica del siglo en el que vivieron. Por su matrimonio con Rafael Alberti se perpetuó en la memoria colectiva como la compañera inseparable y el apoyo espiritual del escritor, pero ahondar en su intensa vida y en su fecunda obra desbarata pronto los malentendidos. Ahora, la editorial Bercimuel, un sello especializado en la recuperación de escritoras que han caído en el olvido y en el rescate de los textos menos célebres de algunas autoras más conocidas como Emilio Pardo Bazán y la propia León, publica Menesteos, marinero de abril, un libro que apareció por primera vez en México en 1965 y que en España vio la luz, de la mano de Seix Barral, en 1972.
Escrito en Roma, donde la pareja se instaló después de su exilio en Argentina, el texto deja vislumbrar al lector la brillantez de María Teresa León como prosista, su talento para crear imágenes de exuberante belleza y su exhaustivo conocimiento del castellano. Para su relato, la autora se basaría en la peripecia de Menesteos, rey de Atenas que tras la guerra descubre que su trono ya no le corresponde y navega sin un destino concreto. La elección del personaje demuestra hasta qué punto estaban ligadas las creaciones de León y Alberti: al héroe se le atribuye la fundación de El Puerto de Santa María, y, de hecho, la historia recrea el viaje hasta ese destino. El catedrático Gregorio Torres Nebrera, encargado de la edición, recuerda que el poeta gaditano mencionaba al personaje en La arboleda perdida, cuando añoraba el reencuentro con la bahía. "Yo me sueño entrando Menesteos, el héroe capitán de La Iliada, en el golfo gaditano para fundar el hoy Puerto de Santa María".
Para el especialista en la producción literaria de María Teresa León -es responsable de las ediciones anotadas de algunas de sus obras fundamentales, como Memoria de la melancolía o Contra viento y marea, y autor de un monográfico sobre ella, Los espacios de la memoria: la obra literaria de María Teresa León-, Menesteos, marinero de abril es "la biografía imaginaria (y con ella, una deliciosa historia de amor) de este personaje del que poco sabemos, y escasas referencias hay de su figura en las fuentes literarias homéricas". León, poseedora de una impresionante cultura que le llevó a firmar trabajos sobre Cervantes, Bécquer o Jimena y el Cid, se inspira en el relato clásico griego, pero parte de este modelo para volcar, apunta Torres Nebrera, muchos de los motivos que le atraen, como "la evocación del espacio perdido, y por ello mitificado; el sentimiento del desarraigo, del exilio, del aventurarse por extrañas tierras y gentes extrañas; el imparable deseo del regreso; el castigo de la guerra que todo lo desbarata, la paz y el paraíso recién hallado; la soledad que va persiguiendo quimeras que no son otra cosa que soledades y huecos".
La introducción que elabora Torres Nebrera recorre la fascinante biografía de una mujer que nació en el seno de una familia acomodada, tuvo el coraje de separarse para casarse por lo civil con Rafael Alberti, participó en la fundación de la revista Octubre y en la Alianza de Escritores Antifascistas, viajó por gran parte de Europa y América divulgando el ideario comunista, vivió el exilio y regresó de él con el Alzheimer impidiéndole reconocer los paisajes familiares... Pero el libro reivindica también a una creadora que cultivó el cuento y el teatro, que reflexionó sobre la Historia y luchó en sus textos por el avance de la mujer. Fue, como resume el investigador de la Universidad de Extremadura, "uno de los nombres fundamentales en la eclosión de autoras, pedagogas, pintoras y artistas que surgen en el periodo republicano".
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