"Sentimos que somos los mejores Scorpions de la historia"
Matthias Jabs | guitarrista de Scorpions
Scorpions actuarán en la Plaza de España el próximo día 11 de julio, formando parte de la programación de Icónica Sevilla Fest
Entrevistamos a Matthias Jabs, guitarra solista del grupo
Sin duda alguna, Scorpions es una de las bandas metálicas más populares del mundo. Desde que se fundó en 1965 su estilo musical ha estado oscilando entre el hard rock y el heavy metal, resistiendo el paso del tiempo y el auge del punk, que llegó para terminar con los grupos como este; del grunge, del rock alternativo, de los estilos actuales que tampoco han tenido ninguna posibilidad de hacerlo. Parafraseando la letra de la que probablemente sea su canción más popular, el viento del cambio ni siquiera ha alborotado nunca las -cada vez menos frondosas- melenas que los miembros de Scorpions sacudían al ritmo de sus canciones más duras.
El próximo día 11 de julio la banda viene a nuestra ciudad para dar uno de sus espectaculares conciertos en la Plaza de España, dentro de la programación de Icónica Sevilla Fest. Y lo hace formando parte de la gira Rock Believer World Tour, nombrada como su último disco, en el que recrean los sonidos de su etapa de más éxito, la que transcurrió entre 1978 y 1992. Con una sección rítmica diferente a la de entonces, ahora compuesta por Paweł Mąciwoda al bajo y Mikkey Dee a la batería, el núcleo principal de la banda que nos visita sigue siendo el mismo: Klaus Meine a la voz, Rudolf Schenker a la guitarra rítmica y el guitarrista principal que, con su incorporación en el 78 cambió el sonido de Scorpions hacia las baladas potentes y melódicas con las tuvieron su mayor éxito comercial. Ese guitarrista es Matthias Jabs, con el que hemos tenido la oportunidad de hablar. Y como la entrevista viene motivada por su próxima visita a Sevilla, era de rigor que la abriese preguntándole por la vez anterior que visitaron nuestra ciudad, que coincidió precisamente con el final de esa época, la banda pasando por un año sabático que hizo que este concierto, celebrado en el auditorio del pabellón de Alemania de la Expo, fuese el único que dieron en el mundo durante el 92 y con el bajista Francis Buchholz ya fuera del grupo, por lo que vinieron como cuarteto con un corto set acústico.
-¿Recuerda usted aquel concierto?
-Si, que lo recuerdo. Fue para la Exposición Universal. Nos invitó el primer ministro de nuestro Estado Federal, Baja Sajonia, porque nuestra ciudad natal, Hannover, iba a celebrar la Exposición Mundial en el año 2000, así que estaban preparando la Expo y vinieron a Sevilla para ver lo que estaban haciendo aquí. Ya sabe, estaba todo en modo Expo; por eso nos invitaron, para que conociesen ustedes a estos tipos que venían de Alemania. Fue hace ya 30 años; increíble.
-Ahora van ustedes a tocar en la Plaza de España, que es un lugar icónico. ¿Qué esperan del concierto?
-Creo que el concierto está dentro de un Festival; ya hemos tocado en muchos festivales durante el mes de abril, cuando estuvimos en América del Sur. Acabamos de estar en Lyon y Toulouse, tocando en recintos de interior; es un poco distinto de tocar al aire libre, pero nos encanta tocar en exterior en verano, con aire fresco, agradable calor -modo ironía en ON-. Hemos tocado en España unas cuantas veces en los últimos años y recuerdo que cuando hizo más calor fue en Córdoba; el termómetro marcaba 50 grados y eso que tocamos cerca de la medianoche. Pero nos gusta tocar en España, el público es fantástico.
-¿Cómo va la gira actual? La empezaron en Sudamérica y ahora están ustedes de vuelta en Europa.
-Así es, ciertamente no hemos ni descansado. Volvimos de Chile, fuimos a Francia, luego Alemania, vuelta a Francia y ahora iremos a Suiza; vuelta de nuevo a Alemania, luego Europa del Este, Escandinavia y antes de venir a España en julio tocaremos en Portugal. Nos quedan dos meses de gira y luego nos tomaremos un descanso. La gira está siendo un éxito, con todo vendido y el público muy implicado; las noches de Francia han sido increíbles. Así que nos estamos encontrando muy bien. Empezamos en realidad la gira el año pasado en Las Vegas, y luego seguimos en USA, un poco de Europa, vuelta a USA; así que en total vamos a estar de gira casi año y medio. Luego pararemos y ya pensaremos qué haremos en 2024. Y, si lo piensa, en 2025 será el 60 aniversario de la banda; Rudolph la fundó en 1965.
-Y usted se unió a ella en los años 70.
-Sí, yo me uní en el 78, hace 45 años. También hace ya mucho tiempo. Hay muchos promotores internacionales hablando del 60 aniversario y solo faltan dos años; así que seguramente haremos algo especial.
-Claro; deberían hacer ustedes algo especial. Y espero que en ello incluyan a España.
-Sí, ¡por supuesto!
-Volviendo a la gira, ¿están notando en el público algún cambio generacional o siguen siendo mayoría de viejos rockeros?
-Pues desde hace unos años tenemos a tres generaciones: tenemos a los fans que están desde el primer día, desde el principio de nuestra carrera, los que quedan vivos -risas-, y ahora también vienen sus nietos; creo que es por las redes sociales como YouTube y medios de comunicación similares, por lo que los fans más jóvenes están pendientes también de Scorpions. Y lo vemos en los recintos; vemos un montón de chavales delante del escenario, luego los viejos están por atrás, sentados; pero los jóvenes están delante y eso es fantástico. Es un poco como los Rolling Stones; si se fija en ellos, tienen entre el público a los más viejos, luego a sus hijos, y luego los hijos tienen a hombros a un niño de 5 años. Nosotros también tenemos ahora eso, especialmente en los festivales.
-¿Cree entonces, como indica el título de su disco, que los jóvenes aún creen en el rock?
-Creo que suficientes personas creen en el rock. Fíjese, en América del Sur hemos tocado en estadios, como en el Masters of Rock y en otros festivales en Brasil, Argentina, Chile, Colombia, y hemos tenido entre 35.000 y 65.000 espectadores. El año pasado tocamos en el Hellfest en Francia y fueron 60.000 personas, y en el de Wacken, en Alemania, más de 80.000. Sé que el rock no es tan popular en la radio o en la tele, ahí lo son más el pop, el rap y todo lo demás; pero cuando hablamos de música en directo, el rock todavía está vivo.
-Antes hablaba usted de que la gente escucha música en YouTube y otros formatos como Spotify, que no tienen la mejor calidad de sonido. ¿Tienen esto en cuenta a la hora de grabar un disco?
-En realidad no hay nada que puedas hacer. Y esto es así; una banda se gasta una fortuna en el estudio, donde se escucha en los mejores equipos y suena fantástico. Y luego lo escuchas en un CD y pierdes un montón de calidad de sonido; y si escuchas la radio es todo mp3, porque ya ni siquiera usan un CD, se lo descargan de un servidor; y los mp3 solo contienen una pequeña parte de los datos, de lo que realmente grabaste. Así que esto viene siendo un problema desde hace muchos años, que nadie sabe realmente cuál es el verdadero sonido de lo que grabamos en el estudio, que es muchísimo mejor. Pero, ¿qué le vas a hacer? Y ahora con Spotify la calidad de sonido incluso se reduce más; pero la gente no conoce otra cosa y se acostumbran a esto. Recuerdo que en mis tiempos empezamos con el sonido en mono y mucha gente se sintió confundida cuando salió el estéreo, porque escuchaban cosas distintas en el lado derecho y en el izquierdo y esto les confundía. Pero te das cuenta de que el cerebro, obviamente, se adapta rápido a un nuevo sonido, ya sea mejor o peor; y los chicos van con su móvil y sus auriculares y disfrutan así de la música; así que, ¿qué vas a decir?
-Su último disco, Rock Believer, obviamente se vio afectado por la pandemia. Inicialmente iban ustedes a grabar en USA y acabaron en Europa; además, tuvieron que cambiar al productor. ¿Cambió esto mucho el resultado final respecto a lo que habían concebido inicialmente?
-Creo que sí. El plan era grabar con Greg Fidelman en Los Ángeles, un productor americano que trabaja con Metallica, Slayer y otros. Entonces apareció la pandemia, por lo que no pudimos viajar a USA ni él venir a Europa. En principio intentamos hacerlo vía Zoom: todo el mundo tenía un iPad para poder hablar con él, intentando hacerlo en remoto, desde el otro lado del mundo; pero si el productor no está en la misma sala que la banda, no funciona. Y encima teníamos nueve horas de diferencia horaria: nosotros estábamos acabando el día y él estaba con su primer sorbo de café por la mañana; no se puede trabajar así. El lado bueno es que dijimos: OK, no vamos a trabajar con él, así que lo haremos nosotros mismos. Teníamos suficiente experiencia, teníamos un ingeniero de sonido muy bueno y el estudio estaba en nuestra ciudad. Así que pudimos concentrarnos totalmente en la música, en nuestro sonido. Ya sabe, estábamos aislados en el estudio, nadie podía visitarnos, todos con mascarilla, lo habitual de la pandemia. Es por todo esto que este disco suena más Scorpions que como lo hubiese hecho con la influencia externa de otro productor. Un productor siempre influye, a veces para bien y otras veces no tanto; pero esta vez es puro Scorpions. Y eso lo hace ser muy bueno.
-Sí, da la sensación de que las canciones del disco suenan como sus grandes éxitos de los 80, pero más maduros. ¿Está de acuerdo?
-Sí, tiene razón. Lo bueno ahora, hablando de los conciertos, es que esas canciones encajan perfectamente con las canciones clásicas del set en directo. Teníamos en mente grabar un nuevo disco que pudiese refrescar nuestro repertorio en directo, para no tener que estar tocando las mismas canciones una y otra vez; así que el nuevo material funciona genial: puedes tocar un tema de Rock Believer y luego uno de los 80, o de los 70, o de los 90; todo encaja muy bien.
-Eso me ha parecido, sí. Repasando los set lists veo que tocan ustedes algunas canciones de Rock Believer y luego prácticamente todo es de los 80 y primer año 90. Son más de veinte años de diferencia, ¿hay alguna razón para no tocar canciones de los años entre medias?
-Tampoco le damos muchas vueltas, simplemente hacemos una lista de canciones que tengan una buena dinámica a lo largo de todo el set en directo y que encajen bien en cuanto a afinación, atmósfera, dinámicas… ya me entiende, que puedas parar un poco, meter en medio algunas canciones acústicas, luego acelerar de nuevo… elegimos las canciones que permitan hacer esto lo mejor posible. Y, por supuesto, siempre intentas encajar alguna de las nuevas. Y ese es el resultado este año; el año que viene igual es diferente.
-Hablando de las canciones del nuevo disco, me gustaría preguntarle por Gas in the Tank, la que lo abre, al igual que los conciertos. En ella hablan de riffs sucios, de tocar duro y alto, de buenos amigos para siempre; parece una declaración de intenciones. ¿Va a ser esta su filosofía de vida hasta que se les acabe la gasolina en el depósito?
-Claro que sí; la canción va de hablar entre nosotros, de decirnos: hey, dame un buen riff, enséñame que aún tienes algo que ofrecer. Va más bien de retarnos entre nosotros para conseguir el mejor resultado.
-Pues lo consiguen. El disco es fantástico y seguro que el concierto lo será también. Tenemos muchas ganas de verlos en Sevilla. ¿Quiere decirle algo a los fans locales como despedida?
-Sí, me gustaría decirles que es genial volver a España, tocar otra vez para ustedes. Tenemos muy buenos recuerdos de la última vez que tocamos en España antes de la pandemia. Traemos un repertorio muy bueno, con una muy buena producción y, para mí, ahora somos los mejores Scorpions de la historia, porque desde que tenemos a Mikkey y a Pawel la batería y el bajo funcionan juntos muy bien; y los otros tres, ya sabe, tocamos muy compenetrados. Sentimos que somos los mejores Scorpions de la historia. Muchas gracias y, ¡nos vemos pronto!
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