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"María Teresa León debería ocupar un lugar junto a Chacel y Zambrano"

José Luis Ferris presenta 'Palabras contra el olvido', la primera biografía de la autora de la Generación del 27, publicada por la Fundación Lara y ganadora del Premio Domínguez Ortiz

"María Teresa León debería ocupar un lugar junto a Chacel y Zambrano"
Pilar Vera

02 de junio 2017 - 08:20

Madrid enviada especial/"La figura de María Teresa León -comenta el autor de Palabras contra el olvido, José Luis Ferris- me ha estado tentando desde hace algún tiempo, aunque lo que temo es que se convierta en algo de moda, o en un documental de La 2. Hay que ir un paso más allá, hay que hacer que la sociedad despierte y vaya a lo esencial de estas autoras tan olvidadas. María Teresa León no sólo importa porque fuera muy guapa, porque fuera un símbolo político o la mujer de Rafael Alberti: importa porque escribió una obra literaria de peso. Hemos de conseguir que aparezca en los planes de estudio, que se la pueda leer".

El título, ganador del Premio Antonio Domínguez de Biografías 2017 y publicado por la Fundación José Manuel Lara, constituye la primera biografía sobre la autora de la Generación del 27. "Muchas veces, el exceso de empatía hacia el personaje puede lastrar una biografía -comentaba en la presentación de la obra el director de la colección y crítico literario de este medio, Ignacio F. Garmendia-. Ese no es el caso de José Luis, tanto en este título como en los perfiles de Maruja Mallo o Carmen Conde. Su simpatía hacia los personajes no crea rechazo en el lector, sino todo lo contrario, aunque desde luego no es un relato absolutamente devoto. El de María Teresa, además, es un caso que despierta enormes resonancias colectivas, y llama la atención no sólo por su calidad literaria sino por el valor testimonial que recorre toda su producción".

"La voz de María Teresa fue la voz de los exiliados y desterrados, de los siempre perdedores"

Tal es el desconocimiento sobre la figura de María Teresa León que muchas veces se la incluye, por ejemplo, dentro del grupo de los poetas del 27, cuando ella apenas escribió unos versos. Un lugar en sombras que es común a la mayor parte de las creadoras de la época pero que en María Teresa León acentuó su posicionamiento voluntario como "cola del cometa". Para muchos, entre quienes se encuentra su hija, Aitana Alberti, la obra de su madre hubiera podido desarrollarse mucho más y su nombre hubiera tenido más repercusión si no hubiera estado casada con Rafael Alberti. "Para mí -apunta al respecto José Luis Ferris-, debería ocupar un lugar junto a Rosa Chacel y María Zambrano. María Teresa León fue la gran memorialista. La voz de María Teresa fue la voz de todos los desterrados y de los exiliados, de los siempre perdedores. Siguió escribiendo en silencio, como rememora su hija, toda su vida". Una producción en gran parte perdida, y escasamente editada en España.

También los datos biográficos aparecen distorsionados. Por ejemplo, se dice que su primer matrimonio fue una locura, una fuga adolescente por amor, que se casó y al año tuvo a su primer hijo. Y después que, desnaturalizada y enferma de amor por Alberti, "abandonó" a sus dos hijos. "Cuando la realidad -explica Ferris- es que ella tenía 16 años y él le llevaba diez. Ella se queda embarazada y, para evitar el escándalo social, se casan: el niño nacería tres días después de la boda (posiblemente, ella no quiso casarse nunca con nadie). Y por supuesto que perdió a sus hijos cuando abandonó a su marido, antes de conocer a Alberti: porque la custodia pasaba entonces automáticamente al padre. Fue uno de los grandes desgarros de su vida y, de hecho, sólo empezaría a ser algo más feliz cuando, ya en el exilio en Argentina, su hijo mayor acudió a su encuentro".

El biógrafo destaca la "fidelidad" de las narraciones que María Teresa realiza de los tiempos de guerra y exilio frente a las recreadas por Alberti. Así, Palabras contra el olvido se ha elaborado con Memoria de la melancolía como columna vertebral, pero también a partir de los testimonios de aquellos que la conocieron, de testimonios perdidios, de acercamientos como los de Gregorio Torres y Juan Carlos Estébanez, o de fuguras míticas en los estudios de mujeres como Antonina Rodrigo, o incluso el perfil que sobre ella realiza Benjamín Prado. "Las redes, además -completa Ferris- permiten hoy el acceso a artículos inéditos sin salir de casa". Gracias a esto, por ejemplo, se han podido recuperar algunos extractos del diario que María Teresa León escribió durante el primer exilio, el de París.

José Luis Ferris quiere aclarar que este libro está escrito "contra el olvido pero no contra Alberti": "Aunque el tiempo lo cura todo -reconoció-, hubo momentos, a la llegada a España de Alberti, en que el escritor arrinconó a María Teresa, que pasó sus últimos años como en una pecera, viendo pasar las cosas. Una situación agridulce que es difícil contar de otra manera, aunque Aitana ha defendido a su madre con uñas y dientes".

Ferris insiste en la condición "moral" de María Teresa León como escritora, una cualidad que la autora ejerció "sin pretenderlo": "Comenzó a escribir a los 21 años, en Diario de Burgos, unas columnas muy arriesgadas, buscando la justicia social y contra la pacatería dominante. Escribió cuentos infantiles con un deje surrealista inspirado en Chagall en Rosa Fría. Patinadora de la Luna. Va a ser la gran memorialista de la catástrofe española, tanto con su Memoria de la melancolía como en Juego limpio o en su Crónica general de la guerra española, firmará libretos de teatro y guiones de radio y cine (la adaptación de La dama duende), las biografías del Cid, de doña Ximena, de Bécquer... En la Guerra Civil, se presentaban obras de Lorca por empeño suyo. Sin contar la gran gesta que fue el traslado del patrimonio del Museo del Prado".

El Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías lo conceden la Fundación Cajasol y la Fundación José Manuel Lara. En esta edición, el jurado estuvo compuesto por Nativel Preciado, Antonio Cáceres, Jacobo Cortines, Alberto González Troyano, Ignacio F. Garmendia, Joaquín Pérez Azaústre y Rafael Valencia.

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