La flecha de Manuel Carrasco se clava con su concierto en el corazón de Sevilla
CONCIERTO
El onubense abrió ayer su gira 'Corazón y flecha' en el Estadio de la Cartuja, con un concierto único a pesar de la lluvia
Repite concierto esta noche de sábado con un doblete que congregará, entre ambas citas, a 140.000 seguidores
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Las imágenes del concierto de Manuel Carrasco en Sevilla
Refuerzo de autobuses y cercanías para ir al concierto de Manuel Carrasco en Sevilla
Manuel Carrasco tiene una canción perfecta para cada estado de ánimo y son estas
Sevilla ha vivido una intensa semana de celebraciones para todos los gustos y colores. El colofón lo ha puesto Manuel Carrasco con un concierto doble que aglutinará, entre ayer y hoy, a unos 140.000 fieles que colgaron el cartel de "localidades agotadas" hace meses. La capital hispalense es la primera parada de Corazón y flecha, la nueva gira del de Isla Cristina, que también da nombre a su noveno álbum.
Si el año pasado daba igual el insoportable calor que alcanzaron las altas temperaturas, esta vez no han importado las lluvias que comenzaron a amenazar la primera jornada de este doblete a eso de las 21:30 horas. El diluvio provocó que, durante la espera, muchos de los seguidores se resguardaran debajo de la cubierta de las gradas del Estadio Olímpico. Otra parte de los asistentes decidieron arrancar el plástico del suelo para crear un toldo improvisado.
La espera valía la pena y a las 22:16 horas se encendieron los focos blancos y azules que indicaban el comienzo del espectáculo, previo aviso de que la lluvia “condicionaría algunos elementos de la parte estilística”. Una indicación que terminaba afirmando que la noche "sería mucho más épica" e invitando al público a "vivir el momento".
El onubense encara la lluvia con música, compas y sentimientos a flor de piel
Apenas cuatro minutos después sonaron los acordes de Sevilla tiene un color especial, la espera llegaba a su fin. El público impaciente y entregado. A las 22:23 horas, Manuel Carrasco llegó a su altar, enfundado en una chaqueta negra con flecos en las mangas, y armado con un arco. Los primeros fuegos artificiales sonaron a la par que Corazón y flecha, canción con la que arrancaba el concierto. El Estadio retumba y se rinde por completo al onubense. Las gotas de agua dan igual. La música siempre gana. El cantante recorre una larga pasarela y se consagra con sus fieles, que no dudan en corear, bailar y cantar para celebrar la fiesta que acaba de comenzar.
A pesar de algunos contratiempos sonoros en Tambores de guerra, sus seguidores no dejaron de cantar. Y así se fueron sucediendo todas las canciones. Con compás y fluidez. Con emoción y garra. Desde Me dijeron de pequeño hasta Uno x Uno, pasando por Sígueme (con fuegos artificiales incluidos).
Todos saben que el directo del cantante de No dejes de soñar (uno de los momentos más emocionantes del show) es especial, mágico y único. Y también, todos saben que los que lo han visto jugar en su terreno, encima de un escenario, repiten. Más aún si el lugar elegido para disfrutar de su música es Sevilla. Una ciudad a la que el cantante ha dedicado todo tipo de versos y palos flamencos: desde la rumba hasta las sevillanas. Los fandangos los reserva para su querida Huelva. Pero volviendo al concierto de ayer, Carrasco ha sabido superar un listón que él mismo dejó muy alto el año pasado con La cruz del mapa.
"Que Sevilla está que arde y no hay quien apague este fuego", sentenció el artista tras recitar unos versos dedicados a Sevilla. Un poema en el que hizo referencia a su etapa como "triunfito" y a las noches que soñó con "llegar hasta aquí".
Un recorrido por las sevillanas clásicas
El concierto ha sido una pista de baile por su antología, en el que ha habido hueco para sus grandes clásicos: Uno x Uno, Qué bonito es querer, o No dejes de soñar. Pero que también ha enlazado con Volando voy, o Cómo quieres ser mi amiga. No faltó la invitación a bailar por sevillanos convirtiendo el Estadio de La Cartuja, por unos minutos, en la Feria de Abril.
"El año pasado batimos un récord y este año podemos batir otro: el de más gente bailando por sevillanas", indicó entre risas. De este modo, se arrancó por El Pali hasta completar las cuatro tirando de un repertorio clásico. De los que no fallan: Cuando paso por el paso por el puente Triana, o Sevilla tiene una cosa que sólo tiene Sevilla.
Por fin, la lluvia dio una tregua a los presentes y el artista desplegó aún más sus alas. El agua dio paso a otros tipos de diluvios (más alegres y coloridos): de confeti, de papelillos, y globos gigantes o con forma de corazón. "No quiero que la gente que viene mañana (en referencia al espectáculo que repetirá hoy) piensen que esto no es una fiesta", manifestó el artista.
Un paseo entre los asistentes
El onubense se dio un baño de masas cuando el concierto pasaba las 23:45 horas y bajó a cantar entre el público Volviste. Mientras recitaba "Y ahora no puedo dormir / porque se que voy a verte" paseó entre los seguidores de la parte opuesta al escenario, quienes con cara de sorpresa no podían creer estar justo al lado de su ídolo. Es inusual que, en pleno concierto, el protagonista haga un recorrido tan largo. Pero, por qué no. Es una fiesta y el anfitrión de Isla Cristina juega en casa.
Lo cierto es que ser testigo de ver a tantas personas experimentando esta espiral de sensaciones, en tan pocas horas, es emocionante. Más aún cuando las inclemencias climáticas entran en juego. Más aún cuando éstas poco importan.
Tributo a Elena Huelva al piano
El artista encaró la parte final del concierto con una chaqueta blanca. Al piano, con un espectáculo de luces que llenó todo el recinto, cantó Soy afortunado. También frente a su inseparable instrumento entonó Que nadie calle tu verdad y uno de los momentos más esperados: cantó Mujer de las mil batallas, también al piano, con dos fotografías en homenaje a la eterna Elena Huelva en las pantallas.
El de Isla Cristina no quería abandonar el escenario y el público tampoco se quería despedir de él. Llegó el turno de las rimas desgarradoras de Fue, dedicadas a cómo se convierte en un completo desconocido, o desconocida, esa persona que ocupó tantas horas de tus pensamientos. También cantó Ya no, otra oda a la pasión perdida.
"Creo que hemos hecho el mejor concierto de nuestra vida"
Finalmente, a las 00:23 horas, justo después de Yo quiero vivir, el onubense encendió aún más a los presentes: "Nos vamos a quedar hasta por la mañana". Para la penúltima canción, Hasta por la mañana, todos sus guerreros tomaron sus instrumentos y se dirigieron al final de la pasarela para, entre diferentes lluvias de confetis y fuegos artificiales, despedirse de un público que se negaba a despertar del sueño. De creer que la larga espera estuviera llegando a su fin. De que las dos horas de espectáculo hubieran pasado en lo que dura una canción.
"Estaban diciendo que estaba lloviendo mucho y no podía creer que esto estuviera pasando aquí. Pero creo que hemos hecho el mejor concierto de nuestra vida", agradeció Manuel Carrasco antes de entonar la última, como no podía ser de otro modo, a Sevilla. Su eterno amor. Con Hay amores que durante toda la vida y unos versos que rezan "Hay amores que terminan y se guardan, / hay amores donde sobran las palabras, / ay, Sevilla que es como el que te tengo yo", el de Isla Cristina sentenció un amor eterno y mutuo. La capital hispalense está enamorada del cantante y es recíproco. Siempre que puede lo demuestra y, en esta ocasión, no iba a ser menos.
El intérprete, que se dejó la piel en cada balada, en cada acorde y en cada nota, repite esta noche de sábado su actuación para otras 70.000 personas. Manuel Carrasco volverá a coger su arco para atravesar con sus letras el corazón de la ciudad.
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