Un canon a tres voces
Los 100 mejores discos. Una introducción al jazz moderno | Crítica
Diego A. Manrique, Iker Seisdedos y Jordi Soley comentan en un libro los que a su juicio son los más destacados discos del jazz moderno
La ficha
'Los 100 mejores discos. Una introducción al jazz moderno 1953-1962'. Diego A. Manrique, Iker Seisdedos, Jordi Soley. Jazz Images / Elemental Music Records, 2019
Pese a diatribas y detractores, siguen siendo una clarificadora vía para introducirse con brújula en el confuso territorio musical. También para cubrir posibles lagunas en las que los iniciados no habían reparado. Las listas discográficas combinan información y opinión con el objeto de jerarquizar las más relevantes obras de un periodo o estilo musical, alentando, de paso, tantos puntos de acuerdo como de discrepancia.
Los 100 mejores discos. Una introducción al jazz moderno 1953-1962 viene a sumarse ahora a reputadas marcas como Penguin (Brian Morton & Richard Cook), The New York Times (Ben Ratliff) o, más cerca, aquel ya lejano Los 100 mejores discos del jazz (Jorge García, Carlos Sampayo y los desaparecidos Federico G. Herraiz y Federico González) publicado por La Máscara en 1993, para aportar una nueva selección que refresque la vigencia del formato.
En esta ocasión son el veterano y certero Diego A. Manrique, Iker Seisdedos (jefe de Cultura y del suplemento Babelia en El País) y el productor, distribuidor, editor y coleccionista Jordi Soley quienes seleccionan y comentan por orden alfabético su centenar de discos esenciales del periodo comprendido entre 1953 y 1962. Aquel en el que "al tiempo que mejoraban las técnicas de grabación y se iniciaba la era del LP, convivieron las grandes estrellas del jazz tradicional con las figuras más importantes del bebop y empezaron a asomarse los primeros rayos del free jazz".
Miles Davis y Chet Baker (tres de ellos compartidos) se llevan la palma con siete álbumes mientras que John Coltrane con cinco y Bill Evans, Billie Holiday y Thelonious Monk, con cuatro cada uno, los siguen a corta distancia en una autorizada relación en la que no hubiese sobrado en absoluto alguna referencia de Lennie Tristano, Lee Konitz, George Russell, Anita O'Day o Sun Ra, por poner algunos ejemplos.
La reinterpretación gráfica de las portadas, con fotos de William Claxton, Jean-Pierre Leloir y Francis Wolff junto a las originales y un CD anexo con una selección de 15 temas, rematan una obra en la que navegar sin miedo al escollo.
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