Mahler de mi vida

La primera vez que la escuchó, Henry-Louis La Grange se enamoró de la música del compositor para toda la vida; de esa pasión nació este gran libro.

Gustav Mahler, paseando por un lugar no especificado en 1909; abajo, retrato del compositor y director de orquesta.
Gustav Mahler, paseando por un lugar no especificado en 1909; abajo, retrato del compositor y director de orquesta.
Pablo J. Vayón

12 de abril 2015 - 05:00

Gustav Mahler. Henry-Louis de La Grange (en colaboración con Joël Richard). Trad. Francisco López Martín. Akal, Madrid, 2014. 511 páginas. 33,65 euros.

Hay obsesiones que llenan vidas. La de Henry-Louis de La Grange (París, 1924) fue Gustav Mahler, cuyos pasos siguió con el minucioso rastreo del enamorado desde que el 20 de diciembre de 1945 escuchara a Bruno Walter dirigir su Novena sinfonía a la Filarmónica de Nueva York. La Grange es hijo de un senador y ministro francés y una mujer americana. Estudió literatura y música en Nueva York, Aix-en-Provence, París y Yale y se dedicó a la crítica musical desde principios de los 50, siendo sus trabajos sobre el gran maestro bohemio los que han hecho su nombre popular para todos los melómanos del mundo.

Cuando escuchó a Walter aquel invernal día neoyorquino, La Grange apenas sabía nada del autor de La canción de la tierra, pero aquella música lo llamó de tal forma que consagró desde entonces la mayor parte de su tiempo a estudiarlo en profundidad. Conoció a su viuda Alma, se hizo amigo de su hija Anna y recorrió todos los lugares en los que Mahler había vivido, descansado y trabajado, en Europa y América, hasta reunir una documentación que forma hoy la base de la Mediateca Gustav Mahler, que fundó en 1986 junto a Maurice Fleuret. Para entonces, La Grange había publicado ya la obra de su vida, una biografía del compositor en tres volúmenes y unas 3.800 páginas que editó la editorial Fayard entre 1979 y 1984. En 1973 y 1974 había aparecido en Nueva York y Londres el primer volumen algo más resumido, y con posterioridad, entre 1995 y 2008, Oxford University Press editaría en inglés una impresionante versión en tres tomos y 3.600 páginas que arranca de 1897 (se supone que un cuarto tomo rematará en breve la obra con los primeros 37 años de la vida del músico, lo que podría elevar su contenido por encima de las 5.000 páginas).

En 2007, con la popularidad creciente de Mahler en todo el mundo, Fayard convenció al autor para que publicara un resumen de su magna obra, ofreciéndole como colaborador a Joël Richard. Es este el volumen que ha publicado en español Akal, más de 500 páginas que, en palabras del propio La Grange, no omiten "en ningún momento nada esencial" del original, lo que obviamente no es del todo cierto. Pero el cumplido del autor francés a su colaborador no es gratuito, pues aunque en efecto muchos de los abrumadores detalles de la obra completa han sido suprimidos, lo que queda desvela a la perfección el estilo, el concepto y la intención del musicólogo franco-estadounidense.

El libro se divide en dos grandes partes, una dedicada a la vida del compositor y otra a su obra, quedando algo perjudicada esta segunda no sólo porque sus apenas 80 páginas resultan insuficientes para un análisis de cierta profundidad, sino por una decisión poco comprensible del traductor y editor, como es la de no encargar traducciones nuevas de los textos usados por Mahler en sus obras, partiendo en cambio de las muy irregulares que ofrece José Luis Pérez de Arteaga en su trabajo sobre el músico para Antonio Machado Libros y de las versiones anónimas que figuran en la web Kareol. La muy buena edición de Akal merecía traducciones nuevas hechas por un auténtico especialista.

La excelente sección biográfica presenta la estructura del magno original, dividiéndose por ello en tres partes: Hacia la gloria (1860-1897); Viena (1897-1907); Nueva York (1907-1911). El trabajo riguroso de La Grange se apoya en una presentación de extrema objetividad del material, que elude las sobreinterpretaciones y las falacias retrospectivas, como la de considerar el tríptico sinfónico final, desde La canción de la tierra a la inacabada Décima, como la despedida de la vida de un hombre que ni sabía que iba morir antes de cumplir los 51 años ni lo deseaba. Sin eludir temas escabrosos (las torturadoras hemorroides, el suicidio de su hermano Otto, las infidelidades de Alma), el relato mezcla la vida privada y pública del músico, combinando con acierto las detalladas informaciones extraídas de la ingente documentación recopilada con los testimonios de su época, que desvelan tanto el enorme impacto que causó su forma de entender la dirección de orquesta y la gestión de los teatros como el difícil arraigo de su música, en general no muy apreciada. Es en esta doble dialéctica, por un lado, la del Mahler triunfante, aclamado como maestro de la dirección, pero apesadumbrado por los fracasos de su propia música; por el otro, la del personaje cuyos pasos se reconstruyen con absoluta minuciosidad científica a la vez que se someten al escrutinio subjetivo de los observadores de su época, en este doble manejo de la realidad, sus tiempos y su glosa en el que se apoya el éxito de la obra. Una obra que resume dos vidas, la del músico y la de su biógrafo.

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