El Maestranza estrena en España 'La mujer silenciosa', de Richard Strauss

Lírica

La ópera fue prohibida por los nazis debido al origen judío del libretista, el escritor vienés Stefan Zweig · La comedia, que se representa desde el sábado, defiende la tolerancia entre personas diferentesl 'La mujer silenciosa', de Richard Strauss. Teatro de la Maestranza. 3, 5 y 7 de octubre, a las 20:30. Últimas entradas disponibles entre los 37 y los 91 euros.

El equipo de esta producción de 'La mujer silenciosa' posa junto al cartel de la ópera en el exterior del Teatro de la Maestranza.
El equipo de esta producción de 'La mujer silenciosa' posa junto al cartel de la ópera en el exterior del Teatro de la Maestranza.
Braulio Ortiz / Sevilla

01 de octubre 2009 - 05:00

Desde que fuera prohibida por los nazis a la tercera función, debido al origen judío del autor del libreto, el escritor Stefan Zweig, la ópera bufa de Richard Strauss La mujer silenciosa entró en ese limbo azaroso de las obras rodeadas de cierto malditismo, excluidas injustamente del repertorio principal que se exhibe en los teatros con programación lírica. Inédita en España hasta ahora, esta pieza humorística sobre la aceptación del otro y las ganas de vivir se representa desde el sábado en el Teatro de la Maestranza, en una coproducción de la Ópera de Viena y la Ópera de Dresde que demostrará a los espectadores, según el director Pedro Halffter, que se trata de una creación "de una altísima calidad" pese a la desatención que ha padecido.

La mujer silenciosa describe la transformación de Sir Morosus, antiguo almirante del rey de Inglaterra, de carácter difícil, que ve perturbada su paz tras la llegada de su sobrino. Con estupor, este hombre maduro y cascarrabias descubrirá que su familiar se ha integrado en una compañía de ópera y se ha casado con la prima donna,razón por la cual el viejo marino desheredará a su pariente y pedirá al barbero que le consiga "una mujer callada". Pero entre el barbero y la compañía planearán una farsa que cambiará la perspectiva de la vida que poseía hasta entonces el protagonista.

"Más que una ópera bufa, es una ópera sobre la tolerancia", asegura el director de escena Marco Arturo Marelli, quien destaca la sintonía final que se da entre "los jóvenes que están en contra del viejo, que quieren llevarse su dinero, y el viejo que está en contra de los jóvenes". Así, más allá de la vertiente cómica, añade el escenógrafo, la obra esconde "un sentido muy profundo". No en vano, Strauss consideraba que el texto escrito por Stefan Zweig para La mujer silenciosa era "el mejor libreto de ópera bufa desde Las bodas de Fígaro". Y hay razones para sospechar que el compositor se encontraba ante un proyecto particularmente personal: son muchos los especialistas que han detectado en varios de los trazos del personaje de Sir Morosus un retrato burlón del propio músico; de hecho, ambos coinciden en la obsesión por el ruido.

"Strauss hace algo que sólo permite la edad: saber reírse de sí mismo, la mejor forma de afrontar la vida", declara Halffter. Para el director artístico de la ROSS, La mujer silenciosa supone un giro en la trayectoria del compositor en el que "mira a un idioma más recogido, más camerístico" y propone una partitura compleja, escrita "buscando los límites de la tesitura", que requiere "un plantel vocal excepcional".

El bajo Franz Hawlata, encargado del personaje protagonista en un reparto en el que le acompañan el barítono Klaus Kuttler, el tenor Bernhard Berchtold y la soprano Julia Bauer, ahonda en el mensaje vitalista de la obra, "una voz de alarma a las personas mayores para que no se encierren. Lo que se quiere hacer ver es que entres en la vida, y que dejes entrar también a las personas que te rodean".

¿Por qué, pese a todas estas virtudes, La mujer silenciosa no se había estrenado hasta ahora en España? Halffter sugiere, de broma, que "estaban esperando que lo hiciéramos en Sevilla", aunque, agrega más tarde, las "grandes dificultades" que comparte con El caballero de la rosa y Ariadna en Naxos origina que sea tan desconocida.

Marelli, que ha diseñado una puesta en escena "tremendamente respetuosa con el texto", sostiene que desde el boicot nazi la obra sobrelleva el estigma de ópera menor. "Después del estreno se escribió que era mala, pero hay que entender en qué contexto político fueron hechas esas críticas, sólo porque Stefan Zweig era judío", analiza.

El rescate de La mujer silenciosa plantea, en todo caso, una oportunidad para reencontrarse con el genio del autor de El mundo de ayer: Halffter recomienda "a todo el mundo" que lea el libreto que el austriaco redactó para la ocasión, un texto cuya calidad sí apreció el público -el estreno, en el Dresde de 1935, tuvo una espectacular acogida- y que el veto nazi quiso relegar al olvido.

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