"El año pasado teníamos que sobrevivir. Ahora nos hemos tomado la revancha"
Gonzalo Andino | Director de Circada
La cita arranca este jueves con una gala inaugural en el Lope de Vega
"El mundo sigue mal, pero hemos intentado centrarnos en los contenidos, formar una programación potente"
Sevilla/Circada regresa, desde este jueves y hasta el día 20, en plenitud de facultades. Tras la convocatoria del año pasado, "milagrosa y no carente de angustias" y trasladada al otoño por las circunstancias, el festival recupera su fecha de siempre, junio, para desplegar la creatividad y el talento habituales en la cita. Una gala inaugural, presentada por el Capitán Maravilla en el Lope de Vega, arrancará un calendario del que el director de Circada, Gonzalo Andino, nos da algunas claves.
–Circada recupera este 2021 cierta normalidad. Presumen incluso de haber cerrado una de las programaciones más ambiciosas hasta la fecha...
–Sí, y yo creo que influye eso, que el año pasado fuera una edición accidentada, que se pusiera mucha energía en sobrevivir. Este año ha habido una especie de revancha. El mundo seguía mal, pero hemos intentado centrarnos en los contenidos, como hacíamos antes, y creo que nos ha salido una programación potente. En parte porque el año pasado, con toda la incertidumbre, recibimos más apoyo económico que nunca, lo que nos permitió decir ahora: Vamos a dar un salto en el tema presupuestos, que se va a notar en la oferta.
–Tras 14 años, dicen, ha llegado el momento de sacar pecho y señalar que Circada es uno de los mejores festivales de Europa.
–Está feo que yo lo diga, pero, sobre todo en España, Circada tiene una cierta posición de liderazgo, compartida con otros festivales. Especialmente en el diseño del proyecto, eso de que en Circada pasan muchas cosas, que los artistas sientan que los acompañamos, que no lo vean como un sitio en el que hacer una función, que les paguen y punto. Nosotros escuchamos qué necesita el sector, para ir creando cada edición un modelo diferente. En ese sentido, Panorama Circada es especial: no sólo es que vengan 40 programadores, sino cómo vienen, con entusiasmo, con ganas. Lo que se ha generado aquí es una auténtica comunidad profesional que está en contacto todo el año. Circada es el centro gravitacional de algo bonito.
–En la presentación, el delegado de Cultura Antonio Muñoz ha hablado de ese circo tradicional al que íbamos de pequeños y del fenómeno del Circo del Sol. El circo que ustedes defienden es menos popular, pero cada vez se valora más gracias al trabajo que hacen.
–Es que, claro, lo que antes era considerado el circo moderno, que ahora es el circo tradicional, tiene 300 años de historia. Eso ha terminado creando un paradigma, un imaginario, que es lo que tiene la gente en la cabeza, pero la realidad es que ahora hay circos muy distintos. En el circo contemporáneo, al que nos dedicamos nosotros y que puede que sea cuantitativamente el más numeroso, hay cientos de compañías solamente en España. Es una realidad que va en paralelo y que es compatible con las otras. Aquí no se trata de sustituir a nadie.
–En la edición de 2020 reivindicaban el humor. ¿Cuál sería el hilo conductor de este año?
–Diría que sobre todo mostramos esa idea de crecimiento a la que me refería antes, una programación muy sólida. Hay más grandes formatos, pero también mucha calidad en los más pequeños. Viene Karl Stets, un artista danés afincado en Cataluña y con un universo propio increíble, muy poético y diferente. La compañía Mur también es muy interesante, porque en su espectáculo trabaja a partir de binomios, de clown, bicicleta acrobática, malabares..., parejas en las que un integrante tiene diversidad funcional. Y están arropados además por un equipazo. Otra propuesta es la que trae Pistacatro. Cuando me la contaron pensé que estaban majaras. Su obra se llama Orquesta de malabares, y en ella un grupo de malabaristas trabajan con bandas u orquesta de distintas ciudades. Aquí se hace con la Banda de Música del Sol, cuyos componentes se han entregado. Es un grandísimo formato, con mucho humor y muy loco. Y, no sé, también podríamos hablar de Defracto, que es una de las compañías pioneras y de vanguardia de Europa, y que vendrá de Francia.
–De ese país habrá una notable presencia gracias al apoyo del Institut Français. Curiosamente, muchos de los artistas trabajan allí pero tienen muy diversas procedencias...
–Esa es una circunstancia que se da de por sí en el circo, y también en los tiempos en los que vivimos, que la gente es nómada. En Francia tienen muy buenas condiciones para trabajar, y eso influye. En Toulouse, por ejemplo, hay un espacio de creación increíble, La Grainerie, con un presupuesto importante que habitualmente se dedica a la ópera y aquí se destina al circo. De Toulouse traemos todos los años compañías. Lo interesante de la representación francesa, entre comillas, es que uno es chileno, otra brasileña, otra italo-portuguesa... o hay dos hermanos, en la Kirn Compagnie, que proceden de Francia pero se formaron en Bruselas... Los artistas de circo siempre fueron ciudadanos del mundo.
–Están muy ilusionados con la Gran Gala inaugural, casi idéntica a la que tuvieron que cancelar en el último momento el año pasado.
–Ya de por sí montar una gala de estas características, en términos de producción, es terriblemente farragoso. Es como si condensaras seis espectáculos en uno solo: cada número es un universo, una historia, coordinar a todos los profesionales, que las escenas casen... El año pasado fue un palo porque teníamos a todos los artistas en Sevilla. La rusa Nata Galkina, por ejemplo, cogió un montón de aviones y cuando llegó aquí se enteró de que cancelábamos. Pero la gala va a ser estupenda.
–En la rueda de prensa estaban Germán J. López, de Chicharrón Circo Flamenco, y Rebeca Pérez, Rebe al Rebés, que actúan dentro de la programación y son dos ejemplos del apoyo de Circada a los artistas jóvenes.
–Yo creo que esa ha sido una postura nuestra de siempre, lo de intentar localizar a artistas con mucho potencial al principio de su trayectoria. Ahora, con las ediciones que llevamos, es más difícil dar a conocer a gente, hay que estar al pie del cañón, escuchar a la profesión, enterarte de las novedades. Los programadores que vienen esperan descubrir propuestas novedosas. Para nosotros es muy satisfactorio cuando una compañía da sus primeros pasos en Circada y después se consolida y ves que hace un montón de funciones. Es un orgullo poder ayudar.
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