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Dos grandes platos de Manuel Arellano y Pérez de Tudela, pintores de Triana de principios del siglo XX presentes en la Exposición Iberoamericana de 1929, llegaron la mañana de ayer al Real Alcázar como anticipo de la exposición de la colección Carranza, que podrá verse "a la vuelta del verano" (el Ayuntamiento sigue sin concretar una fecha) en las tres salas del Cuarto del Almirante del histórico edificio sevillano, en cuyo Palacio Gótico está precisamente inspirada la pieza de Arellano.
Con un presupuesto total de 400.000 euros (incluido el coste de la restauración), la muestra constará de 171 cerámicas, todas ellas fechadas entre los siglos XII y XVIII, y podrá verse durante los próximos 20 años, en virtud del convenio -un contrato de comodato prorrogable- firmado en diciembre de 2008 por el Ayuntamiento y el coleccionista manchego Vicente Carranza, que recibirá este domingo la Medalla de Oro de la ciudad tras ceder a la ciudad su colección completa, valorada en más de un millón de euros y calificada como "la mejor de España y posiblemente de todo el mundo" por la delegada de Cultura, Maribel Montaño, que se felicitó por el "tesón" del Ayuntamiento y dedicó palabras de agradecimiento a Carranza, por su "generosísimo gesto", y a Paz Sánchez, directora general del Instituto de la Culturas y las Artes de Sevilla (ICAS), sin la cual, dijo, el "complejo procedimiento" de la cesión no habría culminado con éxito.
El resto de los fondos se expondrá en el futuro Centro de Cerámica de Triana. Serán "varios cientos" de piezas que datan desde el siglo XVIII hasta la actualidad, afirmó la delegada y portavoz del equipo de gobierno municipal. La cantidad se conocerá con exactitud cuando esté concluido el proyecto museográfico del centro, en el que se invertirán 3,7 millones de euros, de acuerdo con las cifras anunciadas el pasado martes por el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín.
Entre la comitiva institucional que recibió las dos piezas, procedentes de un almacén en la localidad madrileña de Torrelodones y desembaladas en el Cuarto del Almirante por dos técnicos, se encontraba el comisario de la exposición, el catedrático de Historia del Arte de la Universidad Hispalense Alfonso Pleguezuelo. "Se hará un repaso general de todas las piezas. Algunas exigirán una restauración más importante y otras sólo un trabajo de limpieza", explicó el comisario. Muchas de las cerámicas no se han expuesto nunca al público, y buena parte de ellas han pasado "los últimos 20 años", dijo Pleguezuelo, guardadas en cajas, por lo que necesitarán ser sometidas, a pesar de las buenas condiciones de conservación, a un proceso que los técnicos llaman "de refresco".
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