Llega el circo de los buenos sentimientos

Circo

23 y 24 de abril (17.00 h y 18.30 h) - Plaza de San Francisco

Escarlata Circus nace en el año 1987 de la unión de sus dos componentes, Bet Miralta (acróbata, bailarina sobre cadena floja y manipuldora de látigos) y Jordi Aspa (acróbata, payaso y domador). Ambos se habían formado en Francia y deciden volver a Cataluña con un objetivo común como artistas y seres humanos: conseguir con sus espectáculos que la gente sea más felíz. Así, experimentando con distintas modalidades circenses, tan variopintas como la doma, el equilibrismo, los malabares… aderezan todas sus obras con una potente energía positiva capaz de conseguir su objetivo. Entienden el circo como un mundo apasionante lleno de poesía, emociones, peligro, riesgos y sorpresas, muchas sorpresas. Para Escarlata Circus, el "más difícil todavía" no está en la superación física sino en el reto de la imaginación, en cómo hacer algo de una forma original, en cómo sorprender, y, por tanto, emocionar. El resultado son sus montajes potentes y auténticos, que han arrebatado aplausos en toda Europa, Israel y Rusia. Jordi y Bet son también los fundadores de la Feria del Circo Trapezi conjuntamente con el Ayuntamiento de Reus; y desde sus inicios en 1997 son los directores artísticos.

En Llenties i Marabú Escarlata presenta un espectáculo innovador que transcurre en un escenario muy especial, circular como la carpa de un auténtico circo, en plena calle, donde sólo 80 espectadores (en cada pase) podrán disfrutar de una manera íntima de la magia de su interior. Dentro, Ludmila y Alfonso, personajes estrafalarios con sangre feriante, son los encargados de guiar al público por un mundo donde ternura y peligro se encuentran a cada instante.

Los mágicos seres que conviven en este precioso teatro-circo ambulante provocan toda una explosión de sentimientos encontrados que sorprenden cada segundo. La fuerza de Campanelli, el gran rompedor de cadenas, los dulces chasquidos de látigos, el corte brillante de las hachas encargadas de mecer las sinuosas siluetas dibujadas con marabú y los equilibrios misteriosos sobre una cadena floja, son alguno de los ingredientes de este circo de sentimientos. Un espectáculo acogedor e intenso, que conecta con el niño que llevamos dentro, que te deja una sonrisa en los labios para el resto del día.

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