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Arte
Sevilla/La artista multidisciplinar Lita Cabellut, cuyas obras han sido expuestas en numerosos museos y galerías de los cinco continentes, será la encargada de la imagen que ofrecerá al mundo la XXI edición de la Bienal de Flamenco, que se celebrará del 4 de septiembre al 4 de octubre de 2020. Según el Ayuntamiento de Sevilla, el trabajo de Cabellut para la Bienal de Flamenco será fruto de un proceso creativo, participativo y de colaboración artística y podrá ser conocido el próximo otoño.
La Bienal de Flamenco ha acordado con la artista un trabajo secuenciado en el que ya se cuenta con un proceso creativo significativo que tendrá diferentes hitos y que culminará en el año 2022. Así se ha concebido la versión primera: una pieza/lienzo que representa la imagen como concepto concreto y, sobre la misma, se realizará una performance con la nueva metodología de trabajo de la artista.
El cartel de la Bienal de Flamenco 2020 tendrá su sello, pero también el de muchos artistas a los que Lita Cabellut ofrecerá "libertad y tiempo, rebeldía y espontaneidad para crear una obra colaborativa, viva, inacabada".
El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ha manifestado que supone "una gran oportunidad" que Lita Cabellut sea la responsable de diseñar el cartel de la XXI edición del principal festival de flamenco del mundo. Ha destacado, además, que la programación y el planteamiento en el que se está trabajando para 2020 supondrá un nuevo impulso para la bienal, tanto en su proyección nacional e internacional como en la implicación de toda la ciudad de Sevilla.
Tras recibir el encargo, la creadora ha asegurado que se trata de un proyecto "maravilloso" porque "unir a los flamencos con todas sus artes y que el duende tenga diferentes perspectivas y diferentes caras es un reto muy importante".
Lita Cabellut nació en Huesca, en Sariñena, aunque vive y trabaja en los Países Bajos. Su primer contacto con el arte lo tuvo en el Museo del Prado, donde quedó impactada por la belleza de las obras. Allí conoció a los maestros que marcarían su destino, sobre todo, Goya, con el que se sintió plenamente identificada. Con 19 años se trasladó a Holanda y estudió arte en la Academia Gerrit Rietveld de Ámsterdam dejándose influir por el barroco holandés.
Su pasión creativa arrolladora y su amplio imaginario nutrido de experiencias vitales y literarias no se limitan sólo a la pintura, sino que está involucrada en proyectos que incluyen videoarte, poesía visual, escenografía, dibujos, fotografías, instalaciones y esculturas.
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