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Lincoln, de Steven Spielberg, se reveló ayer como favorita para la próxima entrega de los Oscar al conseguir 12 candidaturas, una más que la adaptación de Ang Lee de la novela La vida de Pi. Aunque La noche más oscura, Los miserables y Argo, dos de los títulos más galardonados del año,entraron en la categoría de mejor filme, la ausencia entre los mejores directores de Kathryn Bigelow, Tom Hooper y Ben Affleck parece allanar el camino para que el retrato del presidente norteamericano triunfe el próximo 24 de febrero en la gala que se celebrará en el Teatro Dolby de Hollywood.
La sorpresa podría venir de las manos de Amor, de Michael Haneke, que aspira a la estatuilla en cinco apartados -mejor película, mejor cinta en lengua extranjera, director, actriz protagonista (Emmanuelle Riva) y guión original (del propio Haneke)- y que tras la Palma de Oro en Cannes y los Premios del Cine Europeo fue elegida por la crítica de Los Ángeles la mejor película de la temporada y nombró a Riva la mejor intérprete femenina. El cine español no logró colocar a Javier Bardem entre los actores de reparto seleccionados por su trabajo en Skyfall, pero sí al canario Paco Delgado, responsable del vestuario de Los miserables, y a Naomi Watts, protagonista de Lo imposible, de J. A. Bayona, en el quinteto de las actrices.
Se echa de menos en la lucha por el Oscar a la mejor película The Master, de Paul Thomas Anderson, de la que la Academia sólo ha reconocido el trabajo de los intérpretes, pero por la estatuilla principal -apartado en el que se han seleccionado nueve filmes- competirán también otros largometrajes que habían llamado la atención en los últimos meses: lo último de Tarantino, Django desencadenado; la representante indie de este año, Bestias del sur salvaje, de Benh Zeitlin; y la comedia El lado bueno de las cosas, de David O. Russell. De Bestias del sur salvaje se hablaba desde su presentación en Sundance, donde se alzó con el Gran Premio del Jurado, y tras su paso por la Quincena de los realizadores de Cannes, donde obtuvo la Cámara de Oro y el Premio Fipresci; de El lado..., galardonada en Toronto con el Premio del Público, la historia de un tipo (Bradley Cooper) que intenta rehacer su vida tras una estancia en una clínica psiquiátrica, se decía que era una comedia amable, de espíritu optimista, concebida para agradar a todos los públicos. Zeitlin y O. Russell se enfrentan a Spielberg, Haneke y Lee por la distinción al mejor director.
En el capítulo interpretativo, todo apunta a que Daniel Day-Lewis se hará con el Oscar por su, según comentan, fabulosa reencarnación de Lincoln: la mayoría de los círculos de críticos hasta la fecha se ha decantado por él en sus galardones, aunque podría jugar en su contra que la Academia ya lo ha premiado en dos ocasiones anteriores. Sus competidores son el Bradley Cooper de El lado bueno de las cosas y el Hugh Jackman de Los Miserables, nominados por primera vez; el extraordinario Joaquin Phoenix de The Master -aquí en su tercera candidatura, tras Gladiator, como actor de reparto,y En la cuerda floja, como protagonista- y Denzel Washington, que regresa con un papel de peso dramático (El vuelo, de Robert Zemeckis) tras unos cuantos años perdido en thrillers intrascendentes. Lástima que John Hawkes, pese a su contenido y conmovedor papel en Las sesiones, no tenga opciones.
Hace unas semanas, las quinielas predecían que el Oscar a la mejor actriz iría a manos de Jessica Chastain, entregada a la obsesión de cazar a Ben Laden en La noche más oscura, pero que los académicos hayan apeado de la carrera a su directora antes de tiempo lleva a temer que la polémica que ha rodeado la película, criticada por incluir interrogatorios con torturas en su trama y acusada de haber accedido a información secreta, podría perjudicarle. Chastain, que ya fue candidata el pasado año por Criadas y señoras, tiene como rivales a la siempre convincente Naomi Watts de Lo imposible y a la imparable Jennifer Lawrence, que dos años después de su primera nominación con Winter's Bone afianza su prestigio con El lado bueno de las cosas. Junto a ellas, la intérprete más veterana que ha aspirado al premio, Emmanuelle Riva, por Amor, y la más joven, la niña de Bestias del sur salvaje, Quvenzhané Wallis. Finalmente, la Academia descartó otros trabajos memorables: los de Marion Cotillard en De óxido y hueso y Rachel Weisz en The Deep Blue Sea.
Tras años de una carrera errática, Robert De Niro ha recuperado el norte. Su papel en El lado bueno de las cosas le reporta la séptima nominación de su carrera, esta vez como actor secundario. Pero para su tercer Oscar tendrá una dura competencia, especialmente por parte de Tommy Lee Jones (Lincoln), con cierta ventaja por el número de premios ya conquistados frente a los estupendos Philip Seymour Hoffman (The Master), Alan Arkin (Argo) y Christoph Waltz (Django desencadenado).
Salvo inesperados cambios en el guión, el reconocimiento a la actriz de reparto tendrá las facciones de Anne Hathaway, que aprovecha con creces un personaje tan lucido como el de Fantine en Los miserables. Pero todo puede pasar cuando entre sus contrincantes están una histórica como Sally Field por Lincoln, la convincente Helen Hunt por Las sesiones o la más rezagada Jacki Weaver (El lado bueno de las cosas), a la que la Academia ya seleccionó por Animal Kingdom. Y en el aire flota un interrogante: ¿no ha llegado la hora ya de reconocer a Amy Adams, nominada por Junebug, La duda, The Fighter... y ahora por The Master?
Chile entró por primera vez en los Oscar gracias a la cinta No, del cineasta Pablo Larraín. Su mayor obstáculo es Amor, elegida por Austria, a la que acompañan War Witch (Canadá), Un asunto real (Dinamarca) y Kon-Tiki (Noruega), pero en el camino se ha quitado un rival pegajoso y una de las principales favoritas, la francesa Intocable, que se quedó fuera de la lista de las elegidas.
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