Lanzmann, la memoria expandida
El director recupera en 'El último de los injustos' a un personaje controvertido y "fascinante" al que descartó del montaje de 'Shoah'.
Cuando preparaba Shoah, ese imprescindible testimonio cinematográfico sobre el exterminio judío, Claude Lanzmann (París, 1925) entrevistó a Benjamin Murmelstein, el único presidente del Consejo Judío del gueto de Theresienstadt que había sobrevivido. En su momento, el cineasta no supo integrar aquellas conversaciones que se desarrollaron a lo largo de una semana en Roma, en 1975, en aquel documental, pero casi 40 años después Lanzmann retoma las imágenes de ese encuentro decisivo en su vida para El último de los injustos, una película que presenta estos días en el SEFF, donde recibirá hoy el Giraldillo de Oro en reconocimiento a su contribución al cine europeo.
Lanzmann explicó ayer por qué descartó incluir a Murmelstein en Shoah, "una película épica con una tensión permanente, en la que lo ineludible de la muerte está muy presente. El tono que aportaba la historia de Murmelstein era muy distinto, incompatible". Pero el director nunca pudo olvidar a aquel personaje ambiguo y controvertido, acusado por algunos judíos de colaborar con el enemigo, encarcelado y absuelto de todos los cargos, que podía haber escapado al tener un pasaporte diplomático de la Cruz Roja pero que prefirió enfrentarse a la justicia, que se exilió en Roma y nunca viajó a Israel pese a anhelarlo, un hombre que era también una presencia casi hipnótica en las distancias cortas, "fascinante, tremendamente inteligente, con muchísima cultura, muy fino en sus réplicas", afirma sobre el contacto con un individuo que le mostró que "cuando los hombres están en situaciones imposibles, no se puede esperar de ellos que sean héroes".
El director, premiado este año en la Berlinale con un Oso de Oro honorífico, quiso volver a Murmelstein cuando asistió a una proyección en Viena en la que aparecía parte de su entrevista. "Trabajé 12 años en Shoah y no sabía qué hacer con todo ese material, de modo que lo cedí al Museo del Holocausto de Washington porque era una forma de salvaguardar todo aquello. Se supone que no tenían derecho a hacer películas, pero cuando me encontré con esa proyección reaccioné con furia. Me dio la sensación de que me habían violado, y ahí fue donde tomé la decisión de que tenía que hacer El último de los injustos". El largometraje tiene hoy su último pase en el Cinesa Plaza de Armas a las 17:30.
Lanzmann, que a lo largo de su carrera siguió indagando en la trayectoria del pueblo judío durante el siglo XX con títulos como Un vivant qui passe o Sobibor, 14 Octobre 1943, 16 heures, admite que Shoah y su rodaje "agotador, peligroso, buscando a nazis y a supervivientes" marcó "un antes y un después" en el conocimientodel Holocausto, una cuestión que el ámbito académico "ha contado mal. Pienso que lo que enseña a la gente son las obras de arte", expresa un creador con una producción tan emocionante como reflexiva que no quiere entrar en asuntos demasiado vinculados a la actualidad. Preguntado por el resurgimiento de la extrema derecha en Europa, reconoció sin ambages que "no quiero responder a esa pregunta. Eso es política de poca monta".
Lanzmann mantuvo ayer un encuentro con universitarios promovido por el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla, lo que le llevó a recordar "cuando se proyectó Shoah por primera vez en Israel. Quienes tenían miedo eran los maestros, no los jóvenes. La película cuestionaba la visión sionista con la que habían sido educados esos adolescentes, pero ellos la entendieron muy bien. En general los jóvenes saben lo que es el mal, el fascismo, entran rápido en esos conceptos".
Alabama Monroe suma nuevos adeptos en su paso por Sevilla
El público del SEFF se ha sumado al entusiasmo que despierta Alabama Monroe, de Felix Van Groeningen, que tras lograr el Premio del Público en la sección Panorama de la Berlinale y ser elegida para representar a Bélgica en los Oscar es una de las favoritas a los Premios del Cine Europeo, a los que opta en cinco categorías. El director, que presenta la película en la Sección EFA, adapta una obra de teatro que protagonizaba el actor Johan Heldenbergh, la historia de una pareja que sobrevive a la tragedia. "Lloré con la obra desde los cinco minutos y salí aliviado, feliz porque había visto algo precioso. Cuando te enamoras de algo no le ves el lado feo. Yo me enamoré de esta historia sin que me importara su crudeza", dijo.
No hay comentarios