La herencia recibida
Love Hurts | Crítica
El guitarrista Julian Lage publica un destacado álbum a la cabeza de su trío con temas propios y versiones del legado norteamericano
La ficha
'Love Hurts'. Julian Lage. Mack Avenue Records
A sus 31 años, Julian Lage ha logrado situarse en la primera fila de la guitarra del jazz actual. Mientras que la crítica lo señala como uno de los primordiales exponentes de la escena y su nombre ya es cita habitual en los corrillos de aficionados, Lage sigue trabajando en la consolidación de una propuesta que toma ahora como campo de operaciones la vasta tradición musical norteamericana, no únicamente centrada en su perímetro jazzístico. Y el formato de trío parece amoldarse con naturalidad a un prisma que el guitarrista ha venido desplegando durante sus tres últimos trabajos, todos para el sello Mack Avenue.
Si el precedente Modern Lore (2018) ya mostró lo certero del enfoque, recibiendo los parabienes de público y crítica, su flamante Love Hurts refuerza el atractivo de una línea de trabajo que enriquece su horizonte. La siempre fiable batería de Dave King y el contrabajo de Jorge Roeder llegan para sustituir a Kenny Wollesen y Scott Colley a lo largo y ancho de un recorrido en el que las composiciones del líder ceden protagonismo para integrarse en un versátil repertorio.
Para conformarlo, el músico recurrió a polifacéticas figuras de culto como Peter Ivers (In Heaven) a clásicos de rock'n'roll y pop de la trascendencia de Roy Orbison (Crying) o los Everly Brothers con el tema que bautiza el disco, pasando por el estándar I’m Getting Sentimental Over You, Ornette Coleman (Tomorrow is the Question), el doblete de Keith Jarrett (The Windup y Encore), Jimmy Giuffre (Trudgin') o un par de partituras propias, la decena de temas que conforman Love Hurts parecen rendir tributo a la herencia recibida. Eso sí, desde una configuración fresca y dinámica destinada a oxigenarla mientras fortalece el compromiso de Lage con la contemporaneidad.
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