Juegos de Guerra

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La competencia entre marcas de juguetes sella en los 80 la alianza entre Mattel y Marvel, germen de la línea 'Secret Wars': héroes y villanos sacuden el mercado y se topan con Beyonder

Detalle de la portada del volumen.
Detalle de la portada del volumen.
Gerardo Macías

17 de octubre 2018 - 06:00

La ficha

'Secret Wars'. Guion: Jim Shooter. Dibujos: Mike Zeck y Bob Layton. Panini Cómics, 2015.

En el año 1983 se estrenó Juegos de Guerra, una película estadounidense de ciencia ficción dirigida por John Badham y protagonizada por Matthew Broderick, Ally Sheedy y John Wood.

La película está ambientada en los últimos años de la Guerra fría y cuenta la historia de un joven hacker que intenta infiltrarse en sistemas ajenos por curiosidad, hasta que se introduce sin querer en el ordenador principal del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial.

A mediados de los 80, también tuvieron lugar otros juegos de guerra, o más bien guerras del juguete. Kerner había conseguido la licencia para sacar unas figuras articuladas basadas en la competencia de la Marvel, DC Comics, y una línea llamada Super Powers. Mattel, tratando de competir con esta marca, optó por negociar con Marvel Comics.

Mattel propuso lanzar una línea de figuras y una serie de cómics que sirvieran de inspiración para las aventuras de las figuras, ya que consideraban que podían cuajar entre el público infantil. Esto también se extendió al nombre de la línea: Secret Wars, un título que en los estudios de mercado mostraba reacciones positivas por parte del público objetivo, los niños.

Secret Wars (1984) fue el primer gran cruce entre superhéroes. Desde la fundación de Marvel en 1961, nunca antes se había dado un cómic que cruzase a los principales héroes de la editorial y que, además, afectase a la continuidad de todas las series.

Bajo la premisa de unas guerras secretas entre héroes y villanos de Marvel en otro planeta, esta colección sacudió el mundo editorial con un rotundo éxito de ventas tanto en cómics como en merchandising.

Tras ser transportados a años-luz de La Tierra, los héroes y villanos se encuentran en un lugar indeterminado del Universo. Una vez allí, una entidad conocida como Beyonder les ofrece hacer realidad sus deseos a cambio de matar al bando contrario. Beyonder crea un planeta con fragmentos de otros mundos, que será el campo de batalla. Galactus y el Dr. Muerte tratan de hacerse con el poder de Beyonder, pero son repelidos de manera violenta.

Los héroes fueron transportados a Mundo de Batalla desde sus colecciones con fecha de portada de mayo de 1984. Los héroes se acercaban a un extraño objeto en Central Park y al penetrar en él, eran transportados a otro lugar. En el siguiente número, en junio de 1984, los héroes regresaban cambiados, refiriéndose a algo que les había pasado en otro mundo. En sus series particulares, se muestran los efectos de Secret Wars, aunque esta tardaría un año en terminar. A lo largo de doce meses se conocerían con detalle las aventuras vividas por los superhéroes.

La novedad más popular fue el traje negro de Spider-Man: el simbionte que, posteriormente, se llamaría Venom y que tantos quebraderos daría a Spider-Man. Pero habría más: Magneto se vería medio redimido de su condición de villano y comenzaría su carrera como antihéroe; Los 4 Fantásticos tendrían a Hulka como relevo de La Cosa, quien se quedaba en Mundo Guerra, donde podía transformarse en humano a voluntad; Coloso volvería tocado emocionalmente de su viaje con la Patrulla-X; el Doctor Muerte revelaría cómo era su cara bajo la máscara, sin cicatrices; y el Hombre Molécula despertaría dentro de sí poderes que no sospechaba tener.

El cómic fue un éxito de ventas, y los niños quedaron encantados con los juguetes y con la ingente cantidad de merchandising que saturó las tiendas.

Jim Shooter, director editorial, fue el encargado de escribir el guión. Y lo hizo bajo llave, sin que ningún otro guionista interviniera. Sus motivos se fundamentaban en que los escritores de la casa eran muy protectores con sus personajes.

Bajo la coordinación de Tom DeFalco, y con los dibujantes Mike Zeck y Bob Layton, se desarrollaron los doce números que componen la serie, y con esta fórmula no solo sacudió el polvo y el olor a cerrado en Marvel, sino que también supuso una inyección importante de capital. De ahí que tuviéramos unas Secret Wars II poco después, secuela en la que sería Beyonder quien visitase La Tierra.

Secret Wars y su secuela tenían un componente filosófico, ya que Beyonder se autodefinía como un ser más allá de toda comprensión y su máximo anhelo era comprender.

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