Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
ARCO 2022 | PRIMERA JORNADA
Madrid/Una pieza histórica, la primera instalación que Dora García presentó en su galería, es una de las apuestas de Juana de Aizpuru en esta edición de la feria ARCO que ella impulsó hace 41 años y que coincide con la celebración de sus bodas de oro como galerista. En su expositor, Aizpuru se ha rodeado de obras de sus artistas más fieles, como Rogelio López Cuenca y el prematuramente fallecido artista catalán Luis Claramunt (Barcelona, 1951-Zarautz, 2000), sobre el que conversamos. "De Claramunt tenemos ahora además una exposición magnífica en la Fundación Vila Casas de Barcelona que está teniendo un rotundo éxito. Los comisarios Sílvia Martínez Palou y Àlex Susanna han trabajado muy bien y la selección de obras es magnífica y recoge las ciudades que marcaron su andadura, entre ellas también Madrid, Marrakech y sobre todo, Sevilla".
Claramunt era hijo de una familia acomodada que a los 18 años se marchó de casa para adoptar la cultura gitana. "Se enamoró de esa cultura y el personaje que él hizo de sí mismo acabó perjudicando a su obra pictórica y quien lo trataba superficialmente no imaginaba que era un hombre de una gran erudición. Por fin ahora 22 años después de su muerte -falleció con 49 años- su inmensa talla artística está resurgiendo. Cuando llegó a Sevilla en 1985 lo conocí profundamente gracias a su amistad con Martin Kippenberger y Albert Oehlen, que por entonces vivían en mi galería sevillana [sede que cerró en 2004]. Tuvimos mucho trato en los cinco años que vivió en Sevilla, donde estuvo hasta 1990. Era más que un amigo, era alguien de mi familia, como mi hermano pequeño. El tiempo le ha favorecido porque la gente sólo ve ahora su pintura, que es extraordinaria", dice la galerista, contemplando las tres obras de Claramunt que ha puesto a la venta en su expositor de ARCO.
Aizpuru aprovecha para hacer sus apuestas. "Me preocupa el empeño por convertir las ferias en bienales llenándolas de actividades paralelas, no creo que sea la vía. Pero estoy segura de que este ARCO va a funcionar porque hay verdaderas ganas de normalidad y muchos clientes me han llamado para confirmar su visita. ARCO tiene un público muy fiel, es una cita a la que la gente quiere venir desde todas las ciudades de España y esa presencia va a contribuir mucho al éxito de esta edición, aunque no estoy tan segura de que se recupere por completo el mercado", subraya.
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