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Desde que el pasado mes de enero se convocara el concurso internacional para cubrir el puesto de director artístico del Museo Picasso, cargo vacante desde la salida de Bernardo Laniado-Romero, el nombre de José Lebrero Stals es el que con más insistencia figura en todas las quinielas. Los rumores acerca de la participación del director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), con sede en el monasterio sevillano de la Cartuja, en el proceso de selección, aún en curso, se han disparado tras finalizar el 16 de marzo el plazo de presentación de candidaturas al puesto. Así, el asunto se ha convertido en una consulta recurrente ante la cual el director general de Museos de la Junta, Pablo Suárez, guarda un completo silencio. La Consejería de Cultura ha rehusado hacer cualquier declaración sobre el tema remitiendo a la cláusula de discreción del concurso público, que indica expresamente que "todas las personas e instituciones públicas implicadas en el proceso de selección [...] se comprometen a garantizar la absoluta confidencialidad de todos los datos personales y profesionales de los mismos"; a la vez que se asegura que se hará público exclusivamente el nombre del candidato que resulte seleccionado.
Sin embargo, en los mentideros artísticos andaluces y, sobre todo, malagueños, el nombre de Lebrero se da casi por seguro para pilotar la nueva etapa del Picasso, un museo que cuenta en 2009 con un presupuesto (para actividades expositivas, infraestructuras y gastos directivos y de personal) muy superior al del CAAC. El perfil de Lebrero cumple requisitos ineludibles del pliego del concurso, tales como "una trayectoria y experiencia significativas de dirección artística de museos o centros de arte moderno y contemporáneo". Antes de coger las riendas del CAAC, donde ha desarrollado una programación de gran interés con un presupuesto exiguo, Lebrero Stals (Barcelona, 1954) fue el responsable expositivo del Museo de Arte Contemporáneo (Macba) de su ciudad natal, un centro que ha catapultado a sus últimos responsables, como sucede con Manuel Borja-Villel (ahora al frente del Reina Sofía). Una de las personas mejor valoradas para sucederle, según responsables y críticos artísticos consultados, sería Yolanda Romero, directora del Centro José Guerrero de Granada, una institución amenazada de muerte por el conflicto entre la Diputación y los herederos del pintor, que se inclinan por llevarse el legado a otra parte. En todo caso, según el Código de buenas prácticas y al igual que ya sucedió con el Reina Sofía, habría que convocar un concurso público de nivel internacional.
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