Hoyos deberá devolver una parte de las ayudas si cierra el Museo del Flamenco
El personal del centro lamenta el "revuelo", insta a esperar a las declaraciones de la bailaora y defiende su "proyecto de envergadura" · El PP denuncia un "magnífico negocio" y reclama una investigación
Cristina Hoyos deberá devolver una parte "proporcional" de las subvenciones recibidas de la Junta de Andalucía en el caso de que el Museo del Baile Flamenco, propiedad de la bailaora, cierre sus puertas. Hace varias semanas, Hoyos puso en venta el inmueble mediante un anuncio en el portal digital idealista.com donde pide seis millones de euros por el edificio.
La Agencia Idea, un organismo de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, aprobó en abril de 2006 la concesión de 537.000 euros para apoyar la inversión de Hoyos. Según la Consejería de Cultura, ése es "todo el dinero" que la Junta ha destinado a esta inciativa, en concreto -precisan desde Idea- para las instalaciones museográficas del edificio y en ningún caso para otro tipo de inversiones, como la rehabilitación del inmueble o las instalaciones comunes (el sistema eléctrico, por ejemplo).
Tras ser justificada la inversión por parte del Museo del Flamenco y comprobada por los técnicos de la Administración, esa cantidad -537.000 euros- fue abonada definitivamente en el primer trimestre de 2007, según confirman fuentes de Idea. Una de las condiciones para la adjudicación de estas subvenciones, precisa la misma persona, es el mantenimiento del proyecto que recibe la ayuda durante un periodo "mínimo" de cinco años.
De manera que el proyecto del museo se encuentra aún "en fase de seguimiento y control". "El procedimiento es el mismo para Cristina Hoyos y para los más de 10.000 proyectos [que incentiva este organismo de la Junta]", añaden desde Idea. "Está todo contemplado en nuestro procedimiento. Lo que no podemos hacer es adelantarnos, porque de momento es simplemente un anuncio".
Si Hoyos finalmente vendiera el edificio pero el nuevo propietario mantuviera la actividad del museo, la bailaora "no tendría por qué devolver el dinero"; si por el contrario el inmueble fuera usado por su nuevo dueño para otros fines, sí que habría "incumplimiento" de las "obligaciones" que acarrean las las ayudas, y por tanto, explican estas fuentes, "se iniciaría un procedimiento para el reembolso total o parcial" de la subvención; en este caso, la devolución sería "proporcional", pues a día de hoy el museo lleva justificados más de dos años de esa inversión. Cualquier cambio -de titularidad o de uso- deberá ser comunicada por Hoyos a la Consejería de Innovación.
La titular de Cultura andaluza, Rosa Torres, no quiso ayer "entrar en detalles" sobre la cuestión de las subvenciones, pero espera que este anuncio de venta sea, "más que un fin, una llamada de atención", y deseó que ésta "encuentre respuesta para que el museo no desaparezca", pues presenta "buenas cifras de viabilidad". Torres aseguró que Hoyos está "muy triste" y que tanto su Consejería como las de Innovación y Turismo, Comercio y Deporte estaban al tanto de las intenciones de la bailaora, y expresó además su preocupación por que esta situación "afecte al patrimonio" de la también directora del Ballet de Andalucía, "un patrimonio que ha conseguido bailando a lo largo de toda su carrera".
Muy distinto fue el tono del PP. El portavoz de Cultura de este partido en el Parlamento andaluz, Antonio Garrido, se refirió a esta operación, aún inexistente en cualquier caso, como un "magnífico negocio", y denunció un "trato de favor" de la Junta y el Ayuntamiento a una artista "del club de los beneficios asegurados". Garrido, que tachó de "indecente" la política de subvenciones del Gobierno andaluz, reclamó una investigación y advirtió de que presentará iniciativas parlamentarias en este sentido.
Hoyos, su sobrina y responsable de prensa Tina Panadero y el director del museo, Kurt Grotsch, no hicieron ayer declaraciones por encontrarse en China con el ballet de Ramón Oller. La bailaora participa en el montaje de Carmen, que se estrena mañana en Pekín. Sin embargo el teléfono no cesaba de sonar en las instalaciones de la calle Manuel Rojas Marcos y un miembro del personal lamentó que "se haya formado ahora este revuelo porque el edificio lleva más de un mes en venta y sería muy interesante escuchar qué tiene que decir Cristina". "Nadie quiere publicar la inversión personal que ella ha hecho en este centro, eso parece que no interesa. Y éste es un proyecto de envergadura, no un chiringuito. Por eso ella tiene el mismo derecho que cualquier empresario cultural a solicitar y recibir esas ayudas", dijo.
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