Hormigón para la pintada callejera
Tras apostar por el arte urbano con el diseño de la Bienal, el Consistorio afianza su interés por esta disciplina con el anuncio del Museo del Grafiti · La iniciativa llevaba varios años esperando tomar forma
El Museo del Grafiti que anunció el miércoles el alcalde en su encuentro con los gestores culturales de la ciudad como la iniciativa estrella para tiempos de crisis es, en realidad, un proyecto que llevaba tiempo esperando un impulso por parte del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) y que Maribel Montaño ya anticipó en el verano de 2008. “Hasta ahora contemplábamos el arte en museos cerrados, pero las formas de hacer, ver y disfrutarlo se han roto con la llegada del arte urbano”, manifestaba entonces la delegada de Cultura, que expresó la voluntad del Consistorio de “apuntalar estas iniciativas de creatividad cultural contemporánea en Sevilla, que ya acoge a algunos de los hombres y mujeres que destacan por su calidad en el panorama nacional e internacional”.
El interés que el universo del grafiti despierta en el Gobierno municipal viene de lejos: el fomento del arte urbano formaba parte del programa electoral y se ha traducido en iniciativas como el concurso Wall Art, promovido por el ICAS junto a Emasesa, la elaboración de un catálogo de artistas de esta manifestación empadronados en la ciudad o la apuesta por reunir a cuatro autores de este ámbito –el madrileño Suso 33, el sevillano Seleka, el granadino El Niño de las Pinturas y el cacereño San– para desarrollar la imagen de la próxima Bienal de Flamenco.
El museo al aire libre en el Parque Miraflores, cuyas obras comenzarán en 2010, es por ahora la última etapa de esta adhesión del Ayuntamiento al grafiti. Según fuentes consultadas por este periódico, fue el colectivo Existe el que se puso en contacto con el Ayuntamiento para negociar la idea. El citado grupo y representantes de la sala Microlibre, la mayor de España dedicada íntegramente a las manifestaciones de la cultura hip hop, fueron citados a una reunión con técnicos del ICAS. Los primeros explicaron en este encuentro su proyecto de Museo del Grafiti; los segundos aportaron otra propuesta relacionada con el arte urbano, también aprobada por el área que dirige Maribel Montaño: una mejora de la imagen de las paredes que hay detrás de la estación de autobuses de Plaza de Armas, perfectamente visibles desde el Puente del Cristo de la Expiración, conocido popularmente como Puente del Cachorro, una de las puertas de entrada a la ciudad. El objetivo, aseguran estas fuentes, consiste en sustituir las actuales pintadas por un trabajo más serio y armónico, realizado igualmente con técnicas de grafiti. Esta línea de trabajo entroncaría con el anuncio del Consistorio de acotar zonas en la ciudad donde se puedan realizar “de forma legal e integrada con el ambiente”.
La idea
Los Museos del Grafiti se concibieron con el propósito de favorecer espacios propios para esta actividad en las zonas que carecen de lugares idóneos para estas prácticas. Para Israel Moreno y Miguel Chacof, arquitectos que han realizado el proyecto, estos museos no pretenden en ningún caso “reprimir este tipo de expresión artística”, pero buscan “el consenso entre arte urbano y sociedad, siempre desde el respeto mutuo que a veces parece inexistente”. Según sus artífices, este espacio se uniría “estratégicamente” a un “sistema de ubicaciones de interés cultural entre las que figuran espacios donde los jóvenes plasman sus ideas en coloridos grafitis”.
Los arquitectos y artistas encargados de llevar a cabo la propuesta, Israel Moreno y Miguel Chacof, han proyectado para la instalación un sistema de prefabricados modulares de hormigón armado, cuyo basamento funciona como una bancada continua y que acoge en algunos casos muros de dos y tres metros y medio y en otros respaldos o jardineras. De esta forma se persigue “conseguir una intervención adaptable a cualquier espacio urbano, que se aleje de la frialdad que pueda tener el mobiliario público, conjugando arte y arquitectura”, expuso ayer a este periódico Israel Moreno.
Según informa uno de los autores del proyecto, la primera instalación de este tipo se prevé abordar “en dos zonas carentes de vegetación y ubicadas en el interior del parque Miraflores”. Sin embargo, tal como señala Moreno, desde el Ayuntamiento no se descarta la inserción del proyecto “en otros espacios públicos en un futuro”. La meta, apuntada con anterioridad por los arquitectos, es “que el grafiti no oprima a la ciudad ni degenere en vandalismo, sino integrar las obras en el paisaje natural y arquitectónico de Sevilla, porque el grafiti y la ciudad pueden y deben comunicarse”.
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