La Feria comenzó en el río
Hecho para Arrejuntarse
La marca de refrescos 7UP ofreció ayer una multicolor fiesta a bordo de un barco sobre el Guadalquivir, comenzando así las actividades que llevarán a cabo durante toda la Feria
Imágenes de los últimos preparativos de la Feria de Sevilla 2024
Plano de la Feria 2024
No nos faltó un perejil. En la tarde y noche de ayer tuvimos rebujito, pescao frito y hasta encendido del alumbrao, una vez que la maravillosa puesta de sol que contemplábamos desde el barco se convirtió en incipiente oscuridad durante la interpretación de la primera canción de El Duende Callejero y antes de comenzar con la segunda, que tenía un título la mar de apropiado, Llegó la noche, su guitarrista y compositor, Rafa Mariscal, iniciase desde el escenario, a estribor de la cubierta superior, una coreada cuenta atrás: diez, nueve, ocho… para que al llegar a cero se encendiesen las innumerables tiras de leds que nos cubrían y desapareciesen las sombras cristalinas bajo los puentes de piedra, como esos de los que Machado hablaba en sus versos, aunque se refiriese a los del río Duero en vez de a estos de su ciudad natal, sobre el Guadalquivir, por los que pasábamos nosotros.
La marca de refrescos 7UP, omnipresente en la Feria de Sevilla al ser componente indispensable en la preparación del rebujito, conoce a la perfección el espíritu abierto y festivo que caracteriza a esta fiesta y se ha hecho partícipe de ella de forma activa con una gran campaña que incluirá la puesta en circulación durante los días 14 al 20 de una caseta sobre ruedas, la Buseta 7UP, a la que tendrán acceso más de un millar de personas durante la semana de Feria, para comenzar a vivir su ambiente ya de camino al Real. Una vez en él, la presencia de la marca estará en más de 300 casetas a través de elementos que les darán toques de color verde lima, como los abanicos y láminas diseñados en exclusiva por el artista Javier Navarro –Sevilla Dibujada- o las 3.000 macetas de hierbabuena con las que la marca rinde homenaje al Rebujito Perfecto, el que se sirve con 7UP, manzanilla de Sanlúcar, mucho hielo y hierbabuena fresca. El inicio de la campaña tuvo lugar ayer, desde las siete y pico de la tarde, bajo un sol de justicia, hasta las once de la noche, con una ligera brisa que apenas refrescaba, a bordo de un barco que se movía plácidamente entre la Torre del Oro y la parte más al sur de la Dársena, en el que se celebró una fiesta de bienvenida para aproximadamente 250 personas que tuvimos la fortuna de vivir la experiencia de este crucero pleno de ambiente ferial, disfrutando además del infinito catering ofrecido y la música en directo.
La campaña de 7UP lleva el nombre de Hecho para arrejuntarse y eso fue lo que hicimos, arrejuntarnos en un gran conglomerado compuesto por sevillanos premiados en un sorteo celebrado previamente en las redes sociales, invitados de la marca, gente de la prensa y, sobre todo, influencers; muchas más chicas que chicos, pero influencers de todas clases y respaldo de followers, desde las de una discreta cantidad de 137.000 seguidores, como Andrea Noguero, hasta las que se disparan camino del millón, como María Valdés, pasando por los que tienen una cantidad que varía entre las anteriores, como es el caso de Pablo Vallejo o Isa Ramos, nuestra Lisa Simpson local. Entre todas ellas y ellos llenarían Instagram y Tik Tok de miles de fotos que no pararon de hacer en todo momento, ya fuese del sol ocultándose tras los bloques de Los Remedios como de las bandejas repletas de trocitos de sardina con mojo verde sobre regañá, tapa sabrosísima, por cierto. Una de las estrellas del aluvión fotográfico y videográfico fue, sin duda, el puente del Quinto Centenario y los elementos de la obra que se está realizando sobre él, enfocado desde todos los ángulos posibles cada vez que pasábamos por debajo. Y tengo una mención especial para la influencer que no voy a nombrar, no por aquello de decir el pecado y no el pecador, sino porque soy incapaz de distinguir a unas de otras, que me pidió amablemente que me apartase unos momentos de la primera fila durante el concierto de El Duende Callejero para poder grabar con su móvil, con cara de entendida en la materia, a escasos centímetros el movimiento de los dedos del bajista sobre su bonito instrumento de cinco cuerdas, mientras lo que estaba sonando era el solo que desgranaba el guitarrista al otro lado del escenario.
Una vez que el barco salió de las aguas del casco urbano de la ciudad ocupó el escenario Carlos Gómez, el cantante barcelonés, para un concierto acústico que resultó muy agradable para acompañar nuestra toma de posiciones y observación del ambiente. Él cantaba acompañándose de una guitarra acústica que servía de base a sus canciones, acompañado por el mallorquín Gaizka Baena, con otra guitarra de la que extrajo algunos solos brillantes, y el sevillano Pablo Domínguez al cajón de suaves percusiones. El trío arrancó suave, para ir echando candela a sus interpretaciones a medida que estas avanzaban, dejando atrás canciones propias como Agua de lluvia o Andaba descalzo, y versiones respetuosas con el original, como en Para que tú no llores, de Antonio Carmona, o dándole aires de rumbita a Por la boca vive el pez, de Fito & Fitipaldis, mientras fracasaban siempre que nos pedían que les acompañásemos con nuestras palmas porque, francamente, es muy complicado hacerlo cuando estás de pie, sin nada donde apoyarte, en una mano tienes una copa de rebujito, en la otra un cuenco de salmorejo y estás pensando en cómo te las vas a apañar para poder meter la cucharita en él.
Entre este concierto y el posterior fue cuando el barco se pareció más a una caseta de feria. El DJ dejó de lanzar al aire los ritmos modernitos, para sustituirlos por sevillanas, muy apropiadas a la situación, que varias parejas se arrancaron a bailar. Pasa la vida igual que pasa la corriente del río cuando busca el mar, por la que también pasaba nuestro barco, mientras por su cubierta pasaban las bandejas con pinchos de tortilla de papas en la que, todo hay que decirlo, el cocinero se había pasado en el punto de sal. Menos mal que para contrarrestar la sed, por la cubierta del barco también circulaba una cantidad de líquido similar a la que circulaba por debajo de él.
El Duende Callejero se presentó en formato de septeto, con sus cuatro miembros fundacionales: Rafa, Ángel Torres, Aarón Abarca y Ángel Pérez respaldados por bajo y guitarra eléctrica, además de batería, pasando a ser ocho personas cuando en el tramo final del set se les unió Chukky, el rapero sevillano con el que han grabado Respiro, su single más reciente, para dejarnos sus versos garrapateros de Ventanilla e insuflarle modos de MC a la mezcla de flamenco, rumba y rock que hacen los del municipio cordobés de El Carpio en canciones como Viento del Sur, con la que comenzaron aquí, A la calle o Entre tú yo, interpretadas más adelante, para ir poniendo el punto final a una encantadora velada.
No hay comentarios