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Sevilla/El Festival de Música Antigua de Sevilla, el Centro Nacional para la Difusión de la Música y el Teatro de la Maestranza han unido esfuerzos para presentar esta noche [20:30, tres horas y 30 minutos de duración] en el coliseo del Paseo Colón un concierto con la música de Rinaldo, título que supuso en febrero de 1711 el debut de Georg Friedrich Haendel (1685-1759) como operista en Londres.
Recién llegado a las islas, Haendel no era en absoluto un desconocido en la capital británica, pues el año anterior se habían escuchado arreglos de sus piezas orquestales para Rodrigo, una ópera que se estrenó en Florencia en 1707. Además, sus andanzas por Italia habían sido bien difundidas en los medios musicales y diplomáticos ingleses, no en vano la invitación para Londres le fue cursada por el embajador británico en Venecia.
Si se tiene en cuenta que Haendel cumplió 26 años justo el día antes del estreno de Rinaldo, podría convenirse en que la experiencia del compositor alemán en el terreno operístico no era aún demasiado importante, pero incluía ya tres títulos para el Teatro del Mercado de las Ocas de Hamburgo y dos escritos en Italia (Rodrigo para Florencia y Agrippina para Venecia), a lo que habría que unir sus dos oratorios romanos, en una época en la que la ópera estaba prohibida en la capital pontificia, una serenata dramática (Aci, Galatea e Polifemo) para Nápoles y más de un centenar de cantatas. Lo cierto es que, aun lejos de ser un gran experto, Haendel no era en absoluto un neófito cuando afrontó el encargo que le hizo Aaron Hill para el Teatro de la Reina de Haymarket.
La ópera italiana había tenido un difícil asiento en Inglaterra durante el siglo XVII, a causa del dominio de géneros dramático-musicales típicamente ingleses, como el de la masque y, ya a finales de la centuria, el de la semiópera. No fue hasta la primera década del siglo XVIII que la ópera italiana comenzó a imponerse en el gusto de la afición londinense, y lo hizo gracias a la competencia de dos teatros, el Teatro Real de Drury Lane y el Teatro de la Reina de Haymarket, que desde 1705 programaron una serie de títulos que en la mayor parte de los casos no eran sino pastiches, esto es, recomposiciones de obras italianas anteriores, como Camilla, que tuvo un éxito extraordinario en 1706 y que no dejaba de ser el arreglo de una obra de Bononcini hecho por un músico llegado desde Venecia, Nicola Francesco Haym, quien, con el tiempo, se convertiría en un importante libretista del propio Haendel.
Cuando en 1710, Haymarket consiguió el privilegio de ofrecer ópera en exclusividad, el joven empresario Aaron Hill asumió sus riendas y esbozó un libreto a partir de la Jerusalén liberada, un poema épico de Torquato Tasso ambientado en la Primera Cruzada, argumento que desarrolló en apenas un par de semanas el libretista Giacomo Rossi. Haendel escribió la música en el mismo tiempo, lo que sorprendió a Hill, quien seguramente desconocía que el compositor usó música anterior, de forma que aproximadamente sólo un tercio de la partitura es completamente nueva. En este sentido, puede considerarse Rinaldo casi como un pastiche más, si bien en este caso había sido el propio compositor de Almira, Agrippina, Il trionfo del tempo e del disinganno, La Resurrezione o Aci, Galatea e Polifemo quien usó fragmentos de estas obras para incorporar (a veces, con textos casi idénticos) a la nueva.
Rinaldo fue un gran éxito el día de su estreno y conoció varias reposiciones en los años siguientes e incluso una segunda versión totalmente recompuesta por Haendel en 1731, cuando era ya, ahora sí, el nombre más importante de la ópera italiana en toda Europa. La obra pertenece a lo que con el tiempo iba a ser conocido como opera seria, un género que formalmente se basaba en una sucesión de recitativos seccos, esto es, acompañados solamente por el bajo continuo, que hacían avanzar la acción, y arias da capo, que servían para la reflexión o la expresión íntima de los personajes. Los argumentos solían partir de acontecimientos históricos, que se deformaban para incluir en ellos diversas tramas sentimentales. En el caso de Rinaldo, se añadían además elementos mágicos, pues uno de los protagonistas principales de la ópera es Armida, hechicera al servicio del rey musulmán de Jerusalén, que queda prendada del héroe cristiano Rinaldo.
El papel principal lo escribió Haendel para Nicolò Grimaldi, conocido como Nicolini, el primer castrato italiano que triunfó en Londres. Aunque en principio se barajaron los nombres de dos famosos contratenores (Xavier Sábata e Iestyn Davies) para asumir su parte, será finalmente la mezzosoprano navarra Maite Beaumont, afín al universo haendeliano desde hace muchos años, quien cantará el papel de Rinaldo esta noche en el Maestranza. A su lado, actuarán tres brillantes solistas americanas (Jane Archibald como Armida, Sasha Cooke como Goffredo, el jefe del ejército cruzado, y Joélle Harvey como Almirena, la enamorada de Rinaldo, que tiene en su rol el momento más célebre de la ópera, el aria "Lascia ch'io pianga"), el muy joven contratenor polaco Jakub Józef Orlinski como Eustazio, hermano de Goffredo, y el bajo-barítono venezolano-italiano Luca Pisaroni, muy curtido ya en dar voz a Argante, el rey de Jerusalén. La función será dirigida por Harry Bicket, titular de The English Concert, uno de los más antiguos y prestigiosos conjuntos barrocos ingleses.
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