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"Guerau es el guitarrista más completo de la música española"

Xavier Díaz-Latorre. Guitarrista

El músico presenta en el sello Passacaille un triple álbum con la integral del 'Poema Harmónico' de Guerau, música excepcional en la tradición de la guitarra española.

El guitarrista barcelonés Xavier Díaz-Latorre.
Pablo J. Vayón

16 de febrero 2014 - 05:00

Poema Harmónico, Guerau. Xavier Díaz-Latorre, guitarra barroca. Passacaille (3 CD)

Conocido desde antiguo por sus colaboraciones con Jordi Savall, hace mucho que el guitarrista Xavier Díaz-Latorre (Barcelona, 1968) se convirtió en uno de los más apreciados solistas de la música antigua española. Su último trabajo discográfico tiene por objeto una de las colecciones cruciales de todo el XVII español, el Poema Harmónico de Guerau.

-¿Cómo y por qué surge esta idea de una integral Guerau?

-Cuando en los 90 escuché a Hopkinson Smith un concierto dedicado a Guerau en Barcelona me quedé prendado de su música. Siempre pensé que tenía que dedicar mi esfuerzo a este compositor. He pasado toda mi vida estudiándolo. Hace cuatro años, el Centro Robert Gerhard (C_RG) me pidió colaborar con un proyecto de música catalana, pero de barroco catalán para guitarra no hay gran cosa, así que propuse al mallorquín Guerau, que si no catalán por nacimiento sí pertenece al ámbito de los países de lengua catalana. Aceptaron mi propuesta, y cuando empecé a documentarme, me sorprendió comprobar que había poquísimo grabado. Así que me decidí por la integral.

-¿Y por qué en Passacaille?

-Desde el C_RG siempre decían que pretendían crear su propio sello, pero yo quería que el trabajo se publicara en una marca que tuviera ya una trayectoria reconocida y fuera seria. Hicimos los dos primeros discos sin sello, y cuando terminamos el segundo, me dijeron que se había acabado el dinero. Además, el Centro cambió de dirección y de orientación. Por contrato yo era copropietario de las grabaciones, y para no dejar a medias el proyecto me puse a buscar una casa discográfica que aceptara mis condiciones, que básicamente pasaban por mantener a mi técnico de sonido, Alban Moreau, y por que nos dejaran hacer las cosas a nuestro ritmo, con cinco días de grabación para cada disco. Passacaille fue la primera compañía a la que me dirigí, y aceptó. El C_RG también estuvo de acuerdo, y gracias a eso pudimos terminar el trabajo.

-¿Cuál es la principal singularidad de la música de Guerau en la tradición de la guitarra española?

-Para mí Guerau es el guitarrista más completo de la historia de la música española. Podemos trazar perfectamente una línea desde Mudarra, Milán y Narváez hasta Guerau, y desde Guerau hasta Sor. En medio todo resulta mucho más anecdótico. Están las obras de Sanz y Murcia, que son bonitas y atractivas, porque te permiten improvisar, pero es un nivel de guitarra no muy alto, no es música tan interesante como la de los tres grandes de la vihuela o la de Guerau. Si no se ha tocado más a Guerau es por su dificultad: cuando coges la partitura no entiendes nada. Es una tablatura con tanta ornamentación y tan compleja que si no estás acostumbrado puedes perder el hilo con facilidad y no entenderla. Son muchos los que desisten porque la primera lectura es muy difícil. Pero estudiándolo con cariño vas obteniendo resultados. Las formas pueden ser trilladas, pero Guerau les saca un jugo espectacular; es capaz de salirse de los patrones del pasacalles o de la jácara, hacer que todas las variaciones sean muy inspiradas. Son obras de un contrapunto insólito en la guitarra, pero a la vez hechas en un estilo puramente español, sin las campanelas que tanto usaron Sanz y Murcia, y que eran técnicas importadas de Italia. La afinación es más parecida a una guitarra actual o a una vihuela y las voces tienen una conducción natural, con un estilo muy personal. Todos los compositores de la época usaban temas populares para sus variaciones, que en muchos casos no dejan de ser sofisticadas. Pero Guerau va más allá. Me sorprende que no se hayan conservado más composiciones vocales o instrumentales suyas. Uno se pregunta cómo llegó a aprender todo eso desde su instrumento, cuando no había precedente de escritura así en la guitarra.

-¿Cómo está el mercado de la música para recitales de guitarra sola?

-Después de Segovia y Yepes ha sido siempre difícil. No es trabajo que tenga mucha salida. De cualquier modo, la dificultad no es tanto conseguir conciertos como que acepten el programa que yo quiero ofrecer. Es más difícil vender Bach que la música española. Guerau, más difícil que Sanz. Viajo mucho, porque toco con otras formaciones y muchas veces aprovecho para ofrecer mis programas. Ahora voy a América con Savall y hago conciertos como solista en Los Ángeles y Memphis y masterclasses en algunas universidaes.

-¿Y desde el punto de vista de la formación?

-En mi clase de cuerda pulsada histórica de la Esmuc (Escuela Superior de Música de Cataluña) hay 12 o 13 alumnos, y en guitarra clásica están a tope también. Creo que es un buen momento desde el punto de vista de la formación y de la información. Aunque esto también tiene sus inconvenientes. A veces pienso que los chavales están saturados de información. Preferiría que tuvieran más tiempo para ellos. Todos los profesores ofertamos mucho y no dejamos espacio para su curiosidad. Lo que a mí me hizo crecer fue que hubiera cosas que no me daban y que yo quería aprender. La información que uno busca por sí mismo es la que más cala. Desde el punto de vista técnico, el nivel es muy bueno, hay mucha escuela, sobre todo en la guitarra. En el laúd por ejemplo falta tradición pedagógica, sobre todo en los niveles más elementales.

-Su compromiso con la Esmuc es muy estrecho.

-Sí, aquí me siento muy realizado. Intento transformar cada pequeño interés que capto en programas de cámara. Tengo por ejemplo cinco cantantes muy interesados en Gesualdo, y hemos montado un proyecto en que vamos a trabajar madrigales eróticos del Cinquecento, con cinco cantantes y un laudista. También montamos polifonía española del XVI con vientos y me encomendaron la dirección de un proyecto de gran conjunto: el Venus y Adonis de John Blow, que hice con Susana Egea, profesora de teatro, trabajamos la danza, la gestualidad barroca... El año pasado hicimos también una zarzuela de Durón, y para el próximo haremos algo con música de Monteverdi...

-¿Y otros proyectos personales al margen de la Escuela?

-He grabado un disco con guitarras que se conservan en el Museo de la Música de Barcelona que se vende en el propio museo, pero que también va a editar en breve el sello Cantus. Para este mismo sello he grabado también un disco dedicado a Robert de Visée con tiorba y guitarra barroca.

-Cantus reeditó también su primer disco con Pedro Estevan, Laberintos ingeniosos. ¿Sigue funcionando el dúo?

-Sí. Como contiene improvisación, se trata de un proyecto que va cambiando y creciendo con el tiempo. Estoy muy contento y orgulloso de tocar con Pedro: él ofrece siempre algo más a esta música, cuando tocamos juntos, el interés crece. El dúo es muy dinámico.

-¿Cómo ve la situación de la música en el entorno de la cultura española?

-Tengo la sensación de que en España se programan pocos grupos españoles. La Esmuc comparte edificio con el Auditorio de Barcelona, y en la programación veo pocos grupos españoles. No se trata de vetar a los extranjeros: es necesario que vengan, porque así también subirá el nivel de lo propio. Pero estamos muy lejos de países como Francia, donde tienen un sistema de promoción brutal y muchas subvenciones. Por eso, los grupos de música antigua crecen allí como champiñones. Para que suba el nivel en España necesitamos más apoyo a la cultura.

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