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Fusiones antiguas en la Universidad

La cuarta edición del ciclo de música histórica MAUS se celebrará desde este jueves hasta el sábado en el Auditorio Cicus · Las tres sesiones destacan por su originalidad y cercanía al concepto de fusión.

Pierre Hamon y Carlo Rizzo ofrecerán un programa de música medieval.
Pablo J. Vayón / Sevilla

17 de enero 2012 - 05:00

Entre el jueves y el sábado próximos se celebra la cuarta edición del MAUS (Música Antigua en la Universidad de Sevilla), un ciclo que parece consolidarse en un momento delicado para la música antigua sevillana. La sede de los conciertos pasa de la Capilla del Rectorado, donde se celebraron en las tres primeras ediciones, al Auditorio Cicus, una pequeña sala que la Hispalense ha habilitado en Calle Madre de Dios y a la que pretende llevar la mayor parte de su oferta cultural, a pesar de que su aforo es muy reducido y el recinto no parece idóneo para todo tipo de músicas. Los conciertos empiezan a las 20:30 horas y la entrada es gratuita, con invitación que se retira en el propio edificio del Auditorio desde una hora antes.

La propuesta de este año destaca por su originalidad y su cercanía al concepto de la fusión, que, por razones diferentes, es aplicable tanto a la cita de apertura como a la de cierre. El primer día actúan Pierre Hamon y Carlo Rizzo con un programa de música medieval que responde al título genérico de Istanpitta. El dúo presenta una apuesta audaz, ya que si Hamon se ha destacado en las últimas décadas como virtuoso de todo tipo de flautas antiguas (especialmente, medievales), Rizzo es un percusionista y cantante que proviene del universo de la música tradicional. Y esos dos mundos se funden en su programa: estampidas y danzas del medievo con piezas de diversas tradiciones (sefardí, sarda, napolitana…) y un importante espacio dedicado a la improvisación, que incluso llevará a Hamon a tocar flautas americanas precolombinas.

La segunda sesión del MAUS es acaso la más convencional y, sin embargo, es también bastante atípica: primero por la formación, pues Canto Divino se configura como un trío de flautas traveseras renacentistas (los sevillanos Guillermo Peñalver, Fernanda Teixeira y Ana López Suero, que lidera el grupo) con una soprano solista (la madrileña Patricia Paz); segundo, por el programa, que supone un recorrido variado y amplísimo, desde el ars subtilior del siglo XIV (Jacopo da Bologna) al barroco medio alemán (Dietrich Buxtehude), pasando por los cancioneros españoles del Renacimiento, los grandes maestros franco-flamencos de los siglos XV y XVI, los madrigalistas italianos o reconocidos estándares de la canción inglesa renacentista.

Como cierre, la propuesta que lleva el concepto de fusión hasta el título, pues el guitarrista Rafael Bonavita y el percusionista Álvaro Garrido presentan en Barroco con aires flamencos ese mismo ejercicio de mezcla que Garrido ha desarrollado ya en su trabajo con la Accademia del Piacere de Fahmi Alqhai y su programa Las idas y las vueltas, compartido con el cantaor Arcángel: las danzas del Barroco español, originarias o pasadas por la realidad americana, como fuente primigenia del desarrollo de los palos del flamenco. Para completar la apuesta, al dúo de músicos se une Leonor Leal en el baile. Estimulante oferta, que invita a no perderse ni uno solo de los conciertos, que acaso merecían un espacio con más aforo.

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