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Crítica de Teatro
REINA JUANA
Autor: Ernesto Caballero. Intérprete: Concha Velasco. Dirección: Gerardo Vera. Escenografía: Alejandro Andújar y Gerardo Vera. Iluminación: Juanjo Llorens. Vestuario: Alejandro Andújar. Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Jueves, 7 de abril. Aforo: Lleno, con las localidades agotadas.
Es la primera vez que Concha Velasco estrena una obra en Sevilla y su público, el que la sigue y la quiere -algunos desde aquel lejano Mamá quiero ser artista-, acudió en masa, conjurando los resfriados (a juzgar por las interminables toses) para aplaudirla.
Y con toda la razón, pues Reina Juana es un gran espectáculo que refleja el buen hacer de todos. Ernesto Caballero resume con maestría los momentos clave de la historia de esta mujer, maltratada por todos, y pone el foco en su inmensa fortaleza; esa fuerza que recibió de la naturaleza y no del Dios de sus padres, haciendo que se rebelara contra el poder en todas sus manifestaciones, es decir, en su padre, su marido, su hijo y su nieto. Gerando Vera, por su parte, ayudado por una hermosa escenografía, le confiere a la historia toda la tenebrosidad -estupendamene iluminada- que requiere, le insufla movimiento y la adoba con algunos ecos del mundo exterior.
Con todo, la verdadera historia de Juana la va desgranando en escena Concha Velasco, inmensa como nunca, o como siempre, y capaz de construir con su enorme talento una maravillosa partitura hecha de mil matices diferentes y de expresivos silencios. El vivo alegato de una mujer que tuvo el valor de no arrepentirse de nada.
Al final el teatro, de pie, quiso recompensar su arte.
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