El Flamenco Festival afina el oído
Flamenco Festival
La cita de Estados Unidos se reinventa para su próxima edición: prestará atención a los diferentes sonidos que conviven en el flamenco y por primera vez no se centrará en la danza
Con casi dos décadas de andadura, y consolidado como uno de los escaparates más destacados para la cultura española en Estados Unidos, el Flamenco Festival despliega otro año más al otro lado del océano una mirada a la creación actual. En su nueva edición, que se celebra entre el 7 y el 17 de marzo, lo hace con una variación: si en otras ocasiones la programación estaba "muy enfocada a la danza, lo más visual, lo más fácil de entender para un público angloparlante", señala el director del festival, Miguel Marín, esta vez la oferta se centra en Los sonidos del flamenco, una panorámica en la que la música será la protagonista con conciertos en los que la guitarra, el piano, la flauta o el cante perfilarán un paisaje excitante y diverso.
"En estos años, los espectadores han podido comprobar la riqueza del movimiento flamenco, hemos mostrado propuestas que iban de lo más racial a lo más contemporáneo, y ahora queremos hacer algo parecido con la música", explica Marín sobre un festival que tiene su epicentro en Nueva York y se ramifica en otras grandes capitales como Miami, Chicago o Washington. En total, serán 26 representaciones las que ilustren el eclecticismo y la pujanza de una escena flamenca donde conviven sonidos y colores inesperados.
Voces jóvenes con las que está garantizada "la supervivencia del cante más tradicional", como ocurre con María Teremoto, que desgranará su discoLa huella de mi sentío, o Israel Fernández, que llevará al público norteamericano Universo Pastora, su homenaje a la familia Pavón; o intérpretes que no tienen miedo de adentrarse en otros sones, como el cantaor y guitarristaDiego Guerrero, en cuya obra se cuelan acordes de Brasil o de Cuba, presentarán sus credenciales en Estados Unidos.
El flautista cordobésSergio de Lope, galardonado como el mejor instrumentista en La Unión, se dispone también a derribar los estereotipos que rodean el flamenco con Ser de luz. "Él compone sus temas, pero en el escenario ves a una banda con una energía joven y muy compacta", valora Marín, que celebra un espectáculo "que busca dar alegría a los espectadores, algo muy alejado de la pena negra que se suele asociar con lo jondo".
La guitarra estará representada por Antonio Rey, uno de los intérpretes más aplaudidos de las últimas generaciones, que con la cantaora y bailaora Mara Rey lleva a escena Two Parts of Me, y el veterano Miguel Ángel Cortés, que se presenta por primera vez en Nueva York con un montaje propio, Sonantas en tres movimientos. "Es bonito que un guitarrista que ha acompañado tanto al cante apueste por su carrera en solitario. No todos los artistas emergentes tienen 20 años", afirma el director del Flamenco Festival.
El cantaor Ismael Fernández, menos ortodoxo que las otras voces programadas, María Terremoto y su casi tocayo Israel Fernández, defenderá Trato, un espectáculo basado en su álbum homónimo, que produce el pianista Chano Domínguez, precisamente otro de los invitados de este festival.
La danza tendrá como única representante a Sara Baras, que con Sombras Sombrasse une a la celebración del 75 aniversario del City Center de Nueva York. "Y Sara –comenta Marín– participa en un proyecto muy querido, por el que unos 2.000 niños acuden a ver un espectáculo de flamenco".
El festival, en el que colaboran entidades como la SGAE, el Instituto Cervantes o Extenda, contempla también una residencia artística en Miami en la que colaborarán el bailaor Jesús Carmona y la coreógrafa instalada en Los Ángeles Ana María Álvarez. Un encuentro de sensibilidades con el que ambos creadores quieren trascender "la identidad de género, que se ha abordado más en el tema de la mujer o LGTB, pero no tanto en qué supone ser un hombre".
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