Excesos del amor, sexo y drogas

Piermario Salerno, este andaluz nacido en Italia, toma prestada una frase de Pasolini para el título de su espectáculo, una obra enmarcada en la autoficción en la que se parte de una base real, el protagonista tiene el mismo nombre que el autor, y se juega a una sinceridad abrumadora, a un exhibicionismo impudoroso que sirve para crear otra realidad dentro del arte.

Salerno es uno de los mejores representantes del teatro gestual de España. Con su obra Amor en guerra ganó el Premio Nazario al mejor espectáculo del FOC de 2017. Desde entonces ha desarrollado una tarea docente teatral en la escuela de Viento Sur y en la UPO, colabora con la compañía Salamandra como actor y ahora se encuentra enrolado en dos de los montajes de Teatro Clásico de Sevilla.

En Demasiada libertad... aborda uno de esos temas ocultos que no atañen a toda la sociedad pero que marcan la existencia de muchas personas: el sexo homosexual masculino a través de las aplicaciones y el consumo de drogas que lo acompaña.

Asistimos a una obra llena de excesos en los que el dramaturgo-actor vivencia su vida sexual sin tapujos, sin filtros. Nos recuerda a los diarios íntimos de Joe Orton, donde la crudeza sexual aparece sin artificios, cruda, devoradora pero, también, vivísima. La técnica que posee Piermario Salerno es perfecta, al personaje principal se suman sus amantes y amigos y vemos, mágicamente, todas esas escenas llenas de deseo, amor, sexo y y drogas.

Con una preparación física de deportista de élite no escatima en enseñar su cuerpo ya sea en directo o en los videos que jalonan la pieza. Hay que irse fuera de España para ver estos ejercicios de confesión casi terapéuticos. Sin embargo, la obra que parecería que tendría un desenlace moralista sorprende. El autor aboga por una libertad absoluta que no atiende a cánones. El amor, cuando se ha sufrido tanto, se puede vivir de muchas maneras.