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Europa vuelve la mirada a Zurbarán

Ferrara y Bruselas preparan una ambiciosa exposición que recorrerá la producción artística del maestro extremeño y que contará con obras procedentes de museos andaluces

1. 'Naturaleza muerta con jarras y tazas', uno de los bodegones del autor. 2. La 'Visión de San Pedro Nolasco'. 3. Exterior del Bozar de Bruselas, que programará la muestra a partir de enero de 2014. 4. 'La Virgen con el Niño Jesús y San Juan Bautista niño', del Museo de Bellas Artes de Bilbao. 5. El impresionante 'Agnus Dei', propiedad del Museo del Prado. 6. 'Hércules lucha con Anteo', una de las escenas mitológicas del pintor. 7. La 'Santa Casilda' que conserva el Thyssen.
Braulio Ortiz Sevilla

24 de marzo 2013 - 05:00

La figura de Francisco de Zurbarán vuelve a la escena internacional para recobrar la atención que merece su obra. Un cuarto de siglo después de aquella completa muestra dedicada al maestro extremeño que se pudo ver en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, las Galeries Nationales du Grand Palais de París y el madrileño Museo del Prado, el creador barroco volverá a ser uno de los protagonistas de la oferta expositiva mundial. Tras el acercamiento a las Santas que pintó el artista, una cita que promueve el Ayuntamiento de Sevilla y que acogerá el Espacio Santa Clara entre mayo y julio, este retratista del fervor religioso, celebrado por su austera espiritualidad, su dominio de la luz y su virtuosismo en el trazado de rostros y ropajes, será objeto de una ambiciosa exposición que albergará a partir del otoño -del 14 de septiembre de 2013 al 6 de enero de 2014- la Gallerie d'arte moderna e contemporanea de Ferrara y en el próximo año -del 29 de enero al 25 de mayo- el Palais des Beaux-Arts (Bozar) de Bruselas. La propuesta viene a cubrir un sorprendente vacío, ya que será la primera vez que se muestre la obra de Zurbarán en Italia y en Bélgica, pero supondrá además otro hito: puede hablarse, como señala el cónsul de Bélgica en Andalucía, José Antonio Ruiz-Berdejo Dei Conti Sigurtà, de "la primera gran exposición que se organiza en Bruselas con bandera española desde la adhesión a la Unión Europea, hace 28 años".

Entre las piezas que configurarán el catálogo de Zurbarán (1598-1664), que reunirá unos 50 óleos de los museos más importantes como el Prado, el Louvre o la National Gallery de Londres, habrá una decisiva presencia de fondos procedentes de pinacotecas andaluzas. El embajador de Bélgica en España, Jan J. H. de Bock, se reunió la pasada semana con José Antonio Griñán para tratar la participación de la Junta en el proyecto, en el que los organizadores han mostrado su interés por obras de los museos de Bellas Artes de Sevilla y Cádiz y de colecciones de otras instituciones como el Arzobispado hispalense. Aunque todavía se trabaja para completar la selección final, desde el Palazzo dei Diamanti de Ferrara se anuncia ya que se prestarán para la ocasión "obras procedentes de museos y colecciones privadas de Europa y América" que recorrerán "toda la carrera" del autor, desde su etapa más temprana y los cuadros con los que el pintor se afirmó en la escena sevillana con una mirada deudora del tenebrismo de Caravaggio, a su evolución tras su viaje a Madrid y su contacto con Velázquez. Lienzos en los que, avanzan desde el museo italiano, se traslucen las virtudes con las que Zurbarán firmaría uno de los episodios más memorables del Barroco español: su capacidad de definir los volúmenes en el espacio, la incidencia de la luz y su interés en los materiales y texturas, así como su habilidad para penetrar "profundamente en la realidad y la esencia de las cosas".

Es un andaluz, Ignacio Cano Rivero, conservador del Museo de Bellas Artes de Sevilla y un investigador especializado en el patrimonio artístico hispalense y en la pintura de Zurbarán y Velázquez, el comisario de esta exposición que ha contado también con el asesoramiento del director adjunto de Conservación del Prado Gabriele Finaldi.

El itinerario por el universo zurbaranesco se contempla en diez secciones: la primera se centraría en su Consolidación de un estilo (1626-1629), que incluye las pinturas realizadas antes de su mudanza a Sevilla, apartado al que seguirá una aproximación a los bodegones, que si bien abordó de manera escasa le convirtieron en un pionero del género en España. El tercer fragmento recogerá los primeros encargos que le hacen órdenes monásticas como los franciscanos o los dominicos entre 1629 y 1632, tan determinantes para la consolidación de su trayectoria, mientras que el cuarto se detiene en las Visiones y éxtasis que representó en sus lienzos. Su etapa como pintor de la Corte en 1634, en la que se abre a la mitología y al paisaje; el misticismo de los objetos de todos los días y sus evocadoras escenas, una división en la que entraría el Agnus Dei o el paño de la Verónica, piezas en las que se refleja su talento para extraer una honda espiritualidad de los motivos cotidianos; o su iconografía mariana, en la que las estampas de la Inmaculada Concepción y las imágenes de la Virgen Niña conmueven al espectador por la serenidad y la inocencia que transmiten, son otros aspectos que repasa esta exposición. En los tramos finales, la muestra también analiza los encargos más complejos que tuvo el artista en su etapa de plenitud, entre 1636 y 1640, para el Convento de la Merced Calzada de Sevilla o la Cartuja de Jerez; las series que perfiló entre 1640 y 1650, una época en la que la crisis económica obligó a los creadores a buscar otros mercados en América y a delegar en miembros de su taller; y sus últimos trabajos, que tienen lugar en Madrid entre 1655 y 1664, cuando la paleta de Zurbarán se vuelve más delicada en la recreación de la intimidad, especialmente en las composiciones de sus Sagradas Familias.

Los promotores de Zurbarán (1598-1664) preparan un catálogo al nivel de la importancia de la cita, un volumen en el que participarán Ignacio Cano, con un ensayo introductorio y un análisis del contexto cultural en el que el pintor desarrolló su actividad; Odile Delenda, que plasmará en un texto el descubrimiento y la investigación que ha rodeado a la figura del maestro; Gabriele Finaldi, quien propondrá paralelismos entre la producción del genio español con el arte italiano; Benito Navarrete, encargado de las particularidades del taller del pintor; Flavio Bergonzi, que argumentará los vínculos de Zurbarán con la modernidad, y la directora del Bellas Artes de Sevilla, Valme Muñoz, que se adentrará en la poderosa técnica del autor. Un excelente complemento que ayudará, sin duda, a dar a conocer en toda su relevancia a una de las personalidades únicas del Siglo de Oro español.

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