"En España debe formarse una conciencia del mecenazgo"
Vicente Lleó. Catedrático de Historia del Arte de la Hispalense
El profesor coordina en la Real Maestranza de Caballería el ciclo de conferencias 'Momentos de la Cultura Barroca'
Apenas ha trascendido un puñado de nombres a la Historia del Arte y, sin embargo, la brillantez de sus planteamientos y la absoluta modernidad de sus formas las hacen merecedoras de un espacio mayor del que hoy ocupan en los libros y tratados de pintura. Elisabetta Sirani, Lavinia Fontana o Artemisa Gentileschi -esta última, hoy, todo un símbolo de la causa feminista- son las mujeres pintoras del Barroco cuya memoria y obra rescató el catedrático de la Hispalense Vicente Lleó Cañal en la conferencia inaugural del ciclo Momentos de la Cultura Barroca, que hasta el próximo 2 de febrero coordina en la Real Maestranza de Caballería en colaboración con la Academia de Buenas Letras. Con los mitos clásicos como base para su arte -Judith con la cabeza de Holofernes, José y la mujer de Putifar o Minerva, entre otros- estas mujeres, según Lleó, desarrollaron su arte "marcadas por la dureza de los hombres".
-¿Quiénes compraban y encargaban estas pinturas?
-Saber de dónde proceden las obras, es decir, saber quiénes las encargaron, quiénes las compraron es fundamental. No era lo mismo para un artista pintar una pintura que se vendía en el taller que pintar para un encargo importante que venía de una institución eclesiástica, de un noble o de un burgués rico... Es una forma de investigar también la figura del coleccionista, es decir, los modos con los que un artista modulaba su obra según a quien iba destinada y, por otro, como un mecenas iban conformando su propia colección de arte.
-Para la época, encargarle una obra a una mujer y no a un pintor reputado se trataría de una decisión realmente transgresora
-Sí, efectivamente, porque había poquísimas. Pero incluso cuando se hacen elogios de estas mujeres siempre son consideradas un miracolo della natura [milagro de la naturaleza]. Eso es lo que más atrae, que son una rareza.
-¿Destaca alguna española?
-Hay alguna mujer pintora y alguna mujer artista. Está Josefa Ayala, que fue seguidora de Zurbarán, y Luisa Roldán La Roldana, que hizo escultura de pequeño tamaño, pero su obra es muy repetitiva de modelos anteriores. Tienen calidad formal pero no aportan desde el punto de vista de la creación personal.
-¿Es posible que pinturas que han pasado a la Historia del Arte como obra de hombres escondan detrás la mano de una mujer?
-Por ejemplo, en el taller de Elisabetta Sirani, cuyo padre era pintor, o en el de Artemisia Gentileschi, que también procedía de una familia de artistas, es posible que colaboraran hombres. Pero al final siempre prevalecía la firma masculina.
-A través de la pintura religiosa, el hombre fue adquiriendo mayor sensibilidad para retratar a la mujer y el canon de belleza femenino.
-El hombre, de algún modo, idealiza a la mujer, mientras que la mujer tiene una visión mucho más descarnada de sí misma. Kenneth Clark [uno de los grandes historiadores del arte] diferenciaba entre nude y naked, aunque en español no existe esa diferencia, decimos simplemente desnudo. Los desnudos de Artemisia Gentileschi son verdaderamente mujeres que se han quitado la ropa, no hay esa idealización del cuerpo femenino.
-Como profundo conocedor de la obra de Velázquez, ¿qué opinión le merecen las últimas atribuciones, caso de Retrato de un hombre recientemente subastado en Londres, o La Virgen de Yale?
-El de Yale está muy destrozado y hasta que no tengamos acceso a un buen informe -qué tipo de tela es, qué repintes hay o qué posibilidades de restauración existen- es difícil pronunciarse al respecto. Del Retrato de un hombre tengo conocimiento desde el principio, porque Peter Cherry es muy amigo; fuí tutor de él cuando vino a Sevilla a estudiar con una beca y creo que soy de los primeros tuvo conocimiento de este descubrimiento... A mí me parece que este cuadro tiene muy buena pinta.
-Sin embargo, el profesor Jonathan Brown es reacio a la entrada de nuevas obras en el corpus velazqueño.
-Jonathan Brown, que es amigo, es un poco categórico, y en sus enfrentamientos con Alfonso Pérez Sánchez lo que subyace es un problema de egos... En el siglo XIX, con las guerras napoleónicas, tanto a Francia como en Inglaterra, se llevaron muchísima pintura. Más o menos se conoce la que procede de iglesias y de palacios, pero posiblemente saquearon también casas particulares y esa pintura aparece de repente... El retrato que se subastó en Bonhams pertenecía a un lote de pintura que iba a salir por 30 libras y fue una alumna de Peter Cherry quien se percartó del cuadro, del estilo español que tenía.
-El proyecto de ampliación del Bellas Artes ha encallado totalmente con la crisis, ¿qué pasos se deberían dar para desbloquear esta situación?
-Ha pasado el momento en que todo se remitía al Estado, al dinero público, ahora que ir al dinero privado. En España debe recuperarse, mejor dicho, formarse una conciencia y un sentido del deber del mecenazgo.
-Es partidario de la creación de un patronato para el Bellas Artes, como el Prado, el Bellas Artes de Bilbao.
-Soy totalmente partidario de todos los patronatos, de hecho yo pertenezco a varios, pero depende de quienes lo conformen. Por ejemplo, el Patronato del Alcázar me parece absolutamente fallido.
-El Bellas Artes ha optado por la producción de exposiciones con fondos propios para dotar de programación la institución, ¿cómo valora este recurso?
-Muchas veces esos fondos que están guardados y no se conocen son interesantes, y hacer un monográfico sobre la obra de un artista para sacar todas las piezas fuera me parece una buena idea.
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