Escaparate de novedades

Pese a la irreversible crisis del formato, el panorama jazzístico sigue tomando al CD - e incluso al vinilo- como vehículo primordial de su oferta musical. Ya sea en compra, streaming o descarga, músicos y aficionados no abandonan el álbum como espacio de contacto desde el que reforzar su relación. Y nada como una subjetiva revisión a algunos de sus recientes títulos para tomar el pulso a un territorio improvisador, de ayer y hoy, que sigue arrojando motivos para el optimismo.

1.-KEITH JARRETT & CHARLIE HADEN: Last dance (ECM- Distrijazz). La continuación de Jasmine (2010) remarca aquella lectura serena y bucólica del territorio del estándar, con un Jarrett más escueto que nunca y el recientemente desaparecido Haden tan sobrio y sólido como siempre. La temática amorosa y la revisión de gigantes como Monk o Powell se combinan a través de un recorrido cercano y sin aspavientos, aunque quizás un escalón por debajo de su predecesor. Mención especial para un Every Time We Say Goodbye al que volver una y otra vez sin miedo al empacho.

2.-ANGLES 9: Injuries (Clean Feed). Después de proyectos en sexteto y octeto, el colectivo Angles busca el formato de noneto para suscribir un poderoso álbum cargado de un mensaje político que cuestiona el sentido del cambio. Con evidentes ecos de modelos como Charles Mingus o la Liberation Orchestra de Charlie Haden, el grupo liderado por el saxofonista Martin Küchen construye una arrolladora combinación de pétreos arreglos y ardientes improvisaciones ante la que sólo cabe rendirse.

3.-BILL EVANS: The Complete Bill Evans on Verve (Verve - Universal). La integral del gran Bill Evans (1929-1980) para el sello creado por Norman Granz en 1956 regresa al mercado en formato económico y con 18 CD que contienen la producción del imprescindible pianista entre 1962 y 1970. No es su etapa más regular ni brillante (reservada a su periodo en Riverside) pero contiene gemas tanto como líder como en colaboraciones al lado de Stan Getz, Jim Hall, Gary McFarland o Monica Zetterlund. Más de 21 horas de música para perderse.

4.-THE JIMMY GIUFFRE 3 & 4: New York Concerts (Elemental Music- Distrijazz). Jimmy Giuffre (1921-2008) fue un músico en constante reinvención cuyos logros no siempre fueron -o son- valorados en su justa medida. Este doble CD muestra las hasta ahora inéditas grabaciones del saxofonista y clarinetista en trío y cuarteto, registradas en 1965 en sendos auditorios neoyorquinos y secundado por colegas del peso de Joe Chambers o Richard Davis. Música viva y exigente en la que la redimensión del Crossroads del genio Ornette Coleman no es un gesto baladí.

5.-FIRE! ORCHESTRA: Enter (Rune Grammofon). El trío Fire!, dirigido por Mats Gustaffson, recupera la gran orquesta y se aleja del directo de anteriores entregas como Exit (2013) para explorar conexiones entre el estudio de grabación y su penetrante propuesta. El nuevo ecosistema sonoro no sólo no erosiona sino que articula con más agilidad un sincrético prisma bañado en soul, free, blues y rock al que el etiquetaje se le queda muy muy corto. Un dechado de emoción e ingenio sin un segundo de desperdicio.

6.-STEVE LEHMAN OCTET: Mise en Abîme (Pi Recordings). Cinco años después del estupendo Travail, Transformation, and Flow (2009), el saxofonista Steve Lehman reflota su octeto como espacio de cohesión en un jazz con ribetes electrónicos. Su lectura del Luchini del dúo Camp Lo incorpora el guiño hip hop a una brillante celebración que pasa por composiciones propias y traslaciones de temas del homenajeado Bud Powell, Parisian Thoroughfare incluida, y cuyas espectrales armonías acaban sonando dinámicas y naturales.

7.-HERBIE HANCOCK: The Warner Bros. Years: 1969-1972 (Rhino - Warner Music). Sin tiempo para catar la inabarcable aunque desigual The Complete Columbia Album Collection 1972-1988, los tres CD de esta nueva retrospectiva recopilan ahora los trabajos grabados por el pianista para Warner: Fat Albert Rotunda (1969), Mwandishi(1970) y Crossings (1972). Discos, aquí con algunos añadidos, donde figuran las bases de su aproximación al funk y la electricidad, luego expandida con autoridad a la cabeza de los Head Hunters.