Chausson eterno
Clásica | Novedad discográfica
IBS Classical publica un álbum con dos de las obras más exquisitas del exquisito Ernest Chausson, su Concierto Op.21 y su ‘Canción perpetua’
La ficha
Ernest Chausson (1855-1899)
Concierto para violín, piano y cuarteto de cuerda Op.21
Chanson perpétuelle Op.37
Simón Gollo, violín
John Novacek, piano
Benjamin Sung, violín I; Ingrid Gerling, violín II; Randolph Kelly, viola; Maki Kubota, violonchelo
Mariola Cantarero, soprano (en la Op.37)
IBS Classical
Abogado, pintor y poeta antes que músico, fue finalmente su dedicación al arte de los sonidos lo que le granjearía fama y prestigio a Ernest Chausson (1855-1899), quien pese a su tardío acceso a la formación reglada, pues se matriculó por libre en la clase de composición de Massenet en el Conservatorio de París a los 25 años, y a su prematura muerte, ocasionada por un estúpido accidente de bicicleta a los 44, dejó algunos de las obras más memorables de la música francesa de la segunda mitad del siglo XIX, entre ellas las dos recogidas en este álbum.
IBS Classical se fue a América para encontrar a los instrumentistas que hicieran este repertorio. El violinista venezolano Simón Gollo y el pianista estadounidense John Novacek son los solistas en el Concierto para violín, piano y cuarteto de cuerda Op.21, obra a la que sólo su poco frecuente instrumentación ha limitado su difusión en concierto, ya que se trata de una composición de una belleza deslumbrante, en la que conviven el universo de Cesar Franck (con quien Chausson estudiaría de forma privada desde 1883), apreciable desde su tratamiento cíclico, el cromatismo de su admirado Wagner (muy presente en el tercer movimiento, Grave) y el mundo delicado y etéreo de Fauré (maravillosa Siciliana del segundo movimiento). El cuarteto que hace el papel de conjunto está compuesto también por profesores de orquestas americanas, los violinistas Benjamin Sung e Ingrid Gerling, el viola Randolph Kelly y el violonchelista Maki Kubota.
El CD se completa con la Chanson perpétuelle Op.37 de la que el compositor dejó dos versiones, una con acompañamiento orquestal y otra con piano y cuarteto, que es la aquí escogida y que evoca absolutamente el mundo de la Op.21. Sobre un poema del malditoCharles Cros (1842-1888),Chausson escribe una música detrás de la cual está tanto Wagner como el universo de los simbolistasDebussy y Duparc. La soprano granadina Mariola Cantarero hace una versión intensamente lírica de la obra.
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