'Entrar en el cuadro' desembarca en Sevilla

arte y tecnología

Acaba de presentarse en el Rectorado de la Universidad el proyecto de realidad virtual auspiciado por el Thyssen-Bornemisza y Endesa. Desde mañana al viernes, el público podrá participar en una inmersión total en tres obras maestras de la pintura

Carpas instaladas en el patio del Rectorado de la Universidad de Sevilla.
Carpas instaladas en el patio del Rectorado de la Universidad de Sevilla.
Charo Ramos

15 de enero 2019 - 16:11

Sevilla/La iniciativa Entrar en el cuadro de la Fundación Endesa y el Thyssen-Bornemisza ya ha llegado al Rectorado de la Universidad de Sevilla y se prevén largas colas porque la experiencia de inmersión en tres de los lienzos de dicho museo nacional es realmente divertida y vertiginosa.

Desde mañana y hasta el viernes, de 10:00 a 20:00, se podrá viajar por los prados de Auvers pintados por Van Gogh, las calles de Nueva York que inspiraron a Mondrian y un bodegón holandés del siglo XVII en los cuatro iglús o carpas con forma de colmena que hoy se han instalado en los patios de la antigua Fábrica de Tabacos. La aventura dura cinco minutos y es gratuita previa inscripción o accediendo directamente a los espacios, bien identificados por la señalética.

Este proyecto, que arrancó en Madrid en mayo del año pasado, inicia así en Sevilla su andadura por otras capitales españolas. Una importante representación institucional ha presentado este mediodía a los medios y a la comunidad universitaria la iniciativa. Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen-Bornemisza, junto a Alberto Fernández, director general de Comunicación de Endesa, y Miguel Ángel Castro, rector de la Universidad de Sevilla, han explicado la génesis de la propuesta, en la que colaboran el Instituto Europeo del Diseño y la empresa estadounidense Hewlett-Packard (HP). Su éxito ha sido tal que desde la sede de Nueva York la empresa de tecnología se ha interesado en aplicarla, ha detallado Acevedo.

"Sacar el arte de los museos y acercarlo a todos los públicos" es la premisa principal. Para disfrutarlo, cada visitante debe colocarse las gafas especiales de realidad virtual pegadas a unos cascos que le entregarán los asistentes ubicados en cada espacio. A partir de ahí arranca la aventura.

Al acceder al iglú, un agujero se ilumina en el centro del suelo y marca el casillero de salida. Vemos cómo unas líneas compuestas por luces azules delimitan las celdas de la colmena y, poco a poco, van desapareciendo. Al instante nos encontramos en el interior del museo Thyssen-Bornemisza y nos acercamos a la sala donde cuelga el cuadro de Van Gogh. Al girarnos, siguiendo las instrucciones, se empieza a ver ese lienzo y, según se avanza hacia el extremo opuesto, el visitante se introduce en el campo de trigo, camina por él acercándose a las casas en las que se inspiró Van Gogh y sintiendo el aire que mueve los cereales.

De pronto vuelve la oscuridad y al hacerse la luz el suelo a nuestros pies se ha vuelto transparente, como si subiéramos por el ascensor de cristal de un rascacielos. Estamos entrando en el cuadro de Piet Mondrian New York City III y, si se padece vértigo, conviene pisar fuerte el suelo porque la sensación de estar elevándose por un Manhattan hecho de líneas y cubos de colores es impresionante. Vale la pena avanzar y moverse por un paisaje que es también una aproximación sonora a la metrópolis.

La calma vuelve al final, cuando el visitante se coloca mirando a la salida y comienza a recibir el impacto de pétalos, semillas y hojas que vuelan e incluso le atraviesan la cara para ir componiendo, en el extremo opuesto, el maravilloso bodegón Vaso chino con flores, conchas e insectos (1628) de Balthasar van der Ast. La presencia de los insectos, como abejorros y orugas, divertirá sin duda a toda la familia.

Según ha declarado el director gerente del Museo Thyssen Bornemisza, "esta iniciativa une dos de nuestros objetivos estratégicos: difundir la colección Thyssen-Bornemisza más allá de los muros físicos del museo y que la tecnología esté estrechamente ligada al arte. Así, gracias a la colaboración de Endesa, con quien ya llevamos tiempo trabajando, pueden disfrutarse de una manera diferente y nueva, en Sevilla y mediante las últimas técnicas de realidad virtual, tres obras maestras de la pintura occidental".

Alberto Fernández, director general de Comunicación de Endesa, ha recalcado a su vez que "hemos utilizado la innovación para acercar el arte a los ciudadanos. Esta idea de sacar la cultura a la calle se encuentra en el ADN de Endesa, que pretende dar oportunidades a todos sus clientes, trabajadores y a la ciudadanía en general para que experimenten la energía de la cultura".

Por su parte, el rector de la Universidad de Sevilla ha destacado que este proyecto "supone además el compromiso de las instituciones culturales, particularmente de los museos y de las Universidades, por ofrecer una difusión del patrimonio de calidad".

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