Enrique Granados, el esplendor hundido
Estreno especial en Nervión
Este jueves 24 se proyecta en un pase especial en Cinesur Nervión el documental de Arantxa Aguirre sobre uno de nuestros compositores más queridos e importantes.
Sevilla/El cine español ha sido receptivo y generoso con Enrique Granados (Lérida, 1867-1916, Canal de la Mancha), algunas de cuyas Danzas españolas resuenan con fuerza en la memoria unidas a escenas míticas de películas como El Sur, de Víctor Erice. Se diría que esas danzas, sus sencillas melodías de aire impresionista y deje folclórico, han materializado una cierta esencia de lo español que algunos de nuestros mejores cineastas han entendido a la perfección como traducción musical de la melancolía, el exilio (también el interior) o la nostalgia de la infancia perdida.
Y de Enrique Granados, de su figura sensible, pertinaz y trágica, se ocupa ahora este documental de Arantxa Aguirre, su siguiente trabajo tras el estupendo Dancing Beethoven que nos acercaba a la Novena Sinfonía a través de una nueva versión del mítico montaje (1964) del coreógrafo Maurice Béjart. Un documental creativo (incluye algunos pasajes en animación que dan vida a cuadros y fotografías de la época) que busca hacer dialogar la biografía del compositor, marcada por la lucha constante por el éxito (que no terminaba de llegar) y, sobre todo, por la trágica muerte junto a su esposa en el naufragio del Sussex, torpedeado por un submarino alemán en plena contienda mundial, un barco que le traía de vuelta a España después de estrenar en Nueva York su ópera Goyescas, con la vigencia intemporal de sus composiciones más conocidas (de las populares Danzas a la suite para piano Goyescas, pasando por la ópera María del Carmen, la coral El canto de las estrellas o su postrero Intermezzo) expuestas a la interpretación ortodoxa o con licencias contemporáneas o aflamencadas por parte de artistas como Evgeny Kissin y Rosa Torres-Pardo, una de sus principales expertas y valedoras, el barítono Carlos Álvarez, el guitarrista Juan Manuel Cañizares, el Cuarteto Bretón, los cantaores Arcángel y Rocío Márquez o la bailaora Patricia Guerrero. Y todo ello sin olvidar a voces expertas como las de su biógrafo Walter A. Clark.
Aguirre da forma a un amplio y riguroso trabajo de documentación y archivo de la mano de una doble voz narradora (Jordi Mollá y Emma Suárez como Granados y su esposa, Amparo Gal) extraída de los escritos y la correspondencia familiares, rememorando a un personaje tan preocupado por encontrar su voz musical como por sacar adelante a su prole entre Barcelona, donde fue pianista de café y también uno de los profesores particulares mejor pagados, y el vibrante París de principios de siglo, donde estableció amistad con Albéniz y conoció a Debussy, Fauré, Ravel o Stravinsky.
Su obsesión premonitoria con el mar, su acuciada (y por momentos, dolorosa) autoconciencia sobre las dificultades del artista, pero también su especial sensibilidad artística y su capacidad para absorber el aire de su tiempo sin dejar de buscar en la tradición y sus propias raíces hacen de Granados una figura esencial de la música y la cultura españolas de los siglos XIX y XX, una joya de nuestro patrimonio que este documental pone en valor con tanta justicia como afinidad poética con su obra.
También te puede interesar