Emociones en la intimidad sonora
III Festival Internacional de Música de Cámara Joaquín Turina. Programa: Obras de A. von Zemlinsky, B. Bartók, J. Turina y J. Brahms. Intérpretes: Mirijam Contzen, Gordan Nikoliç, Oliver Wille, violines; William Coleman, viola; Julian Steckel, chelo; José Luis Estellés, clarinete; Benedicte Palko, Ieva Jokubaviciute, Daniel del Pino, piano. Fecha: Sábado, 10 de septiembre. Lugar: Centro Cultural Cajasol. Aforo: Tres cuartos.
Nos pareció haber vuelto a los felices tiempos en que era una costumbre arraigada el escuchar música de cámara de la más alta calidad iterpretativa en la Sala Joaquín Turina, pues tal fue el despliegue de maestría y de musicalidad que nos deparó esta nueva velada del Festival Turina. Los tiempos son hoy otros y esta sublime experiencia de la música en intimidad ya no es posible vivirla en esta cálida sala si no es por iniciativas tan loables como ésta. La tarde se abrió con la exhibición de musicalidad y control absoluto del sonido del violín de Contzen, que dejó para el recuerdo un maravilloso crescendo desde las sordinas hasta el fortissimo en el segundo movimiento de la Serenade de Zemlinsky. Estuvo secundada con enorme brillantez por Daniel del Pino, firmando ambos una espectacular coda final.
Estellés volvió a recrearse en la redondez de su sonido y en la contundencia del registro grave, profundo a la vez que sedoso, en Contrastes, de Bartók, dándole la réplica el violín de Nikoliç, capaz de la mayor delicadeza en el clima de misterio del segundo movimiento y de sacarle al violín acentos rústicos en el tercero. Palko, como siempre, fue mucho más allá del acompañamiento e hizo del piano un tercer interlocutor igualmente inspirado. En el Homenaje a Navarra de Turina, Oliver Wille matizó al extremo su fraseo, si bien hubiese podido acentuar más las síncopas del tema de habanera inicial. Y como gozoso fin de fiesta, el cuarteto con piano op. 60 de Brahms, con una extraordinaria exhibición del sentido expresivo de las gradaciones dinámicas, sin caídas de tensión ni vacías exageraciones. Maravilloso empaste.
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