Emma Suárez salta al cine de terror
La actriz, ganadora de tres goyas, se adentra en el género con 'La influencia', debut en largo del cineasta Denis Rovira
Madrid/Emma Suárez salta al cine de terror en La influencia, una película en la que la ganadora de tres Goyas se permite jugar hasta quedar convertida en una bruja malvada y "asquerosa", que proyecta en sus hijas "todo el dolor que es incapaz de gestionar" tras sufrir una situación trágica.
"Creo que la mayoría de los traumas y del dolor se gestionan en la infancia y suceden por la falta de amor o por rechazo, por no aceptar la diferencia. Por desear que tus hijos sean de una manera cuando son de otra. Es una frustración constante", explica la actriz madrileña sobre su papel en la película.
Basada en una novela de Ramsey Cambell, que ha participado en el guión, La influencia es el debut en el largometraje del prestigioso cortometrajista de terror Denis Rovira, autor de la trilogía Ángel (2002), Lazarus Taxon (2008) y El grifo (2010).
La protagonista de Julieta y en el reparto de La propera pell -ambos trabajos premiados con el Goya en 2016-, califica esta primera vez en el terror como "una experiencia increíble" que ha sido "todo un descubrimiento". "Yo había hecho con Imanol Uribe La luna negra (1989), pero esto no es comparable, esto ha sido mucho más fuerte y expuesto para mi", asegura quien es un "premio" para Rovira. "Tener a Suárez ha sido un plus, porque es alguien a quien no te esperas ver", afirma también el director.
"Es una película que va de cara -apunta Rovira-, va del terror psicológico al terror más visceral y loco". "Es una historia de amor, de pérdida -añade Suárez-, la de una mujer incapaz de superar la desaparición de alguien que ha sido muy importante en su vida y que proyecta ese dolor hacia sus hijas".
La película comienza con el regreso de Alicia (Manuela Vellés) al hogar del que escapó cuando era niña, dejando a su hermana Sara (Maggie Civantos) cuidando de su madre enferma. Hace años que Victoria (Emma Suárez) se niega a salir de una casona tan envejecida como su dueña, que Mikel, el marido de Alicia (Alain Hernández), va reparando como puede. La joven pareja se desvive por su pequeña hija Nora (Claudia Placer), quien mantiene una relación muy especial con su abuela, apenas unida al mundo por una máquina que le ayuda a respirar.
Suárez es la Victoria joven y atractiva, madre y esposa, y también la anciana que se niega a morir, convertida en una auténtica bruja de cuento, de uñas sucias y puntiagudas, ojos penetrantes y sonrisa malvada. "Hay muchísimo trabajo debajo, el gran equipo de Pedrati (Pedro Rodríguez). Eran cinco horas de caracterización y dos horas para quitar el maquillaje. Pero era muy divertido, cuando aparecía maquillada sentía que se generaba una energía extraña en el set, que no se atrevían a mirarme. Es una mujer tan asquerosa -se ríe a carcajadas la actriz madrileña- que yo sueño con ella todavía".
En realidad, hace notar Rovira, Manuela Vellés es la única "veterana" en el género tras protagonizar la premiada Secuestrados, del sevillano Miguel Ángel Vivas. "Ésta es terror clásico -apunta Vellés-. Las cosas que más miedo nos dan son las que nos pueden pasar a nosotros, y todos tenemos una madre, que se supone que es el amor, el cobijo, y es aterrador pensar que se pueda convertir en lo contrario, es la principal premisa de esta película", resume.
Hernández, que interpretó el agotador papel del surfista Álvaro Vizcaíno en la película Solo, cree que el cine de terror es "muy cansado porque te exige mucha adrenalina y estar siempre a tope". "Alain es el punto un poco cómico de la cinta, gracias a él hay momentos un poco más distendidos", desvela Vellés.
Ambos actores destacan que el director ha aceptado "morcillas", como el heavy metal que escucha Mikel en un momento importante de la cinta. "Es que Denis es un jugón, disfrutaba muchísimo con todo".
"Soy muy consciente de que, en este tipo de películas, el drama no es lo importante", explica la actriz. El género, resume, "es muy de gente entregada, pero eso es guay porque sabes que haces algo más que una peli, estás creando un espectáculo: es como un parque de atracciones al que vas para que te pongan la carne de gallina".
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