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El 'Ecce Homo' de Murillo que subastó Sotheby's volverá a España

El experto James Macdonald anuncia en el Congreso sobre el pintor que esta obra, su mejor representación del tema según Angulo y Valdivieso, la adquirió en julio una colección española

'Ecce Homo' pintado por Murillo y vendido en Londres en 2017. / Sotheby's Londres
Charo Ramos

22 de marzo 2018 - 08:38

Sevilla/Fiel a su vocación internacional, el Congreso Murillo ante su IV Centenario incluyó ayer una revelación del gusto de la prensa salmón de cualquier milla financiera: el Ecce Homo subastado por Sotheby's en Londres el pasado mes de julio, un lienzo que perteneció a la colección Cook y que los principales expertos en el catálogo razonado del pintor, Diego Angulo y Enrique Valdivieso, consideraron su mejor representación del tema, se adquirió para una colección española consolidando la tendencia al alza entre muchos amantes del arte patrios de restituir los tesoros pictóricos que salieron de este país.

A esta pintura se refirió uno de sus máximos conocedores, el jefe de ventas privadas de Sotheby's Londres, James Macdonald, que disertó sobre La estimación de Murillo en el mercado internacional en una sesión dedicada al coleccionismo y donde se puso de manifiesto también la creciente demanda de la obra sobre papel del sevillano, como probó en 2012 la muestra que le dedicó la Fundación Botín, promotora del catálogo razonado de los dibujos que llevó a cabo Manuela Mena.

Victor Stoichita ofrece hoy en el Hospital de la Caridad la conferencia que clausura este foro

James Macdonald recordó que el "espectacular Ecce Homo" perteneció a la colección del duque de Villahermosa pero en 1870 se localizó en Londres, donde la firma Christie's lo puso a la venta. En 1883 fue adquirido en subasta por sir Francis Cook, a cuyos descendientes perteneció hasta 2005, cuando volvió al mercado del arte. Su venta el año pasado en Sotheby's "por una cifra récord" [2.746.250 libras, más de tres millones de euros] a un coleccionista que ayer trascendió que era español marca un capítulo clave para el patrimonio como lo fue la compra por la Fundación Focus del San Pedro penitente, "la mejor pintura de Murillo que ha aparecido en el mercado del arte en los últimos tiempos, un lienzo atesorado durante siglo y medio por una familia inglesa cuya venta tuve el privilegio de gestionar y gracias a la cual esta obra fue devuelta a Sevilla y a la misma iglesia de los Venerables a la que se la legó Justino de Neve tres siglos antes", precisó Macdonald.

Este experto, en sintonía con sus predecesores en la sesión de la tarde, comenzó recordando que la demanda internacional de Murillo ya se dio en el siglo XVII durante la vida de este artista "a quien Torre Farfán proclamó el Apeles sevillano y del que llegó a afirmar que su nombre se ha hecho conocer en los confines de Europa incluso más que en su patria".

Aunque a la muerte de Murillo en el siglo XVII ya se encuentran obras suyas en colecciones flamencas, fue en el XVIII cuando se extiende la demanda en el Reino Unido, hasta el punto de que en muchas colecciones inglesas era el único artista español representado pues Velázquez no alcanzó el prestigio internacional hasta un siglo después, cuando ambos pasan a ser los principales embajadores de la pintura española.

Fue justamente en el XIX cuando la creciente disponibilidad de obras de Murillo en España, debido a la crisis económica, la inestabilidad política, la guerra de la independencia y la posterior desamortización provocó que Reino Unido y Francia se convirtieran en sus dos principales mercados y que en 1845 el viajero romántico Richard Ford lamentara lo difícil que era adquirir en Sevilla obra alguna del artista.

El prestigio en Reino Unido lo logró inicialmente gracias a sus pinturas de género, que tanto influyeron en Gainsborough y Reynolds, hasta el punto de que Diego Angulo señaló en 1981 que en España no permanecía ninguna de ellas. La primera obra del artista en ingresar en la colección de la National Gallery fue Niño riendo asomado a la ventana. La demanda en el XIX fue tan alta que incluso se disparó en la Europa del norte la venta de su pintura religiosa, como las obras procedentes del convento de capuchinos de Génova que compró en 1674 en Cádiz el mercader Giovanni Bielato.

En el siglo XX, prosiguió el experto, las distintas crisis y el declive de las civilizaciones europeas que derivó en las dos guerras mundiales provocó un éxodo no sólo de ciudadanos sino también de obras de Murillo que fueron a parar, desde Reino Unidos, a las nuevas colecciones estadounidenses, como muchos de los tesoros que enriquecen los museos Meadows de Dallas y Kimbell de Fort Worth.

"La paleta de Murillo, su capacidad para captar la vida cotidiana, siguen teniendo tanta relevancia universal para los coleccionistas de hoy como durante la vida del artista. Ahora que el mercado de pintura antigua alcanza nuevas zonas, como Rusia y Asia, constatamos que cuatro siglos después de su nacimiento Murillo vuelve a a abanderar la escuela de la pintura española, con remates que lo sitúan entre los grandes maestros europeos como Velázquez, Tiziano o Rembrandt", remarcó.

Este Congreso Internacional continúa hoy en el Cicus pero será clausurado en el Hospital de la Caridad, a partir de las 20:30, por el catedrático de la Universidad de Friburgo Victor Stoichita, que disertará sobre Los velos de Murillo.

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