El Drama hecho Payaso
Fest 2008
Baro d’evel cirk (Francia): Ï.- Una historia de exilio representada en la figura de un payaso, un símbolo perfecto de la dicotomía entre la realidad y la apariencia de un hombre.
Circo
Autor: Blaï Mateu Trias | Intérprete: Blaï Mateu Trias | Vestuario: Marion Legrand | Escenografía: Marion Legrand Iluminación: Adèle Grepinet | Vídeo: Florent Tillon | Regidor: Marc Boudier | Producción: Armelle Vernier, Baro D´Evel Cirk | Dirección: Michel Cerda.
24, 25 y 26 de abril (19.00) - Teatro Alameda
Baro d´evel CIRK es una compañía contemporánea que nace en 2001 como iniciativa de un interesante colectivo de artistas formados en el Centro Nacional de las Artes del Circo de Châlons. Esta agrupación francesa, que apuesta directamente por los artistas, ha llevado a cabo obras que han pisado los escenarios de todo el mundo, entre las que se encuentran ¿Por qué no?, Bechtout, El Carro y Pequeño Circo en el Mercado. Todas ellas consiguen una magnífica combinación de las múltiples técnicas circenses (malabarismos, manipulación de objetos, títeres, acrobacias, etcétera), con otras disciplinas artísticas, sobre todo, la música.
El espectáculo Ï tiene como único intérprete a Blai Mateu Trias, nacido en Barcelona en 1979, hijo de artistas y miembro del grupo fundador de la Cía. Ha participado también en varios proyectos de Payasos sin fronteras, en la ex Yugoslavia, el Sahara, en Colombia y Bangladesh, entre otros.
Ï es un solo centrado en el personaje del Payaso Ï, que nos cuenta su historia personal en un momento muy conflictivo de la Historia: el exilio de los republicanos españoles tras la victoria de Franco. Se trata de un espectáculo paradójico pues representa un drama humano en la figura de un payaso, solo en el escenario. Tras él, a modo de recuerdos, una pantalla proyecta unos episodios rodados en exteriores, en los lugares donde aconteció la historia (enfrentamientos entre milicianos en los pueblos de la frontera, el éxodo y la travesía de los Pirineos sobre la nieve, los campos de Argèles). También aquí hay mucho de circo: cinco acróbatas representan a los exiliados, aunque no hay reconstrucción histórica, sino transposición acrobática y burlesca de aquellos episodios.
Esta historia tan triste persigue a una silueta encargada de hacer reír. Así, mientras el payaso hace acrobacias, bromas y estupideces, el hombre se enfrenta a la derrota, a la nostalgia, a la supervivencia al fin y al cabo. O quizás, no, quizás sea el hombre y no el payaso el que ha decidido como forma de vida el sentido del humor, pues ¿por qué no reírse del caos de nuestros deseos y de nuestras injusticias para ser más felices?
Un espectáculo que plantea las paradojas del ser humano, entre su memoria y su día a día, su huida y su resistencia, su inestabilidad y su compromiso. Es la historia de la supervivencia de un hombre que se tiene que reinventar a lo largo de su camino; una historia de exilio en lenguaje circense.
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