Don Quijote, ese "loco peligroso"
La RAE edita una edición crítica de la famosa versión apócrifa de Avellaneda.
El profesor de la Universidad de Huelva Luis Gómez Canseco, responsable de la edición crítica del Quijote de Alonso Fernández de Avellaneda que acaba de publicar Real Academia Española (RAE), asegura que, para el autor de este apócrifo de la universal novela de Cervantes, el personaje del Quijote era "un loco peligroso". Y esto es así porque Cervantes y Avellaneda "escriben desde presupuestos ideológicos y estéticos radicalmente opuestos". "Avellaneda está absolutamente integrado en el sistema, es afín a la Iglesia y, en especial, a los dominicos, defensor de la nobleza y completamente integrado en el sistema dominante en la España de los Austrias", explica el profesor.
Para Avellaneda, "don Quijote es un loco peligroso para el orden establecido, al que hay que integrar por medio de la religión o recluirlo en un manicomio". En Avellaneda no hay "nada de ironía, nada de sentido crítico; buen humor sí, aunque de índole muy distinta al cervantino", añade Gómez Canseco, cuyo aparato crítico a esta edición de la RAE suma 250 páginas, pese a lo cual asegurado no considerarse digno de entrar en el debate sobre quién fue el autor real que se esconde tras el nombre de Avellaneda.
Esa cuestión, dice el profesor, "ha traído por la calle de la amargura a cientos de estudiosos, provocado enemistades e incluso alterado el orden mental de algún desavisado; se ha dicho de todo, se han utilizado las conjeturas y los métodos más diversos; últimamente incluso se ha acudido a la lingüística forense, pero nadie ha podido señalar con certeza la identidad del licenciado Alonso Fernández de Avellaneda". No obstante, aporta un nombre: "Lope de Vega no podía estar muy lejos, porque Avellaneda actúa una y otra vez en su libro como palmero de la causa lopesca".
Sobre los beneficios de Avellaneda con su Quijote, señala que "el primero y principal fue darle en los morros a Cervantes, hacia el que verdaderamente tenía una tirria, tanto personal como ideológica, desmesurada; a ello se añadió posiblemente algo de dinero, pues hoy sabemos que se hizo una segunda tirada de la primera edición de 1614, posiblemente porque el mercado reclamaba más ejemplares". "El mismo Avellaneda habla en su prólogo del beneficio económico que le quitaba a Cervantes con su segunda parte; pero hay otro beneficio histórico y es que todavía estamos hablando de Avellaneda, que supo unir su destino literario al de Cervantes, lo que no es poca cosa".
Sobre las cualidades del Quijote de Avellaneda, Gómez Canseco afirma que se trata de un libro "verdaderamente divertido, bien escrito y que se lee con soltura". Y su humor es distinto del de Cervantes, pero aun así es "muy eficaz y funciona para un lector moderno". "Es una obra considerablemente bien escrita, no se trata de un mero escritorzuelo que sale al monte para arrear al enemigo, sino de un individuo armado de buenos instrumentos literarios", indica el profesor sobre este texto "imprescindible para entender cómo se leyó en su época el libro de Cervantes, y que influyó decisivamente en la escritura de la segunda parte original".
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