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Existen mezclas, uniones creativas que imaginamos en nuestras cabecitas de aficionados al cómic y que, es bastante probable, nunca lleguen a suceder. Pero de vez en cuando se da el milagro, la casualidad y tenemos una gran alegría.
Grandes Tesoros Marvel. Estela Plateada: Parábola.
Stan Lee, Moebius
Cartoné
80 págs.
25 euros
Panini Cómics
Este es el caso de esta obra titulada Parábola, en la que se fusionaron los talentos creativos de Stan Lee y Jean Giraud, Moebius. Tal vez si sus destinos no se hubieran cruzado en una convención, como bien es explicado en el interior, este relato jamás hubiera existido ya que ambos autores no podían estar más en las Antípodas creativas el uno del otro.
Stan Lee, padre fundador, creador junto a titanes de la viñeta como Jack Kirby y Steve Ditko, del Universo Marvel. Coloridas viñetas protagonizadas por héroes enfundados en mallas de licra.
Moebius, revolucionario creador francés que, junto a guionistas visionarios como Jodorowski, voltearon los cimientos de la bande dessinée francobelga.
¿Y qué proyecto podían unir a esta inusual pareja de talentos?
Pues nada más y nada menos que una de las mejores historias protagonizadas por el surfero cósmico, Estela Plateada, que subido a su grácil tabla había recorrido el espacio en toda su extensión y, sobre todo, y eso es lo importante, siempre había sido uno de los personajes más melancólicos creados por Lee, y uno de los preferido de Moebius.
En esta historia nos encontramos en una fecha indefinida del futuro del planeta. Las calles de las ciudades están repletas de gente que deambula sin un destino fijo y los vagabundos ocupan parte de las aceras, viviendo entre basura.
Pero, de repente, en el cielo aparece una extraña figura que se dirige hacia la superficie. No, no es un meteorito, ya que parece tener muy claro el lugar donde va a aterrizar. A medida que el coloso se acerca, los observadores se percatan de que es una ciclópea nave espacial y de ella surgirá alguien muy conocido para los lectores Marvel… ¡Galactus! El hambriento viajero del cosmos llega a nuestro planeta, pero en esta ocasión su plan no es saciar esa hambre por la que ha devorado infinidad de mundos, condenando a sus habitantes.
Lo que Galactus exige es dedicación, que la humanidad se postre a sus pies y lo adoren como lo que pretende ser, un Dios.
Y, claro está, la ocasión la pinta calva para que un vendedor de humo como Colton Candell, que pregona la palabra de Dios, se aproveche de la situación, pese a la oposición de su hermana Elyna.
Es entonces cuando de entre los vagabundos surja un ser que no es de nuestro planeta, pero lo ama como si fuera suyo. Estela Plateada se alza en defensor de la humanidad, pese a la incredulidad de los que lo rodean, que parecen haber caído subyugados por las palabras de Candell y Galactus.
Por supuesto, como no podía ser de otra manera, al conclusión de este magnífico relato es harto dramática, y pondrá a cada personaje en su lugar, desvelando lo peor de la condición humana, y mostrándonos a un guionista como Stan Lee, alejado de sus chispeantes diálogos, junto a un Moebius que lo da todo y vuelca sus recursos como tremendo ilustrador en una edición muy especial de la obra, con un formato gigante y trufada por una cantidad de extras impresionantes: Textos de ambos autores, pin ups del Universo Marvel y un interesante recorrido por el proceso de elaboración del cómic.
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