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negro violeta, el color invisible | crítica de teatro
*** 'Negro violeta, el color invisible' Viviane Araujo. Autor: José Tomás Retamero. Dirección, escenografía y coreografía: Fernando Lima. Intérprete: Viviane Araujo. Vídeo: Óscar Clemente. Música: Manuel J. ‘Ballena’. Campo sonoro: Depipió. Sonido e iluminación: Ana Sosa. Divulgación: Alysson Maia. Colabora: Eléctrica Cultura. Lugar: Teatro La Fundición. Fecha: Jueves, 5 de marzo de 2020. Aforo: Casi completo.
Las estadísticas ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud estiman que el 27% de las niñas del mundo sufren violencia sexual. Este dato frío, pero aterrador, le sirve a Viviane Araujo y a José Tomás Retamero para idear un espectáculo, con un bellísimo título Negro violeta, el color invisible, que aborda la huida de una mujer que afronta su madurez a pesar de las cicatrices de una infancia robada.
Se estrena Retamero como autor y demuestra una altura inusual para una opera prima. Rebusca en la poesía para enfrentar un tema que es inaguantable de soportar y que se antoja lejano desde una sociedad acomodada, pero que no por ello deja de existir como una plaga salvaje y despiadada.
Fernando Lima, brasileño afincado en Sevilla desde 1992, coreógrafo reconocido, dirige la obra con pasión y dota a la interpretación de Viviane y al texto de Retamero de una escenografía (inmensa escena la de la tierra y la figura del padre) a los que se suman los vídeos de Óscar Clemente que sirven para respirar esperanza en esta historia de soledades, abusos y miedos.
Viviane Araujo, intérprete única e impulsora del espectáculo, se abre en canal para expresar un dolor que viene de las entrañas de una niña de seis años que no comprende lo que le está pasando. (Sentí como mi compañera de asiento rompía a llorar ante la interpretación de Viviane).
Pero ni Araujo, ni Lima ni Retamero quieren transmitir una derrota. Muy al contrario, Negro Violeta se convierte en verde intenso ante la determinación de la protagonista por tomar las riendas de su vida y seguir adelante aunque la hayan dejado hueca por dentro.
Emocionante, explícita, necesaria, llena de sentimientos y bella en su concepción, asistimos al retrato de una mujer negra que reivindica la abolición de los tópicos. Precioso el homenaje dorado con alfombra.
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