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Delimbo: la aventura sigue en Madrid

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La galería sevillana cuenta desde hace un mes con una nueva sede en una calle emblemática de la capital

El alemán Boris Hoppek, junto a una de sus obras en la exposición 'Mañana', aún abierta en la sede sevillana. / Juan Carlos Muñoz
F. Camero

05 de diciembre 2017 - 02:34

Sevilla/En Doctor Fourquet, la calle con más galerías de arte por metro cuadrado de Europa (hasta una veintena), a un paso del Reina Sofía y a un salto de La Casa Encendida, otro de los espacios de referencia de la vida cultural madrileña. Allí, desde hace un mes, tiene una nueva sede la galería sevillana Delimbo. "Y, de momento, no puede ir mejor. La respuesta está siendo muy buena, tanto por parte de los coleccionistas, muchos de ellos internacionales, como de las demás galerías de la calle, y de público, muy heterogéneo: han venido a vernos desde grupos de chavales que siguen en redes sociales a los artistas con los que trabajamos al presidente de la Asociación de Críticos de Arte de España [Tomás Paredes] pasando por Luis Gordillo, que se pasó hace unos días y flipó con Momo y Felipe Pantone", cuenta Seleka, artista y responsable de la galería junto a Laura Calvarro.

Los ya citados Momo y Pantone, más Okuda San Miguel y Sixe Paredes, cuatro de los artistas "más representativos" de la extensa nómina de Delimbo, ejercen hasta el próximo 30 de enero de tarjeta de presentación -en forma de exposición colectiva- de la galería en Madrid. "Podríamos haber seguido sólo en Sevilla y no habría sido un problema en absoluto. Pero nos gusta apuntar alto, sentir que el proyecto está siempre vivo, y además es una manera de corresponder al esfuerzo y la confianza de los artistas que colaboran con nosotros desde hace tantos años. Porque es obvio que es una forma de ganar en visibilidad", explica Seleka sobre la ampliación de este proyecto emprendido hace 11 años en Sevilla, en los últimos tiempos con sede en la calle Pérez Galdós, donde la galería se ha consolidado como ineludible referencia nacional del arte urbano, contemporáneo y el post-graffiti.

"A veces nos infravaloramos", continúa Seleka. "Nosotros llevamos todo ese tiempo aquí, en Andalucía, haciendo una propuesta bastante diferente y con muy buenos resultados, y no hemos tenido que movernos de Sevilla. La idea, ahora, es hacer cosas de ida y vuelta con la sede de Madrid, y en alguna ocasión, con algún artista, por razones de tiempo y disponibilidad, tal vez se presente alguna exposición antes en Madrid, pero en principio Sevilla seguirá siendo el lugar donde haremos los grandes proyectos y los estrenos. Contemplamos la posibilidad de probar con nuevos artistas en Madrid, que el nuevo espacio nos sirva también de cantera, por así decir, y a finales del próximo febrero estaremos por primera vez en Urvanity, una feria de nuevo arte contemporáneo que se celebra en paralelo a ARCO; pero insisto en que en Sevilla, donde además tenemos un espacio bastante mayor, hemos conseguido divulgar, hemos logrado atraer a mucho público que no se suele acercar a galerías ni a museos, y aunque ahora todo el mundo nos dice que acabaremos centrándonos en Madrid, somos conscientes de que en Sevilla hemos creado algo único, se ha generado un movimiento de público, una clientela estable y sobre todo una energía muy bonita, y queremos que siga siendo así. Si alguien presupone que por estar en Sevilla hacemos algo periférico, se equivoca; con internet las barreras han caído y nosotros tenemos, por ejemplo, clientes asiduos en Nueva York, que compran vía correo e-mail e incluso vía WhatsApp".

Muestra de todo esto es también la presencia en el local de la Alfalfa de la obra del alemán afincado en Barcelona Boris Hoppek, cuyos útimos trabajos, de espíritu travieso y en no menor medida beligerante social y políticamente, se reúnen en Mañana, una exposición ya en sus últimos días (hasta el próximo domingo).

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