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Daniel Bilbao: naturaleza interrumpida

ARQUITECTURAS, LA MIRADA NÓMADA | CRÍTICA DE ARTE

Se prorroga hasta el 13 de febrero la muestra que la Casa de la Provincia dedica a sus paisajes arquitectónicos, comisariada por Gerardo Delgado y que incluye un centenar de pinturas y dibujos

'Tacet (tríptico), (2021), de Daniel Bilbao. / Claudio Del Campo
Blanca Del Río

18 de enero 2022 - 06:01

La ficha

'Arquitecturas. La mirada nómada' de Daniel Bilbao. Comisario: Gerardo Delgado. Casa de la Provincia de Sevilla. Plaza del Triunfo. Hasta el 13 de febrero

El racionalismo fue un estilo ligado a la arquitectura que se desarrolló entre 1925 y 1965, aproximadamente. Las líneas rectas y la predilección por las formas elementales y geométricas, así como el uso de materiales de procedencia industrial, se tradujeron en la introducción de unos ideales basados en una nueva manera de hacer: nuevos sistemas de construcción, sencillez, organización racional y la eliminación de toda carga historicista. La preferencia por la funcionalidad frente al exceso de ornamentación y a su vez su gusto por el diseño, constituyeron sus características principales.

La representación de edificios pertenecientes a este movimiento arquitectónico es la protagonista de la exposición del artista Daniel Bilbao en la Casa de la Provincia, Arquitecturas: la mirada nómada, que se puede visitar hasta el 13 de febrero. La muestra, que está comisariada por el también pintor -y arquitecto- Gerardo Delgado, cuenta con más de cien piezas entre dibujos y pinturas producidas entre 2013 y 2021. Los edificios que aparecen representados -entre otros- son algunos de los más icónicos de este estilo, como Villa Savoye de Le Corbusier, el Pabellón de Barcelona de Mies Van der Rohe o Bauhaus Dessau de Walter Gropius, además de una serie de dibujos al natural.

No es casualidad el interés del pintor por este lenguaje arquitectónico, y es que la aparente simplicidad y minimalismo propios de este estilo le sirve a Bilbao como pretexto para reflexionar acerca de cómo el hombre interviene en el territorio a través de la arquitectura y de cómo la línea recta media en el ordenamiento de la naturaleza articulando la visión del paisaje. Por otro lado y desde un punto de vista más formal, le permite indagar en la manera de representación de la dicotomía entre lo artificial y lo natural, entre un orden construido y la naturaleza.

Daniel Bilbao (Sevilla, 1966) en la inauguración de la muestra. / José Angel García

Así nos encontramos con óleos de gran formato compuestos por juegos geométricos de líneas simples: rectas horizontales que recorren la superficie pictórica de lado a lado y otras, más cortas, que las atraviesan perpendicularmente. De los cruces entre unas y otras se conforman los elementos constructivos de estas arquitecturas: tejados, puertas, ventanas y cristaleras; en algunas ocasiones, se ven sorprendidas por una anárquica vegetación: árboles, matorrales… en otras, se rodean de extensas y tranquilas áreas verdes.

También llama la atención en estas composiciones el tratamiento de la luz que, mediante golpes cromáticos rojizos y anaranjados, las sitúan siempre entre el día y la noche. Esto contrasta con el uso de color -generalmente tonalidades frías- en el resto de la composición: blancos, azules, grises y verdes que contribuyen a generar un ambiente enigmático donde habita el silencio y en el que no hay rastro de actividad humana. De entre estas obras destacan Villa Tugendhat (2013) de Mies Van der Rohe o Rietveld pavillion II (2016) de Gerrit Rietveld.

'Casa Fray León II' (2013) de Daniel Bilbao. / Claudio del Campo

Junto con estas meditadas composiciones destacan las series de dibujos que se distribuyen por las diferentes salas. Son dibujos al natural, procedentes de cuadernos de apuntes del pintor y en los que vemos delicadas representaciones de la naturaleza, con alborotadas y caóticas vegetaciones. También las hay mixtas, es decir, naturaleza interrumpida y traspasada por líneas rectas y secciones geométricas. La distribución de las obras en las salas se ha llevado a cabo mediante grupos que responden a algunos de los arquitectos del movimiento racionalista. Así, vemos agrupadas piezas dedicadas a edificios de Mies Van der Rohe, Arne Jacobsen o Graham Phillips. Entre estas, hay insertadas pinturas de arquitecturas inventadas por el propio artista y otras que corresponden a Javier Terrados, arquitecto que, a pesar de salirse de la cronología propia del movimiento racionalista, tiene planteamientos estéticos muy cercanos al movimiento.

'Gulbenkian III' (2018), uno de los dibujos al natural del artista y decano de Bellas Artes. / Claudio del Campo

El display pensado para la muestra es muy acertado y coherente con la segunda parte de su título, "mirada nómada": Daniel Bilbao afirma en uno de los textos del completo catálogo de la exposición que estos trabajos son fruto de sus "peregrinaciones". En el recorrido por las salas se produce en el espectador un sentimiento similar: de una manera muy intuitiva conseguimos adentrarnos en el imaginario del artista, llegamos a convertirnos en un observador de las sugestivas arquitecturas desiertas de las pinturas y de las foscas vegetaciones recogidas en los dibujos, situándonos así en ese intersticio tan complejo entre artificio y naturaleza, entre orden y desorden.

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