Cuarón emociona con el viaje a su infancia en 'Roma'
Festival de Venecia
El mexicano se inspira en la figura de su niñera para una historia sobre el matriarcado y mujeres que se ayudan
El mexicano Alfonso Cuarón emprende un viaje a su infancia en Roma, una cinta intimista con la que encandiló este jueves en Venecia y en la que plantea una oda al matriarcado en el que se crió, sobre todo a su propia niñera.
El cineasta compite por el León de Oro con esta película recibida con elogios y aplausos en la Mostra y que supone el regreso a su México natal después de Y tu mamá también (2001), tras recoger las mieles granjeadas por la oscarizada Gravity (2013).
En Roma, Cuarón narra en blanco y negro la historia de Cleo, la criada indígena de una familia burguesa y aparentemente idílica de la Ciudad de México de inicios de la década de 1970, un personaje basado en la tata que él mismo tuvo y a quien dedica la cinta, Libo. "Fue mi nana de niño y se convirtió en parte de la familia, nosotros nos convertimos en parte de su familia", rememoró el director en la rueda de prensa de la Mostra.
Sin embargo, no se queda en un retrato cándido sino que muestra toda la problemática que rodeó a la niñera, interpretada por una soberbia y debutante Yalitza Aparicio, pues su vida se vio truncada por un embarazo inesperado. "Cuando creces con alguien que amas, no cuestionas su identidad. Y este proceso me forzó a ver a Cleo o Libo como una mujer, con toda una complejidad alrededor, que pertenece a las clases bajas, con orígenes indígenas", apuntó.
Pero Roma, nombre de un barrio de la capital mexicana, también es muchas otras cosas, como la historia de dos mujeres diferentes a las que aúna el abandono de un hombre: la criada y la propia ama del hogar, la madre, interpretada por Marina de Tavira.
O una radiografía de una sociedad que vibraba con el Mundial de fútbol, con los terremotos o con las convulsiones sociales, como la masacre del Jueves de Corpus, mostrada en el filme.
Y entre toda esta temática deslumbra una continua referencia al matriarcado, a mujeres que se ayudan entre sí, que afrontan de modo valiente los inesperados cambios de la vida o que lloran en las calles mientras los hombres mueren y matan en las protestas.
En definitiva, Cuarón recurre a su memoria para dibujar hechos de hace casi medio siglo huyendo, eso sí, de cualquier atisbo de nostalgia, con frecuentes planos abiertos, sin miradas subjetivas y con un blanco y negro digital, moderno, sin el grano del clásico. Todo a pesar de que, según afirmó, logró recrear el hogar de su niñez, recopilar muchos de los muebles originales y agrupar a un reparto "idéntico" al original.
Roma fue producida por Netflix, razón por la que no compitió en Cannes, pues no acepta en concurso obras de esta plataforma, y,según explicó el mexicano, podrá verse tanto en la pequeña como en la gran pantalla en numerosos lugares de todo el mundo. Cuarón defendió la apuesta del gigante audiovisual pues, indicó, "una película en español, mixteco, en blanco y negro y un drama tiene dificultad para encontrar espacios" en los que exponerse. "Lo que es realmente importante es que la película tenga un cierto impacto para que con el paso del tiempo no se pierda. Depende de que la película sea buena, pero también depende de una cierta conciencia de que esta película existe. Y por eso estoy agradecido con Netflix", zanjó.
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