El niño Rossini se divierte
Conjunto Rossini | Crítica
La ficha
Conjunto Rossini
*** XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Conjunto Rossini: Katarzyna Wróbel y Uta Kerner, violines; Claudio Baraviera, violonchelo; Vicente Fuertes, contrabajo.
Programa: 'Genio y juventud: Haydn y Rossini'
Gioacchino Rossini (1792-1868): Sonatas a cuatro nº1 en sol mayor, nº6 en re mayor La tempestad y nº3 en do mayor [1804]
Michael Haydn (1737-1806): Divertimento en do mayor MH 27 [1758-1760].
Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Sábado 23 de julio. Aforo: Casi lleno.
En el verano de 1804, cuando tenía sólo 12 años de edad, Gioacchino Rossini compuso seis sonatas para cuerda (él dijo después que sólo en tres días las compuso y las copió, lo que parece bastante poco probable). Son piezas escritas a cuatro voces (dos violines, violonchelo y contrabajo) que no se publicaron hasta 1826, cuando el músico estaba a punto de retirarse del mundo operístico en la cúspide de su fama, pero hoy se consideran sus primeras composiciones.
Música de puro divertimento, que desvela un talento precoz, aún sin formar (o ya inconformista), pues aunque los modelos clásicos (Haydn, Mozart) son evidentes, las formas son tratadas con mucha libertad (o con falta de disciplina). Cada sonata tiene un primer movimiento brillante, un lento central expresivo y un final bienhumorado, con rasgos danzables o descriptivos, como en la 6ª, conocida como La tempestad por el despliegue de medios para imitar una tormenta. En los arcos de estos cuatro estupendos profesores de la ROSS, la tempestad bramó verdaderamente, muy contrastada con la dulce calma del Andante previo.
La interpretación estuvo dominada por la claridad y la precisión. Cuatro voces perfectamente individualizadas (magnífica por cierto la amplificación, capaz de crear el espacio sonoro adecuado para los instrumentos), pero a la vez bien empastadas, con un fraseo de articulaciones y acentos muy marcados y contrastes recios, eludiendo cualquier tipo de edulcoramiento o sensiblería. En el Divertimento (también juvenil) en forma de trío (sin el segundo violín) de Michael Haydn, formalmente más académico, la voz del contrabajo, que en Rossini actúa básicamente como soporte armónico, adquirió además un perfil más incisivo y participativo, ampliando las sonoridades del grupo. Un recital muy fresco en una noche tórrida.
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