Clough vs. Revie: por fin una buena película de fútbol
Crítica cine
The Damned United. Drama, Gran Bretaña, 2009. Dirección: Tom Hooper. Guión: Peter Morgan. Intérpretes: Michael Sheen, Jim Broadbent, Timothy Spall, Joseph Dempsie, Stephen Graham, Colm Meaney. Música: Robert Lane. Fotografía: Ben Smithard. Cines: Alameda.
El talento: la única tabla de salvación del cine. Da igual que se pase del mudo al sonoro, del formato clásico a las grandes pantallas, del blanco y negro al color, de los cines a los multicines, del celuloide a la imagen digital o de las salas públicas al ámbito doméstico. Da igual que la televisión, el vídeo, el DVD, el pirateo o la Play Station le hagan la competencia o lo saqueen. El talento, como tantas otras veces ha sucedido, es el séptimo de caballería que siempre rescatará al cine. Y en The Damned United hay talento de sobra.
Talento primero del novelista David Peace, que convirtió en una obra de tensión casi policíaca los 44 días que Brian Clough fue entrenador del Leeds United, sustituyendo al famoso Gordon Revie -a quien odiaba- que había dado al equipo una década de gloria. Talento, después, del dramaturgo y guionista Peter Morgan -suficientemente acreditado por sus trabajos en The Queen y El desafío. Frost contra Nixon-, que convirtió la novela en un guión que suma a la tensión una grandeza casi épica y trágica (no exenta de toques de humor e ironía) en el retrato del enfrentamiento entre Brian Clough y Don Revie. A estos dos talentos se suma el de Tom Hooper, joven y prestigioso realizador inglés de televisión (Prime Suspect e Isabel I, ambas interpretadas por Helen Mirren, y las premiadas Longford y John Adams) que debutó con buen pie en el cine con Red Dust (2004) y ahora revalida su posición con esta gran película que paga una deuda pendiente entre el cine y el fútbol. Y por fin, pero no por último, está el inmenso talento de sus dos intérpretes: Michael Sheen, el actor revelación que interpretó a Tony Blair en The Queen y a Frost en El desafío. Frost contra Nixon, y Timothy Spall, el excelente actor de teatro, televisión y cine al que la saga de Harry Potter ha hecho popular. A ellos por justicia hay que sumar los talentos del director de fotografía Ben Smithard y de la diseñadora de producción Eve Stewart, consagrada por las atmósferas victorianas de Nicholas Nichleby, de las decó de D-Lovely, de las naturalistas de Vera Drake o de las isabelinas de Isabel I.
La suma de todos estos talentos da como resultado inevitable una original y emocionante película que convierte un episodio muy conocido de la historia del fútbol británico en un drama intemporal, repitiendo el modelo que el guionista Peter Morgan ya puso en práctica en The Queen y Frost contra Nixon. Sólo que aquí no se trata de una reina ni de un presidente de los Estados Unidos, sino de dos entrenadores de fútbol; y que lo que está en juego es el resultado de unos partidos, no el futuro de la Corona tras la muerte de Lady Di o el Watergate. No importa. Los talentos sumados logran que asistamos a este duelo como si lo que estuviera en juego tuviera la importancia de una cuestión de Estado. Porque el excelente guión y las apasionadas interpretaciones -tan bien dirigidas por Tom Hooper- nos meten en la piel de sus protagonistas, para los que cada domingo era una batalla, cada liga una guerra y el fútbol un mundo.
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