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Lluvias en Sevilla este lunes

Ciudades unidas por el Barroco

Andrés Moreno Mengíbar

10 de marzo 2012 - 05:00

B'Rock/OBS. Femás 2012. Programa: Obras de P. Maldere, H. de Croes, J. Loeillet, G. Ph. Telemann, P. A. Locatelli, G. F. Haendel, D. Scarlatti y J. S. Bach. B'Rock. Belgian Baroque Orchestra of Ghent. Violinista y director: Rodolfo Richter. Flauta: Alexis Kossenko. Orquesta Barroca de Sevilla. Violinista y director: Pablo Valetti. Lugar: Centro Cultural Cajasol (Sala Joaquín Turina). Fecha: Viernes 9 de marzo. Aforo: Lleno.

Gante y Sevilla son dos de las cuatro ciudades europeas de la música y con tal motivo, y como corolario de la denominada "Declaración de Gante" suscrita el año pasado, las cuatro ciudades decidieron establecer vínculos internos mediante programación de conciertos conjuntos de forma itinerante. Así, este año y como especial apertura del FeMÀS, hemos podido asistir a un concierto colectivo de dos orquestas barrocas, primero por separado y al final unidas por la música cosmopolita y transnacional de Haendel.

Dos orquestas, dos estilos, dos personalidades, dos sonidos, pero un mismo entusiasmo. B'Rock es un conjunto de edad media muy joven y que tiene aún que perfilar sus señas de identidad interpretativas y sonoras. Cuando tocan del mezzoforte para arriba el empasten es apreciable, pero con dinámicas más moderadas se aprecian evidentes disparidades tímbricas, dinámicas y de afinación. Con todo, fueron calentando y al inicial sonido abierto y desestructurado le sucedió, ya con la música de Telemann, otro más empastado y ágil, como el exhibido en los pizziccati del Adagio o en las rápidas figuraciones del Presto.

Por su parte, Rodolfo Richter, en su faceta de solista, no estuvo muy afortunado en materia de afinación. El sonido era pobre, quebradizo, excesivamente aflautado por mor de un ataque demasiado alejado del puente y sin toda la superficie del arco. Por contra, Kossenko admiró por su virtuosismo y su bello sonido al traverso.

Otro paradigma, más brillante e imaginativo, fue el de la Orquesta Barroca de Sevilla, con su sonido envolvente y expansivo y su capacidad para dotar de sentido expresivo a un breve pasaje mediante la regulación y el acento (final del Adagio del concierto de Haendel). Valetti, además, estuvo inmenso en el control del sonido y en la digitación.

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